05/31/18

ATENAS (Leo von Klenze, 1846)


Esta imagen es una recreación de la acrópolis de Atenas realizada por Leo von Klenze, que fue un importante arquitecto y pintor. Es una obra representativa del neoclasicismo alemán, que imitó los modelos de la arquitectura griega clásica, por ejemplo en el edificio del Walhalla, un templo neoclásico edificado por el propio Von Klenze sobre un montículo en Ratisbona a orillas del Danubio, que es una copia perfecta del Partenón de Atenas.
La pintura se encuentra en la galería Neue Pinakothek en Munich, y es considerada una interpretación bastante fantasiosa, que combina la recuperación de la Antigüedad Clásica con la mitología y el paisaje. El paisaje neoclásico recreaba un tipo de naturaleza idílica, poblada por restos arqueológicos. Estas obras eran bastante idealizadas, y representaban volúmenes de formas geométricas con una luz clara y fría, sin renunciar al claroscuro. Técnicamente eran impecables, dando lugar a un acabado esmaltado, donde difícilmente se apreciaban las pinceladas. Aunque esta representación de Atenas sigue en efecto ese carácter idealizado y muy bello, con ella podemos ejemplificar algunos aspectos del urbanismo griego, y en particular del concepto de ¨acrópolis¨.
La civilización griega tuvo tres grandes etapas: Arcaica, Clásica y Helenística. En la Época Arcaica ya existía un concepto urbano según el cual la ciudad era la capital de un Estado y debía contener todos los edificios y servicios que hacen función al mismo: lugares para el culto, teatros, estadios, altares para venerar deidades, una fortificación que aseguraba la defensa, una gran plaza o ágora que servía de lugar de mercado o de asamblea política, fuentes para suministro de agua, edificaciones para organismos judiciales y administrativos, etc. Aún así resulta curioso que una civilización como la griega, que era esencialmente urbana y racional, tuviera inicialmente un desarrollo urbanístico irregular, con calles estrechas y casas que se construían sin orden, en línea con anteriores caminos e intentando adaptarse al terreno. Este tipo de urbanismo cambia radicalmente a partir del siglo V a.C. En la Época Clásica, la ciudad empezó a organizarse por medio de un trazado urbano ortogonal o en cuadrícula. Además, cobró mayor importancia el ágora, que era la plaza pública, y la acrópolis, que era una especie de ciudadela elevada dedicada a los templos y a edificios emblemáticos como el Aerópago y Pnix, confeccionados como puntos visuales y de encuentro.
Un gran problema en algunas ciudades como Atenas, Esparta, Argos o Tebas es que no estaban construidas junto al mar. Esta característica hubiese sido muy importante para su economía y subsistencia, pero estaban prudentemente separadas del mar por el mal recuerdo de los asaltos piratas de la Edad Oscura (1100-750 a.C.). Lo que en un principio pudiera ser una ventaja acabó siendo una desventaja, porque la deslocalización del puerto supuso un incremento de los costes por el transporte terrestre y la correspondiente incomodidad de tenerlos que llevar a la polis. Además, el puerto debía ser defendido igualmente, y estaba alejado de la propia ciudad, así que acabó siendo un punto débil en la defensa de ciudades como Atenas. Por eso las colonias y las nuevas ciudades fueron emplazadas en zonas de puerto, por ejemplo Mileto o Alejandría. En estas ciudades ya se empleó un plano ortogonal, con un diseño de calles en ángulo recto que creaban manzanas rectangulares. Sin embargo, las ciudades antiguas como Atenas, no pudieron modificar su fisionomía y ello se aprecia en la imagen. Allí, aún con las destrucciones que ocasionaron los persas, los griegos no aprovecharon la oportunidad para rehacer totalmente la ciudad; la reconstrucción solo afectó a la acrópolis y a los nuevos barrios portuarios de El Pireo (450 a.C.), que sí se estructuraron de forma planificada. 
La Acrópolis está colocada en una meseta plana de 300 m. de largo y 150 de ancho, elevada 156 m. sobre el resto de la ciudad. Su función era esencialmente religiosa porque se encuentra plagada de templos. En cierto modo se puede idealizar como la morada de la divinidades y como un gran emblema de la polis. La construcción más emblemática de todas era el Partenón, que se fue diseñado para convertirse en el monumento más bello de la época clásica y para ser contemplado como si fuera una obra escultórica en sus todas dimensiones. En su interior albergaba la estatua de la deidad a la que rendía culto, Atenea Partenos, que fue construida en marfil y oro por Fidias.
Un templo griego no servía realmente para recibir a los fieles como hacemos nosotros en nuestros cultos religiosos, sino para guardar la estatua del dios, como sucede también con el templo de Niké Áptera, de menor tamaño pero de una gran belleza. Fue realizado para conmemorar las victorias sobre los persas en la batalla de Salamina, y albergaba una pequeña estatua de Niké (la Victoria), a la que se le habían quitado las alas (áptera), con la vana esperanza de que no abandonase nunca a Atenas. Los rituales religiosos de la Grecia Clásica se hacían fuera, alrededor del templo y los sacrificios en un altar que estaba al aire libre. Otra de las grandes funciones de estos edificios es deleitar e impresionar al espectador, por su perfecta geometría y su decoración escultórica. Por esta razón se erigían normalmente sobre una grada (estereóbato) en lo más alto de la polis. Todo en las representaciones griegas estaba conformado con absoluta armonía, simetría y proporción, hasta el más mínimo detalle. 
A la acrópolis se accedía por medio de una entrada monumental que se denominaba Propileos. Se construyó enteramente de mármol y de sus dos alas sólo se realizó una, que fue dedicada a pinacoteca; sin embargo, en la imagen de Von Klenze se representan las dos alas, de manera idealizada. La estatua central del cuadro, que en este caso es de Atenea Promacos, «la que lucha en la línea», ha sido también idealizada por su forma colosal. Se hayaba emplazada en el antiguo templo de Atenea, que fue destruido por los persas. La Atenea Promacos fue realizada por Fidias, con el diezmo del botín de los Medos de Maratón.
La belleza escultórica de la Acrópolis, emplazada en lo más alto de la ciudad con un carácter fuertemente simbólico, nos recuerda a los grandes filósofos griegos, su mitología y su importancia histórica para Occidente. Pero también es interesante desde el punto de vista urbanístico, pues es un antecedente de las ciudadelas o atalayas que se construyeron en otras ciudades posteriores. 
Mónica Calleja Pérez

05/31/18

ÁVILA (Luciano Díaz Castilla, 2012)

Esta pintura representa la ciudad amurallada de Ávila. Se trata de un óleo sobre lienzo realizado en 2012 por el pintor Luciano Díaz-Castilla, nacido el 8 de enero de 1940 en el Soto, anejo de Piedrahita (Ávila). Actualmente reside y tiene su taller en el mismo lugar. Es un paisajista de su tierra y de Castilla en general, que no se define seguidor de ninguna corriente artística. Ha realizado numerosas exposiciones por todo el mundo. El cuadro que aquí contemplamos fue pintado para la exposición “Santa Teresa de Ávila”y se expuso misma ciudad entre el 13 de marzo y el 1 de noviembre de 2013, en la sala de exposiciones Lienzo Norte.

La obra refleja la muralla que rodea a Ávila, así como su confuso entramado urbano. En el cuadro se distinguen perfectamente los edificios y la muralla, dando la impresión cierta de una ciudad antigua fortificada que lleva entre sus piedras muchos siglos de historia. Esta vieja ciudad castellana está situada en un promontorio rocoso que domina las llanuras adyacentes, frente a las estribaciones de la sierra de Gredos. Su clima es continental, con veranos cálidos e inviernos muy fríos. Esto se refleja en el trazado de las calles dentro del recinto amurallado: apiñada, con calles estrechas y sin apenas espacios amplios.

Como corresponde a la época medieval de su construcción, la morfología de Ávila es compacta y cerrada, completamente dirigida a la defensa de la propia ciudad. El trazado urbano es irregular, con calles estrechas y callejones que las unen, con pocos espacios abiertos. Todos los edificios principales de una ciudad medieval, como son la catedral, una decena de iglesias, los palacios de la nobleza local, la plaza del mercado, etc., están dentro de las murallas. Es cierto que también encontramos edificaciones importantes fuera de la muralla como es la iglesia de San Vicente. En la actualidad, la muralla está libre de construcciones adosadas, tanto en su interior como en su exterior, para dar libertad de movimientos y asegurar mejor la defensa. Sin embargo, el ábside de la catedral y algunos palacios nobles sí lograron el privilegio de construirse junto a la muralla.

En la pintura también se distinguen algunos elementos significativos: en la parte más alta, la catedral de estilo gótico, datada entre los siglos XI y XV, diversas iglesias, un campanario medieval en uno de los torreones, palacios medievales y, en la parte central, las viviendas de la población. Lógicamente no son las construcciones originales sino que se han ido renovando paulatinamente a lo largo de los tiempos. Además, se ve claramente una de las líneas de fijación de la ciudad, que es el río Adaja. Este río marca claramente el límite del casco urbano de Ávila y el extrarradio de la ciudad, situado por fuera de la muralla. En esta última zona podemos encontrar la Ermita de San Esteban, la de San Segundo y los Cuatro Postes de Santa Teresa, entre otros monumentos.

En la actualidad, Ávila ha crecido mucho y las modernas industrias y el comercio se localizan en el exterior de la muralla. Pero esta se ha convertido en la seña de identidad de la ciudad y es el principal atractivo turístico que posee. La economía de esta parte de la ciudad es el turismo, cada vez más numeroso, y los pequeños comercios que surten a la población. También en ella están numerosos edificios administrativos y culturales. Después de casi mil años de su construcción, la muralla continúa protegiendo la parte antigua de la ciudad y siendo uno de los principales elementos que evita su despoblación.

María Sánchez Cortés

05/30/18

LOURDES (MacLagan & Cumming, 1954)


Esta ilustración representa un plano antiguo de la ciudad de Lourdes, situada al sureste de Francia, cerca de la frontera con el territorio español. El plano fue publicado en 1954 por la imprenta Mclagan y Cumming. Se trata de la imprenta más famosa de Escocia, la cual fue fundada en 1872. El plano está extraído de la web Antiqua Print Gallery. En el plano se pueden distinguir dos partes de la ciudad separadas por el río Gave de Pau: la zona antigua, que se encuentra situada en torno al castillo de Lourdes, y la zona nueva, perteneciente
a la construcción del santuario religioso.
Con respecto a la morfología urbana, está influida por las características del emplazamiento, el plano, la edificación y los usos del suelo. Lourdes se localiza en una colina del piedemonte pirenaico, perteneciente a las llanuras del Bigorre en el sureste del departamento de Altos Pirineos en la región de Mediodía-Pirineos. Se encuentra bañada por el río Gave de Pau, el cual nace en el Circo de Gavarnie en los Pirineos. Su nombre procede de una ciudad cercana a Lourdes en el suroeste de Francia llamada Pau, atravesada por el mismo río.
La ciudad presenta un plano irregular propio de las ciudades medievales. Las calles no siguen un orden previamente establecido, son sinuosas y estrechas, al igual que sucede en las edificaciones, puesto que se llevaron a cabo sin un orden preestablecido. Los usos del suelo en aquella época estaban ligados a la agricultura, la ganadería y  la actividad silvo-pastoril de la montaña meridional. Entonces, las principales funciones que caracterizaban a la ciudad eran defensiva, agrícola y comercial. Entre todas ellas prevalecía la función defensiva por la construcción del castillo, del siglo XIV, que fue lugar de residencia de los condes de Bigorre y un elemento clave para el dominio de esa zona geográfica. Pero como consecuencia de las peregrinaciones religiosas, las funciones se volvieron turísticas y religiosas. Estas dos últimas prevalecen en la actualidad, constituyendo la base de la economía de la ciudad.
En efecto, la ciudad de Lourdes es conocida hoy por la gran afluencia de personas procedentes de distintos países que acuden al santuario de Lourdes, constituyendo un lugar de gran interés turístico.  Las apariciones de la Virgen María a Bernardette Soubirous en el año 1858 ocasionaron un gran desarrollo de las peregrinaciones católicas y también un importante crecimiento urbanístico. A este respecto, se puede observar una clara evolución, que se plasma en la diferencia entre la zona del castillo, más antigua e irregular, y la conocida como cité mariale, un gran centro ceremonial, que transformó la ville marché en cité de villégiature. 
Los monumentos más representativos de Lourdes son, en primer lugar, el santuario, que destaca por ser el centro de la peregrinación. Se sitúa junto a la gruta de Massabielle, donde se produjo la aparición de la virgen a Bernardette Soubirous. Junto a él se encuentra el Molino de Boly donde nació Bernardette Soubirous, la casa paterna de Bernadette o molino Lacadé, donde vivió la familia a partir de 1863. La Cachot o calabozo, que ejerció la función de cárcel y al ser abandonada fue la residencia de la familia de Bernardette Soubirous. La familia convivía en una habitación que solamente medía 4,40 por 4 metros; en la actualidad es un museo. 
Raquel Sánchez Fernández de Ávila

05/29/18

CEUTA (Frans Hogenberg, 1579)


La imagen es un grabado Coloreado de Frans Hogenberg del año 1579, publicado en Colonia en el “Civitatis Orbis Terrarum” de George Braun y Frans Hogenberg, (1618) compuesto de 6 volúmenes y para muchos considerado como el primer Atlas de Ciudades del Mundo. También existe copia realizada en tinta negra que utilizaremos para el estudio. El autor de la imagen recorrió las costas africanas, en las que realizó una serie de grabados para el primer volumen de su atlas, en el que también incluye otras ciudades costeras como Tanger, Safi, Asilah, etc. El tamaño del grabado es muy pequeño, apenas de 17 x 15 cms.
Septa o Ceuta, era una pequeña ciudad comercial situada en el pico norte del continente africano, de cara al estrecho de Gibraltar y por tanto al continente Europeo. Situada en la península de la Almina queda totalmente rodeada por una muralla y con un emplazamiento donde se desarrolla una pequeña ciudad preindustrial con núcleo urbano concentrado, a su vez amurallado y con un foso natural, y que además protege el acceso a esta península. Todo el casco urbano está rodeado por otra línea de murallas como una segunda línea de protección. Estas murallas salvaguardan diferentes construcciones realizadas entre la ciudadela y el Castillo del Hacho, lugar predominante para la observación y defensa. Las murallas muestran huellas de haber sido atacadas numerosas veces.
Por lo tanto se observa como la ciudad es construida con dos ejes de defensa, uno en la estribación más al norte, el monte hacho, para el control y defensa de lo procedente del mar y otra en el parte sur, con las murallas reales y su foso y las murallas Meriníes, para la defensa de los ataques procedentes de la parte africana. Entre la ciudad y las murallas Meriníes, se pueden observar una serie de edificaciones tipo castilletes, típicos de la época, para dejar pequeñas guarniciones de vigilancia y alerta ante posibles ataques. De 10-12 metros de altura y 1,60 metros de grosor fabricados a base de mortero de barro y cal sin cimentación, destacan sus airosas siete torres almenadas de 16 metros de altura y los restos de la monumental Puerta de Fez.
No está claro cuándo, pero se señala la fecha de 21 de Agosto de 1415 cuando Juan de Almeida en nombre de Juan I Rey de Portugal se hace dueño de lo que queda de la ciudad, que había sido casi totalmente destruida en el siglo anterior. En el año 1303, el rey de granada Mohamet Ibiui, cansado de los saqueos a las costas de su reino por piratas norteafricanos, manda sus naves, aprovechando la guerra civil en la que se encuentra el reino de Fez, y arrasa Septa (Ceuta), llevándose a todos sus moradores y dejándola completamente despoblada. Ceuta permaneció bajo dominio portugués hasta el año 1640 en el reinado de Felipe IV, cuando se produce la secesión de Portugal de España. Los propios habitantes de Ceuta solicitan incorporarse a la Corona de Castilla. Por tanto vemos que el grabado se produce cuando esta ciudad aún está bajo dominio portugués; es por ello que entre las edificaciones que se observan en la ciudadela del intramuros, pueden verse campanarios de iglesias y construcciones de ciudades típicamente europeas de entonces.
La ciudad disponía también de una pequeña red viaria protegida por las murallas que rodeaban la península, donde algunas granjas realizaban labores agrícolas bajo la protección de la ciudadela y la fortificación del monte Hacho. Entre la ciudadela y las murallas Meriníes, existía poca labor agraria, debido a la peligrosidad permanente por los conflictos con las tribus norteafricanas. Hoy en día a esa zona se le sigue llamando “Las puertas del campo”.
El foco urbano se encuentra en el centro de la imagen, en la zona de mayor protección y aunque toda la península está rodeada por murallas, es justamente en la zona sur, donde se destacan la zona de amurallado más grande (Murallas Reales). Estas muestran las defensas cara al continente Africano, posiblemente la parte más conflictiva y difícil de defender dado que el resto, al estar rodeado de agua suponía para la época una dificultad añadida para poder atacar a la ciudad.
Interesante son los barcos dibujados en la lámina. Se observan barcos a vela propios del siglo XVI, pero también se ven galeras movidas por remos, posiblemente galeotes esclavos, propios de los reinos musulmanes de Argel y Túnez. También se observa como no hay construido un puerto en la ciudad y es la zona sur de la lámina, la que en esa bahía del mediterráneo, sirve de refugio natural para los buques, por ello todos los barcos allí parecen estar detenidos y descansando. En otras laminas un poco posteriores, como esta otra del álbum “Recuerdos de áfrica”, también se observa la zona mediterránea con mayor abundancia de buques.
La ciudad de Ceuta, desde su conquista por los portugueses y posterior adhesión a Castilla, sirvió de puerto y refugio natural para todo el tráfico, cada vez mayor, entre Europa, África y la recién descubierta por entonces, América. Su población ha estado formada por los familiares de los diversos contingentes que protegían la plaza fuerte y por lo tanto no se arraigan con un determinado origen de la península, si no con todos, de ahí que en su himno se lea:
Avanzada en el Estrecho
Frente al África temido
No existe región de España
Que en ti no ponga su nido…
 
Cristina Pérez Domínguez

05/29/18

CRACOVIA (Józef Mehoffer, 1903)


Esta obra, expuesta en el Museo Nacional de Cracovia, pertenece al pintor y artista decorativo polaco Józef  Mehoffer (19 de marzo de 1869 – 8 de julio de 1946) y representa la Plaza del Mercado de Cracovia. Es un cuadro impresionista cuyo género artístico es el paisaje urbano. Retrata la vida social y urbana en la Cracovia de principios del siglo XX, se cree que fue realizado en 1903, aunque dicha fecha está sin confirmar. Józef Mehoffer fue uno de los principales artistas del movimiento de la Joven Polonia y uno de los más venerados de su tiempo.
En la imagen se muestra una parte de la Plaza del Mercado de Cracovia. Esta plaza, trazada en 1257, es el lugar más importante de la ciudad y se la considera la plaza medieval más amplia de toda Europa (40.000 metros cuadrados). Está rodeada de casas antiguas e históricas, palacios e iglesias, constituye el centro de la ciudad, el principal punto de reunión de los ciudadanos y cuenta con un importante significado histórico, cultural y social. El centro de la plaza está dominado por el Sukiennice (la Lonja de los Paños); a un lado de este impresionante edificio de estilo renacentista está la Torre del Ayuntamiento y en el otro lado se localiza la pequeña iglesia de San Adalberto del siglo X, el monumento a Adam Mickiewicz, uno de los más grandes poetas polacos de la historia, y las torres góticas de la Basílica de Santa María que miran al este.
La imagen de la Plaza del Mercado representada en el cuadro es vista desde la calle San Juan y entre los elementos urbanos más importantes destaca la Torre del Antiguo Ayuntamiento y el Sukiennice. Urbanísticamente, el perfil de la plaza es rectangular, rodeada por casas burguesas y palacios de origen medieval. En la imagen también aparecen las siluetas de distintos grupos de personas e hileras de árboles sin hojas y farolas que destacan sobre el suelo nevado. La impresionante figura del Sukiennice parece querer desaparecer en el ambiente vibrante de la caída de la tarde, transmitido a través de un uso dinámico del carbono, y de los fuertes contrastes de luz y sombra, aportando a la estampa un toque dramático.
La función principal de la plaza del mercado era el comercio. Después de que la ciudad fuese destruida por la invasión de los mongoles en 1241, la Plaza de Armas (actualmente Plaza del Mercado) fue reconstruida en 1257 y fue diseñada en su estado actual, con cada lado repitiendo un patrón de tres espacios uniformes y calles en ángulo recto hacia la plaza. La excepción es la calle Grodzka que es mucho más antigua y se conecta con la Plaza de Armas del Castillo de Wawel. Originalmente, la plaza estaba llena de puestos de mercado y fue el rey Casimiro III el Grande (siglo XIV), quién construyó el Sukiennice original de estilo gótico y el Ayuntamiento, que ocupó casi una cuarta parte de la plaza y del cual hoy sólo se conserva la Torre.
El centro histórico de Cracovia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978, está dividido en tres zonas diferenciadas: la colina de Wawel (en donde se encuentra el castillo Real de Wawel y la Catedral de San Wenceslao y San Estanislao), la ciudad medieval de Cracovia y el núcleo medieval de Kazimierz (centro histórico de los judíos de Cracovia, fundado en el siglo XIV y que se caracteriza por sus murallas y por sus casas apiñadas). Allí se encuentra también la Barbacana, una torre de defensa que formaba parte de la red de fortificaciones que circundaban la  ciudad. Actualmente las antiguas murallas ya no existen y en su lugar hay un bello parque que rodea la antigua ciudad medieval. La ciudad amurallada de Cracovia (Stare Miasto) tiene una arquitectura muy rica, con bellos ejemplos de estilos renacentista, barroco y gótico. Las altas fortificaciones que la rodean fueron edificadas entre los siglos XII y XIV.
Cracovia fue la capital del Reino de Polonia y miembro de la Liga Hanseática y la ciudad floreció como una metrópoli europea importante. Tradicionalmente ha sido uno de los centros económicos, científicos, culturales y artísticos del país. Durante gran parte de la historia polaca fue también la capital. Por eso, todavía es el corazón de Polonia para muchos polacos. Cracovia está ubicada a orillas del río Vístula, el río más largo de Polonia. Actualmente, Cracovia es un centro muy importante del turismo local e internacional, con más de ocho millones de turistas al año. Las iglesias y los palacios de Cracovia muestran una riqueza de color con detalles arquitectónicos como vidrieras, pinturas y esculturas. y la basílica de la Asunción de Nuestra Señora, con tres naves y portada con dos torres, cuya construcción se inició en 1360 y que es un magnífico ejemplo del estilo gótico polaco.
A lo largo de los siglos, la Plaza del Mercado ha sido el lugar elegido por los comerciantes y un impasible testigo de numerosos acontecimientos, tales como ceremonias, celebraciones y ejecuciones públicas, llegando incluso a adoptar el nombre de Adolf Hitler Platz durante la ocupación nazi.
Iván Martínez

05/29/18

LUXEMBURGO (Nicolas Liez, 1870)


Luxemburgo, la capital del Gran Ducado de Luxemburgo, es conocida como la Gibraltar del Norte. Su fortificación conserva el casco histórico y el recinto amurallado, que ha hecho posible que la ciudad se encuentre entre la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El nombre de Luxemburgo proviene de una antigua fortaleza llamada Lucilinburhuc que se ubicaba allí en la época carolingia, a mediados del siglo X.
Se trata de una ciudad con grandes diferencias de altura. Está atravesada por los ríos Alzette y Pétrusse, por lo que se ve repartida en dos partes, un alta entre acantilados, y otra baja en torno al valle que los ríos crean. Son necesarios numerosos puentes y viaductos para unir las diferentes partes de la ciudad. La estructura de las calles y edificaciones se ve influenciada por las instalaciones militares del pasado, que aún se conservan: bastiones, torres, cuarteles… El casco histórico se encuentra entre las dos corrientes fluviales, e históricamente su crecimiento se vio limitado también por la muralla, pero tras su derribo la ciudad pudo seguir creciendo.
Debido a su posición estratégica, su pasado fue muy convulso. Tras la extinción de la poderosa Casa de Luxemburgo (1247 – 1437), fue gobernada por el Ducado de Borgoña, posteriormente pasó a manos de los Habsburgo (1477), y formó parte de los Países Bajos españoles a partir de 1556. Tras el tratado de Utrech fue cedido a la línea austriaca de los Habsburgo (1713); y después de la ocupación por parte de Francia (1815), el Tratado de París transformó la ciudad en un Gran Ducado. Luxemburgo fue ocupada por Alemania desde 1914 hasta 1918. Desde la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en uno de los países más ricos, impulsado por un gran crecimiento en el sector de los servicios financieros, la estabilidad política, y la integración europea.
En el cuadro  podemos observar la ciudad de Luxemburgo desde Fetschenhof hacia el valle, el puente (Eisebunnsbreck), y el río (Alzette). Esta pintura de Nicolas Liez fue considerada la más importante en 1870, ya que muestra el comienzo del desmantelamiento de la fortaleza decidido después del Congreso de Londres de 1867. La altura de las rocas y el puente de la carretera de hierro se enfatiza para resaltar la importancia de la fortaleza
En la zona inferior derecha de la imagen podemos observar el Fort Thüngen, la fortificación histórica de la ciudad. Fue construido en 1732 sobre la Redoute du parc, un fuerte levantado cincuenta años antes. Se amplió en 1836, y fue reforzado en 1860. A pesar de ello, la mayor parte de la fortaleza fue derruida tras el tratado de Londres de 1867. Solo quedaron las tres torres y los cimientos. Actualmente ha sido reconstruido, y en el podemos encontrar el Museo Dräi Eechelen (Museo de las Tres Bellotas).
Las aguas que vemos bañando la ciudad son las del anteriormente mencionado río Alzette, que nace en Francia y recorre 73 kilómetros. Se ve como transcurre bajo el puente Eisebunnsbreck. Al encontrarnos ante una ciudad tan protegida por el entorno, los puentes son necesarios para poder acceder a ella. Cabe destacar el Puente Adolfo o Puente Nuevo (1900), que fue símbolo de la independencia de Luxemburgo; la Passerelle o Puente Antiguo, viaducto en arco construido entre 1859 y 1861 para sustituir a una pasarela de madera; el Puente Gran Duquesa Charlotte (1962-1965); y el Puente Victor Bodson (1993).
Tras este gran puente encontramos un edificio, la antigua abadía de Neumünster. Es un monasterio de monjes benedictinos del siglo XVII que ha sido reconstruido varias veces. Los edificios han sido utilizados para diversos servicios durante el siglo XIX, convirtiéndose en el Centro Cultural de Reencuentro de la Abadía de Neumünster (CCRN) desde 1977, un lugar de encuentro público y actividades culturales. A la izquierda, en una posición elevada, encontramos una zona fortificada. Parece corresponderse con la Ciudadela del Espíritu Santo. El convento del Espíritu Santo fue fundado en 1234. Aquí está actualmente la nueva «Ciudad Judicial», el centro del sistema de justicia de Luxemburgo.
A pesar de no poder verlos en el cuadro, Luxemburgo cuenta con una serie de túneles construidos en 1644 durante la dominación española, y ampliados en ocasiones posteriores por los franceses y los austriacos. Las galerías eran de 23 kilómetros de largo, y se colocaron a diferentes niveles a modo defensivo (en español son denominados como “casamatas”, un término militar para hacer referencia a los espacios que albergan armas defensivas). Tras el desmantelamiento de 1867 se mantuvieron 17 kilómetros. Las casamatas de Bock son visitables desde 1933, y en 1994 fueron incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A continuación, podemos observar la ciudad, amurallada y protegida, en la que podemos distinguir algunos edificios que destacan en su horizonte. Comparando este cuadro con otras producciones artísticas antiguas (Joan Blaeu: Luxembourg City ,1649; Georg Braun, Franz Hogenberg: Luxembourg City ,1598), y con los mapas actuales de la ciudad, podemos hablar de una serie de edificios relevantes de izquierda a derecha: la Catedral de Santa María, la Iglesia de San Miguel y el Palacio Gran Ducal. La Catedral de Santa María o Catedral de Nuestra Señora, cuya primera piedra fue colocada en 1613. Estuvo dedicada a San Nicolás y Santa Teresa, posteriormente a San Pedro y finalmente a la virgen. En su interior se encuentra la cripta y la capilla mortuoria de la familia del Gran Ducado. El sitio religioso más antiguo de la ciudad es la Iglesia de San Miguel. En el 987 se construyó la primera iglesia en este lugar como capilla del castillo para el conde de Luxemburgo. El edificio fue destruido y reconstruido varias veces; y su aspecto actual es del de 1688. El Palacio Gran Ducal es la actual residencia del Gran Duque. En un principio fue el Ayuntamiento de Luxemburgo (1572-1795); y durante la ocupación nazi fue utilizado como sala de conciertos y taberna, resultando gravemente dañado.
María Amparo Sueiro Ramos

05/29/18

BURGOS (Anton Van Der Wyngaerde, 1565)

La siguiente ilustración es un dibujo de Anton Van den Wyngaerde realizado en el año 1565, que representa a la ciudad de Burgos. Burgos desde sus orígenes ha sido la ciudad más importante del reino de Castilla por ser ser su centro administrativo y por su rico patrimonio histórico y cultural. 

La ciudad fue fundada por el conde Diego Rodríguez Porcelos en el año 884 a petición de Alfonso III con el objetivo de frenar la marcha musulmana, convirtiéndose de esta manera en un castillo amurallado con características militares y destinado a varios fines, entre ellos el defensivo. Desde mediados del siglo XIII, experimentó un destacado ascenso en cuanto a factores sociales, económicos y culturales, contaba con un comercio bastante desarrollado, sobre todo de lana, y llegó a su máxima riqueza a principios del siglo XVI, cuando los Reyes Católicos otorgaron a la ciudad el monopolio para todo el comercio de las lanas castellanas.

Gracias a su excelente ubicación intermedia entre los puertos del norte y los centros productores, y a su relevante situación en del Camino de Santiago, Burgos pasó de ser una ciudad agrícola a convertirse en una potente y rica región potenciando su actividad mercantil en la industria textil, guiada principalmente por la Universidad de Mercaderes y el Consulado del Mar. Su comercio se dirigió de esta forma, a todas las comarcas españolas, al igual que a otras ciudades del extranjero en especial, al condado de Flandes  y a Inglaterra. En La década de los 50 del siglo XVI, la balanza comercial de la lana  tocó su fin, puesto que se abrieron  otros mercados  comerciales con multitud de nuevos productos que provenían del nuevo continente americano y cuyo destino era el puerto de Sevilla. Esto provocó que muchos artistas y mercaderes burgaleses fijaran sus residencias y fondos en la ciudad andaluza.

Burgos está situada a los pies de una fortaleza, que se encuentra en lo alto del cerro de San Miguel, y estaba cercada por una muralla exterior con el fin de preservar el centro. Desde el castillo se observaba el resto de la ciudad y la llanura del río Arlanzón sobre el cual, cruzaban diversos puentes como el de San Pablo, Malatos o Santa María, y que la dividía en dos partes. Las enormes obras realizadas para su ampliación y decoración, entre finales del siglo XV e inicios del XVI otorgaron a la ciudad su aspecto característico. La ciudad estaba acordonada por doce puertas y 93 torres a lo largo de una muralla de gran altura y por dónde se accedía a su interior con la intención de, proteger a la nobleza, el control fiscal y recaudar impuestos.

En relación a, su configuración urbana la población iba dejando libre los cerros para instalarse a orillas del río y usar su pradera como lugar comercial y religioso también, comenzaron a producirse importantes transformaciones en los barrios de la Mezquita, las Canales o Manzanillo, en los cuales se levantaron y rehabilitaron edificios emblemáticos como la Casa del Cordón, Casa Miranda o el palacio de Castilfalé además de, una gran variedad de viviendas y manzanas. En el centro de la misma se hallaban los monumentos de más interés cultural y religioso, como es el caso de La Catedral de Burgos o las iglesias de San Nicolás de Bari y San Lesmes Abad, del mismo modo que las áreas mercantiles más relevantes como el Mercado de las Llanas o las Plazas del Mercado Mayor que tenía forma trapezoidal, a la vez que soportales y Mercado Menor, la cual, aparte de  contar con porches estaba divida en dos sectores: la parte que comunicaba con la anterior y  la zona en dónde se encontraban la mayoría de las residencias nobiliarias separándose así, de las juderías, los barrios humildes y los arrabales formados en los extramuros como el de San Juan o Las Huelgas, los cuales, estaban dotados de enormes huertas por otro lado, su plano urbano era irregular con calles estrechas y trazados sinuosos que dificultaban la conexión entre las distintas áreas de la ciudad lo que originaba una planificación muy desordenada.

En esta época, la ciudad llegó a tener 25.000 habitantes por consiguiente, se  expandió hacia el otro lado del río y las vías, de la misma forma que comenzaron a alzarse y modificarse diversos monasterios y conventos tal es el caso del Convento de la Merced, Santa Clara o el Hospital de la Concepción que fueron configurando este espacio provocando de esta manera, el aislamiento físico y socioeconómico con el resto de la ciudad.

Roberto Bravo Rodríguez

05/29/18

ZARAGOZA (Dionisio Casañal y Zapatero, Siglo XIX)


El plano elegido para su análisis es de finales del Siglo XIX, entre los años 1885 y 1891, dibujado y coordinado por Dioniosio Casañal. Dionisio Casañal y Zapatero (Zaragoza,1846-1913) fue un destacado topógrafo que desarrolló una notable actividad como empresario cartógrafo, un geómetra que llegó a tener una cierta proyección internacional, y también un ciudadano que tuvo una activa presencia en las esferas política y social de Zaragoza.
Zaragoza es la capital de la Comunidad Autónoma de Aragón y de la provincia, aparece como la quinta ciudad más grande de España, y se ha convertido en el principal centro de comunicaciones de la Comunidad Autónoma. Caesaraugusta o Caesar Augusta fue el nombre de la ciudad romana de Zaragoza, fundada como colonia protegida de Roma en el año 14 a. C., posiblemente el 23 de diciembre,​ sobre una ciudad ibérica intensamente romanizada. Su fundación tuvo lugar en el marco de la reorganización de las provincias de Hispania por César Augusto tras su victoria en las guerras astur-cántabras. Zaragoza contaba con el estatus de colonia libre, que le otorgaba determinados privilegios.
La situación y emplazamiento depende de la topografía o del medio físico, y de la función para la que se creó dicha ciudad. La colonia romana de Cesaraugusta se ubicó en la margen derecha del poderoso río Ebro, cerca de la desembocadura de otros dos cauces fluviales, el Gállego, el Huerva los cuales atraviesan la ciudad y el Canal Imperial de Aragón en el centro de un amplio valle. Su privilegiada situación geográfica la convierte en un importante espacio estratégico por lo que comunica con otras ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y Toulouse. El emplazamiento de Zaragoza fue establecido entre la desembocadura del Jalón y la del Gállego, a la derecha del río Ebro. La dificultad para atravesar el caudaloso Ebro propició que el crecimiento de la ciudad se realizara de una forma natural hacia el sur, olvidando la margen izquierda del río. En la ribera y en el área urbana, el terreno es llano por lo general, sobre todo en la parte N de la ciudad asentada en la margen derecha de la desembocadura del río Gállego, mientras que la S tiene una inclinación más pronunciada conforme se aleja del Ebro. La ribera está rodeada de escarpes, cornisas o cárcavas dando lugar a relieves abruptos, en ocasiones con fuertes desniveles. 
La morfología urbana de Zaragoza está formada por un plano irregular en el centro de la ciudad, al sur del Ebro. Se sabe que es un plano irregular porque presenta calles estrechas y plazas sin formas definidas. En esta zona la trama es cerrada debido a que la disposición de los edificios muestra que se sitúan muy cerca los unos de los otros. El resto de las partes del plano que parten a raíz del centro de éste, constituyen un plano hipodámico-reticular sobre todo se aprecia en la parte sur del plano tanto a su derecha como a su izquierda debido a que sus calles se cortan en ángulo recto. Al otro lado del río Ebro en zona superior a la izquierda aparece por esa un tipo de plano regular debido a que se observa que la distribución de los edificios está planificada, y en la parte de la derecha de esa misma se observan naves industriales. Las tramas cerradas se establecen en el centro de la ciudad del plano irregular al sur del Ebro, en donde se encuentra el casco histórico y en la mayor parte inferior de la imagen a ambos lados. En las tramas cerradas los edificios se establecen muy cerca los unos de los otros, por el contrario, en las tramas abiertas los edificios se sitúan espaciados entre sí. 
Por consiguiente, el casco histórico de Zaragoza tiene orígenes romanos y estuvo rodeado por murallas. La función que éstas tenían era de carácter defensivo, y además delimitaban a la ciudad. En la actualidad, todavía se conserva parte ellas. Dentro del recinto amurallado podemos apreciar una organización a partir de dos calles que todavía permanecen visibles en la actualidad: el Cardo que está en posición perpendicular, y el Decumano que se dispone horizontalmente hacia la zona del río un poco desplazada hacia el norte. Ambas forman una especie de cruz en cuyo centro se situaba el foro, que era la parte más importante de la ciudad puesto que en él se llevaban a cabo las actividades de intercambio económico, cultural, social, político y comercial.
En el plano también podemos diferencias dos tipos de ensanches urbanos. Tomando como referencia el centro de la ciudad, en la parte inferior predominan los ensanches obreros, en los que las edificaciones presentan una cierta desorganización y una trama bastante cerrada ya que, entre dichos edificios, apenas se aprecia espacio alguno. En cambio, el tipo de ensanche burgués se sitúa justo en la parte superior, ya que de modo generalizado la edificación presenta edificios bastante separados los unos de los otros, bien planificados y con amplias calles, desarrollando una trama abierta. El ensanche burgués se establece en función al crecimiento urbano del siglo XIX, que plasma sus ideas de orden, higiene y beneficio económico. Los edificios son manzanas cuadriculadas que se disponen de forma simultánea entre calles emplazadas principalmente de forma paralela o perpendicular, favoreciendo la accesibilidad, la comunicación y los espacios verdes abiertos en los tramos donde se extiende el ensanche burgués, siguiendo siempre una corriente ideológica humanista.
Como conclusión, a partir del análisis del plano urbano que representa la ciudad Zaragoza en los años 1885-1891, he desarrollado varios elementos significativos tales como: las murallas romanas y la ciudad medieval que creció en torno a la romana; las dos calles principales en forma de cruz, el Decumanus y el Cardus; el puerto fluvial a la orilla del río Ebro, que se consideró uno de los tres puertos más importante de Hispania; el foro romano como centro principal de la vida pública, generalmente situado en el centro de la ciudad, pero en el caso concreto de Zaragoza junto al río Ebro; el teatro como lugar de entretenimiento y cultura, y las termas públicas como dato curioso.
Todos estos elementos formaban parte la colonia romana Ceraraugusta que nació a la derecha del Ebro. La visión de futuro de la ciudad se espera que por medio de la evolución de su casco histórico se mejore el espacio urbanístico de la ciudad para establecer en ella nuevas actividades económicas, turísticas y residenciales, proyectar la ciudad en un ámbito nacional e internacional, y que se convierta en un valioso recurso cultural para la historia e identidad de dicha ciudad. Esto ya lo decía Ortega, la ciudad por excelencia es la más clásica y mediterránea donde el elemento fundamental es la Plaza. “La urbe es ante todo, esto: plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa y la elocuencia, la política”.
En definitiva, el gran desarrollo de las ciudades y de las formas de vida urbana es uno de los fenómenos que mejor caracterizan nuestra civilización. Los estudios demuestran cómo cada época deja huella y está grabado en los muros, en recientes descubrimientos y en la actividad humana. En este sentido, Europa se caracteriza por ser uno de los continentes más urbanizados. Zaragoza conserva un tesoro histórico, pero con el tiempo se ha convertido en una de las ciudades más influyentes de España.
Silvia Elena Arboleda Lopera

05/29/18

GIJÓN (1929)


La imagen elegida corresponde a un plano de Gijón extraído de una guía publicada en 1929 por la oficina de turismo de esta ciudad, donde se exponen los diferentes puntos de interés que visitar y las actividades desarrolladas ese verano en la ciudad. Para los interesados dejo el link de la página: http://gijonenelrecuerdo.elcomercio.es/category/planos
Gijón, se sitúa en el centro de la costa asturiana y es una de las ciudades más grandes del Principado de Asturias. Se extiende sobre una cuenca abierta al mar Cantábrico, de escasa altitud y suave topografía. La ciudad se levanta sobre un peñasco situado en la parte colindante con el mar Cantábrico, antiguamente unido a tierra por una lengua arenosa. El interés principal en esta zona para los primeros pobladores, el pueblo romano, era la riqueza en metales y minerales de las tierras del norte de España y el fácil dominio y control que este tómbolo presentaba de forma natural, para la creación de un asentamiento. Estaba unido con el resto del territorio a través de un camino llamado la ruta de la Plata.
Se construye a finales del siglo III y principios del IV d.C. una muralla de unos 850 metros de largo y 4,60 metros de ancho para una mejor defensa y protección de la ciudad. Esta fortificación se hallaba franqueada por varias torres semicirculares de 4 ó 5 metros de diámetro, situadas a intervalos de 18 metros. Solo existía una puerta principal formada por dos torres cuadrangulares de 5,40 metros de lado, separadas por un intervalo de 50 metros. La villa crecerá y se desarrollará dentro de la muralla con un trazado irregular, quedando algunos restos de esta muralla actualmente en la zona. También se puede observar el paso romano gracias a la excavación de las termas de la Campa Torres.
La ciudad crece formando un modelo concentrado e irregular, de calles estrechas y empinadas, con casas solapadas unas sobre otras a lo largo del terreno abrupto. Se desconoce a ciencia cierta el punto central alrededor sobre el que creció la ciudad, debido a sus límites naturales, al norte el cerro y al este y el oeste el mar. Esto no la permitió crecer con una forma radio-céntrica clara, sino más bien irregular, aunque se sospecha que el centro podría corresponder a la Plaza del Marqués, en el barrio de Cimadevilla. Podríamos situarla en uno de los extremos izquierdos de la antigua muralla, rozando la zona del puerto.
Entre los siglos VIII y XI, la ciudad quedó prácticamente abandonada, resurgiendo gracias al poder del intercambio comercial y la pesca de bajura. La zona más alta del emplazamiento, lo que se conoce actualmente como el Cerro de Santa Catalina, quedó sin edificar debido a los fuertes vientos que azotan de forma constante la zona. Más adelante se levantarán dos construcciones, el Elogio al horizonte y el faro. El segundo ya desaparecido. El faro fue construido alrededor del año 1867, desapareciendo alrededor de 1898 para la construcción de una zona de defensa con cañones situados en diferentes puntos estratégicos. El Elogio es una estructura de hormigón realizada por el escultor vasco Eduardo Chillida en el año 1990.
El Cerro divide la ciudad en dos partes, extendiéndose a lo largo de dos franjas costeras y los alrededores del río Piles, que desemboca en la playa de San Lorenzo. La forma de la ciudad cambia, pasando adquirir una estructura lineal, por la necesidad del pueblo de desarrollar alguna actividad económica para su supervivencia, que se basa en la pesca de bajura y el pequeño comercio. Se forma así el primer puerto de Gijón en 1840, el Puerto Deportivo, en torno a un conjunto arenoso, los arenales del Natahoyo, formado por una pequeña dársena donde se apiñaban un conjunto de barcazas pesqueras. La situación económica de Gijón era por tanto de baja sostenibilidad difícil de mantener solo con la venta de pescado entre los propios gijoneses.
En 1858, se encarga al arquitecto Andrés Coello, el diseño de una Plaza Porticada, donde se levantará la nueva Casa Consistorial, situada en la zona de Cimadevilla, dejando el mar y la playa de San Lorenzo al noreste y el casco antiguo de la ciudad junto con el cerro de Santa Catalina al noroeste. Con el objetivo de unir ambas zonas de la ciudad, la antigua y la nueva.
A mediados del siglo XIX, crece el interés por las explotaciones de carbón. Esto produce el aumento de la iniciativa industrial de la zona y un incremento en el flujo de tráfico marítimo, para el transporte de dichas mercancías, lo que supuso un leve repunte la actividad económica de la ciudad. En 1852, se cambia la ubicación del puerto a otra zona conocida como el Musel. El Puerto deportivo,mantiene su primacía sobre el cabotaje de carbón durante un tiempo. Numerosas embarcaciones de pesca siguen atracando allí. En 1907 el Musel empieza su mayor movimiento comercial, principalmente con la explotación de mineral de hierro y carbón. A mediados del siglo XX, es gracias al buen funcionamiento del Puerto, que la economía asturiana aumenta, con el traslado a granel de carbón y del mineral de hierro,usando para su transporte el ferrocarril. 
Hacia el año 1980 sufre un importante deterioro y su actividad se ve reducida a pequeñas actividades pesqueras y pequeños talleres de reparación. En 2006 sufre su última gran remodelación, equipando el puerto con nuevas y mejoradas instalaciones con el fin de acoger embarcaciones deportivas. Actualmente se ofrecen múltiples actividades lúdicas. Hoy el Puerto del Musel, cuenta con una de las instalaciones portuarias más importantes de España, y abarca actividades comerciales, náutico deportivas, turísticas, pesqueras y astilleros, siendo el principal puerto granelero de España.
La parte oriental de la ciudad crece también de forma lineal a lo largo de la playa de San Lorenzo y en torno al río Piles que desemboca en dicha playa. A finales del siglo XIX, el comercio y el turismo nacional aumenta gracias a la Plaza de Toros y a la Feria de Muestras de Gijón. Se produce así una inflación en la economía gijonesa que propicia el crecimiento urbanístico y demográfico, las nuevas zonas urbanas empiezan a tener una forma ortogonal, sus calles son rectas y regulares, basadas en perpendiculares y paralelas, tomando como punto central estas dos estructuras mencionadas anteriormente.
Gijón ha sufrido muchos cambios a lo largo del tiempo, debido principalmente al factor económico. Nace como una villa romana de valor estratégico militar. Durante la edad media, desaparece durante un tiempo, reapareciendo gracias al poder comercial. Con la revolución industrial, el tamaño de la ciudad y poder adquisitivo de los gijoneses aumenta promoviendo el traslado de mercancías a nivel nacional. Finalmente, el turismo junto con el transporte de mercancías se convierte en elemento clave de la economía de esta. Por todo ello, se puede concluir, que Gijón, por un lado, es una ciudad cuya importancia recae como destino turístico y por otro lado eje básico del abastecimiento de materias primas a nivel nacional.
Raquel Ortega Galán

05/29/18

GANDÍA (Juan Fernández Palomino 1765).


Se trata de un grabado antiguo que muestra una panorámica de Gandía, realizada por Juan Fernández Palomino en 1765. El autor ve Gandía desde al sur, por lo que la imagen representada corresponde a la zona meridional de la ciudad. El mar, que no se ve, quedaría a la derecha del dibujante y a su izquierda el macizo del Mondúver y la Marxuquera. Es una localización amurallada, en cuyo interior destacan una serie de edificios, civiles y religiosos y el resto de las edificaciones populares. Está ubicada en la llanura costera del sureste de la provincia de Valencia. Se caracteriza por un relieve plano, rodeada al noreste por el río Serpis, al este por el mar Mediterráneo, al sur el término de Oliva y es la capital de la comarca de la Safor.
En la segunda mitad del siglo XVIII la situación política se caracteriza por el abandono de la ciudad por parte de los duques de Gandía, y su macha a Madrid. Los Borbones triunfan en la guerra de Sucesión y el señorío pasa al duque de Benavente y luego al duque de Osuna. En el ducado de Gandía el señor mantenía grandes privilegios. El sector agrícola seguía siendo prioritario frente a un reducido número de personas dedicadas a la artesanía y por tanto el poder gremial era reducido. En Gandía existieron 19 agrupaciones gremiales; tres de ellos relacionados con la industria de la seda y el resto con actividades de la vida cotidiana (panaderos, carpinteros, carniceros, sastres, curtidores, etc.). Pero estos gremios no tuvieron mucho poder puesto que no se podía abrir ningún nuevo negocio sin la autorización del señor y además eran sectores muy cerrados para proteger sus propios privilegios. 
En el reinado de Carlos III se diversificó la economía y se inició una tímida industrialización. En esta época se produjo un notable aumento de la población debido al desarrollo agrícola por el aumento y mejora de los regadíos y la variedad de los cultivos, a saber, frutales, verduras, hortalizas, moreras para la crianza del gusano de seda y todavía partes de secano (cereales principalmente). Esta riqueza en la agricultura, produjo unos excedentes que servían para ser comercializados y muchos agricultores dedicaron parte de su tiempo a oficios artesanales como parte complementaria de sus ingresos.
A pesar del auge de la ciudad, su morfología se mantuvo irregular, ya que los edificios más importantes se levantaban en el centro de la ciudad e incluso a veces se aprovechaban bases para remodelar los ya existentes. Así se formaban travesías secundarias a partir de los ejes principales de la ciudad, que en este caso eran la calle Mayor principal y comercial, la Calle del Río y la Plaza del Santo Duque o Plaza Mayor. Durante la época de los Borgia, la ciudad se mantuvo constreñida al interior de la muralla, con diversas puertas de acceso quedando los límites completamente cerrados, teniendo carácter defensivo y fiscal
Posteriormente, se destruyeron y superaron las murallas siendo la evolución de Gandía muy notable. A partir las cortes de Cádiz (1812), que acabaron con el régimen feudal, se aceleró el desarrollo de la ciudad, favoreciendo mejoras como la inauguración del puerto marítimo en 1886, que era y es todavía hoy un elemento clave de exportación de cítricos y hortalizas, tanto de la ciudad como de comarcas próximas, y otras manufacturas. Finalmente el paso del ferrocarril Gandía-Alcoi en 1892, le dio mucha más actividad comercial y permitió fundar el primer periódico local conocido como El Litoral.
En 1900, comienza la explotación de los cítricos, la industria, el comercio y 60 años después se produce el fenómeno de turismo de sol y playa. En consecuencia, hubo un importante aumento demográfico que tuvo que buscar residencia en nuevas expansiones de la localidad. Aparecieron barrios anexos de carácter octogonal situados al norte y al oeste de la ciudad antigua. Después se mejoró la comunicación rodada entre el pueblo y el pequeño barrio del puerto. Esta vía, muchos años después fue el eje de una urbanización lineal moderna. A su vez, el barrio del puerto también creció debido al incremento de la actividad portuaria y del ferrocarril. Al norte del puerto, se construyó un paseo marítimo paralelo a la costa donde se ubica una urbanización paralela al mar de 7 kilómetros, que hace que en la actualidad se cuadruplique la población en verano.
La capital de la comarca de la Safor, evolucionó tanto que el 21 de Mayo de 2010, entró en un nuevo estatus: el reconocimiento como Gran Ciudad. Esto supone un régimen de gestión especial debido a que viven más de 75.000 habitantes en invierno, en verano hasta 250.000. Como conclusión, Gandía es una ciudad que evolucionó desde la Reconquista por Jaime I en que la economía se basaba en la agricultura y el comercio de la seda a ser hoy en día una urbe en que predominan el turismo y los servicios. Pasando a un segundo plano la agricultura y la industria. Toda esta nueva población ha tenido como consecuencia la expansión de la ciudad por fuera de las antiguas murallas gracias a barrios octogonales y lineales y el importante esparcimiento de la urbanización a lo largo de la playa.
Elisa Ostalé Estévez

05/27/18

EDIMBURGO (William Paterson, Siglo XIX)


La imagen seleccionada para el trabajo de análisis del espacio urbano se corresponde con la ciudad de Edimburgo, capital de Escocia. La ilustración data del año 1875, siglo XIX. Los datos que se han podido recopilar de la fotografía además de la fecha, se corresponden con el lugar de donde ha sido extraída. La imagen pertenece a la página 012 de la guía de Paterson a Edimburgo, por Paterson, William. La ciudad de Edimburgo, se ubica en la Costa Este de Escocia, enclavada entre las colinas de Pentland y el estuario del Fort. El emplazamiento de la ciudad es bastante curioso ya que se encuentra a un par de kilómetros del mar y entre siete u ocho colinas de origen volcánico.
Edimburgo es la capital y un concejo de Escocia (Reino Unido) constituye la segunda ciudad más grande del país después Glasgow. Es la capital de Escocia desde 1437 y sede del gobierno. Fue uno de los centros más importantes de educación y cultura durante la Ilustración gracias a la Universidad de Edimburgo y al hecho de que Inglaterra tomara el control de la ciudad en 1482. La ciudad constituye la sede del gobierno nacional y local, y es administrada por tres niveles de gobierno, el ayuntamiento, el parlamento escocés y el parlamento del Reino Unido.
Como principales acontecimientos, cabe destacar que los siglos XVI y XVII marcaron una de las épocas más tristes y lúgubres en la historia de Edimburgo, cuando la población fue afectada por las continuas luchas contra los ingleses y hubo de construirse una muralla que rodeara la ciudad con el objetivo de proteger la misma de posibles invasiones. La construcción de esta muralla supuso una limitación al crecimiento de la ciudad y obligó a los habitantes de Edimburgo a construir edificios con grandes dimensiones de altura, llegando a haber edificios de hasta doce plantas, e incluso construyendo casas de madera sobre otras ya edificadas. Estas condiciones, sumadas a la influencia de otros factores, llevaron a Edimburgo a transformarse en un lugar en el que residían miles de personas, sin condiciones higiénicas suficientes, plagas, pobrezas, enfermedades contagiosas, incendios etc. Sin embargo, esto no supuso una disminución de la sociedad sino un aumento, llegando a contar con 50.000 personas en el siglo XVII.
Dado que la situación era insostenible, fue entonces en el siglo XVIII cuando se inician los planes para la construcción de una nueva ciudad. El encargado de dicho proyecto sería James Craig quién se hizo cargo del proyecto por concurso público. En este mismo período, la existencia de las murallas se hizo ya innecesaria debido al Acta de Unión que se firma entre Escocia e Inglaterra. Es en el siglo XIX, época de la imagen, cuando se dan por finalizadas las obras de la Ciudad Nueva, dando como resultado a la creación de varios monumentos como el de  Walter Scott, la acrópolis de Calton Hill y la Galería Nacional.
En lo referente a la estructura, en la presente imagen destaca, en la parte izquierda de la misma el casco histórico de origen medieval, conocido como “Old Town”. En el lado opuesto, o en la parte derecha de la imagen se aprecia la ciudad nueva o “New Town”, la cual se podría definir como el ensanche ya que se trata de una zona ampliada de la ciudad en el siglo XIX. En cuanto al trazado, se puede decir que en sus inicios la ciudad vieja o “Old Town” albergaba un plano lineal, en el cual el eje central seria la conocida calle “Royal Mile”. La cual empezaría con el Castillo de Edimburgo y finalizaría con el palacio de Holyrood. Por otro lado, en cuanto al trazado de la ciudad nueva o “New Town” la distribución de la misma tendría que ver con el plano ortogonal, ciudad formalista y geométrica opuesta al origen medieval de la ciudad antigua. Esta ciudad nueva, cuenta con una gran calle central, seguida de dos calles paralelas, la zona residencial de dos grandes espacios verdes, que se corresponderían con dos grandes parques.
Entre los elementos urbanos más importantes, destaca la calle “Princes Street”, que constituye el eje principal de la ciudad nueva. Esta calle, marca la separación y diferenciación entre ambos espacios. En la ciudad antigua uno de los elementos urbanos que destaca es el castillo de Edimburgo, pero, en la imagen, se pueden apreciar otros edificios como la catedral de Saint Giles y la torre de Hub. Otro de los elementos que se puede apreciar, es el puente “North Bridge” puente que comunica y permite el acceso de ambas ciudades favoreciendo así la unión entre ellas. Aludiendo de nuevo a una de las calles principales, cabe considerar que las principales actividades económicas de la ciudad tienen que ver con el sector terciario o de servicios, ya que en estas calles principales, albergaban los principales comercios o locales, los cuales prestaban todo tipo de servicios a los habitantes,  además de despuntar en ella el sector financiero y de la banca. Del mismo modo, debido al poder cultural de determinados edificios, así como la creación y separación de la ciudad en dos, se incrementó la actividad turística y de la construcción.
Después de haber analizado la imagen, se puede concluir la influencia de diversos factores históricos, políticos y económicos que llevaron a muchas de las ciudades europeas a distribuciones como la que se ha analizado y estudiado a lo largo de este artículo.
Leticia González García

05/27/18

VARSOVIA (Bernardo Bellotto, 1773)


Esta obra, recuperada de la Web Gallery of art,  se titula Vista de Varsovia desde la terraza del Palacio Real y fue realizada en 1773 por el artista Bernardo Bellotto, en la propia ciudad de Varsovia. Se trata de un óleo sobre lienzo, perteneciente al estilo Rococó que se encuentra en el Museo Nacional de Varsovia.
En sus comienzos, este artista, también conocido como “Canaletto el Joven”, comenzó a adoptar el estilo y la temática vedutista de su tío Giovanni Antonio Canal. Este se caracterizaba por la representación de monumentos y lugares típicos solos o con la presencia de figuras humanas. Poco a poco recorrió muchos países, hasta que en 1776 se asentó en la ciudad de Varsovia, donde el rey de Polonia II August Poniatowski le ofreció un puesto como pintor de la corte polaca. Bellotto lo aceptó y durante este periodo realizó en torno a veintiséis obras sobre las vistas de Varsovia, la cuales fueron realizadas para su puesta en la suite del Palacio Real. Sin embargo esta pintura no se categorizó en ese grupo. Se deduce que fue pensada para los departamentos privados del rey. Con el tiempo, las obras de Belloto que ofrecen una perspectiva de Varsovia, como esta, fueron utilizadas para la reconstrucción de los edificios de la ciudad dañados por los bombardeos de la II Guerra Mundial.
Varsovia se encuentra en el centro-este de Polonia, concretamente en la región de Mazovia, a las orillas del río Vístula. En ella se pueden encontrar dos formaciones geomorfológicas principales, que son la llanura meseta de morrena y el valle del Vístula con diversos bancales. El rio Vístula divide a la ciudad en dos partes: derecha e izquierda. La parte izquierda se caracteriza por la meseta de morrena y los bancales del río, donde resulta de interés la zona de la Escarpa de Varsovia, situada en el casco antiguo. La parte derecha se corresponde con áreas boscosas de pinos. El río Vístula es uno de los principales ríos de Europa Oriental y se caracteriza por ser el más importante de Polonia; nace a 1220 metros de altitud en la vertiente septentrional de los montes Cárpatos y desemboca en la Bahía de Gdansk (Mar Báltico). Su importancia como arteria de comunicación fluvial permitió el desarrollo económico de la ciudad ya que se convirtió en un camino natural para transportar productos y favorecer el comercio. 
En cuanto a su estructura y representación urbanística, la ciudad presenta un plano irregular, sobre todo en el centro histórico. Allí se encuentra en el barrio viejo, donde converge la calle Krakowskie Przedmiescie con la calle Podwale. Este tipo de plano, como se puede observar, provoca que las calles sean estrechas y la línea recta no es frecuente, lo que suponía un freno importante para el tránsito de vehículos. Además la proximidad entre las casas y los edificios hace que el sol apenas penetre durante el día en las fachadas.
En cuanto al contexto histórico de la obra, en la segunda mitad del siglo XVIII, Varsovia se convirtió en un centro cultural, económico, político y comercial debido a la llegada de la Ilustración. En el ámbito político se desarrollaron ideas, cambios y crecimiento que ejercieron una fuerte influencia en la ciudad. La aparición del sistema bancario, las empresas manufactureras y otras empresas provocaron una base económica firme. Asimismo durante este periodo ilustrativo la población se alteró. El desarrollo de fábricas provocó que el número de trabajadores se incrementase y la clase de los mercaderes, industriales y banqueros se expandiese. Además se produjo una migración rural hacia las ciudades. Todos estos cambios provocaron el desarrollo de la industria de la construcción. A su vez, se produjeron nuevas residencias nobiliarias y la clase media comenzó a construir sus propias casas, que marcaban una diferencia social. Con todo ello, las funciones de la ciudad se configuran en político-administrativas ya que las empresas y los bancos hacen sus gestiones en la ciudad; comercial debido a la repartición de productos entre las diferentes localidades; industrial ya que se empiezan a desarrollar fábricas y cultural y religioso debido a la presencia de multitud de monumentos y centros religiosos.
Por último, en la imagen se aprecian diversos elementos urbanos. El castillo de Lubomirski, también conocido como Palacio Presidencial de Varsovia, es un edificio cuadrilátero con un patio interior rodeado de fortificaciones de piedra, que desde 1643 forma parte de la Ruta Real, utilizada por los reyes para trasladarse de su residencia al Palacio Real. Su construcción original se inició bajo las órdenes del Gran Hetman con el arquitecto Constantino Tencalla. Durante unos años fue la residencia privada de familias aristocráticas y finalmente fue usado como edificio de gobierno.
En cuanto a las iglesias,  la Iglesia de Santa Cruz se construyó a finales del siglo XVII, y es uno de los centros católicos de estilo barroco más significativos, donde se encuentra enterrado el corazón de Frederic Chopin. Por su parte, la Iglesia de las Carmelitas, del mismo estilo que la anterior, fue construida en el siglo XVII y no fue destruida durante la guerra, por lo que conserva elementos originales. A su vez, la Iglesia de San José de los Visitacionistas fue fundada en el siglo XVII durante el reinado de Juan II Casimiro Vasa. También es una de las pocas iglesias que se salvaron de la destrucción durante el levantamiento de Varsovia. Cabe destacar que en su interior se encuentra un órgano que fue testigo de los conciertos que brindó el músico Frederick Chopin. Finalmente la Iglesia de Santa Ana fue construida en el siglo XV y es la iglesia más antigua de Varsovia. En el siglo XVII se le añadió una torre campanario desde donde hoy los turistas pueden observar las vistas de la Ciudad Vieja. Fue destruida y posteriormente reconstruida en diferentes estilos.
Finalmente, el Palacio barroco de Wilanow se sitúa en la parte sudeste de Varsovia y es la estación final de la  Ruta Real. Recibe el nombre de las tierras sobre las que se levantó en el siglo XVII  y que fueron adquiridas por Juan III Sobieski. En sus inicios fue una residencia de la corte o de los habitantes que vivían en el palacio del rey. Actualmente se pueden visitar sus salones con muebles y decoración de diferentes épocas, la Galería del Retrato Polaco así como el extenso parque y los jardines. Por su parte el Palacio Real tuvo origen en el siglo XIV bajo el nombre de Gran Torre. El edificio, consta de tres plantas más el ático y presenta una fachada sobria. Fue concebido como la residencia real oficial, sede del Parlamento y centro cultural y administrativo del país. Fue destruido en dos ocasiones y tras su reconstrucción se abrió al público para su visita. Como curiosidad, cabe destacar que en la imagen, en el muro del Palacio Real se aprecia una escalera con personas, que fue diseñada en 1773 pero nunca llegó a construirse. Además en el centro de la terraza se aprecia una clase de equitación, el cual era el deporte tradicional del lugar.
Laura Díaz-Ufano

05/27/18

BELMONTE (Anton Van Der Wyngaerde, 1563)


El dibujo escogido es de Anton Van Der Wyngaerde, del año 1563, y representa una vista panorámica de Belmonte, (rubricado en lo alto por el topónimo «Belmont»), que es un pueblo español de la provincia de Cuenca. Se trata de un esbozo realizado pluma y tinta sepia, de 21,1 x 30,1 cm., que se conserva en el Victoria and Albert Museum de Londres, en el álbum nº 8455, f. 26 v.
Anton Van Der Wyngaerde (Amberes, 1525 – Madrid, 1571) conocido en España como Antonio de las Viñas, fue un paisajista flamenco que representó en sus dibujos vistas panorámicas de varias ciudades de Italia, Francia, Países Bajos, Inglaterra y España. Destacó por su meticulosidad al resaltar los detalles. Estuvo al servicio del rey Felipe II desde 1557, quien le encargó recorrer España entre 1561 y 1570 para realizar una colección de 62 vistas de diferentes poblaciones.
La topografía de Belmonte en el siglo XVI es la de una típica villa medieval, rodeada por un recinto amurallado y protegida por un alcázar. El artista se sitúa al oeste, sobre la llanura manchega, en el camino que conducía a Monreal del Llano y los Hinojosos, donde aparecen varios viandantes y un caballero. En el relieve del paisaje se aprecian cuatro cerros, de izquierda a derecha: en el primero se localizan seis molinos de viento, en el siguiente las edificaciones de la villa, en el de San Cristóbal destaca el castillo y, en el último, hay un único molino. No se representan ríos ni arboledas, aunque había pinos y encinas. La llanura es de tipo cerealista, lo que se justifica por la representación de siete molinos de viento, de los que en la actualidad solo se conservan tres.
En este boceto panorámico, la morfología irregular de Belmonte no permite identificar con claridad su estructura urbana. Pero podemos explicar que la villa manchega estaba organizada en tres barrios: el cristiano, intramuros; el arrabal musulmán, extramuros, detrás del arco de Chinchilla; y el judío a espaldas de la puerta de Toledo. Sus calles eran estrechas y de trazado curvilíneo, con edificaciones bajas o de una planta, salvo los de la nobleza y los religiosos, de mayor calidad y porte arquitectónico.
Wyngaerde representa un edificio cuadrangular a la izquierda de la población, que el pintor identifica como “caça dol sor” (casa del señor) y que corresponde al palacio del Infante Don Juan Manuel, señor de Belmonte, que lo construyó como alcázar en el primer tercio del siglo XIV. Sin embargo, en 1563 era un convento de dominicas. De sus elementos arquitectónicos destaca el salón regio, utilizado como iglesia conventual y el patio plateresco, de doble arcada. El siguiente edificio, situado en el centro del pueblo, es “la glesia magior” que actualmente es la colegiata de San Bartolomé Apóstol. Fue mandada construir por Juan Pacheco en 1459, sobre la antigua iglesia de Belmonte. De factura gótica, conserva la pila bautismal de Fray Luis de León. El castillo también fue patrocinado por Juan Pacheco, en 1456, en el cercano cerro de San Cristóbal, sobre una fortaleza del siglo anterior. Es el emblema de Belmonte. Arquitectura militar de estilo gótico-mudéjar, de planta entre pentagonal y estrellada, y con torreones cilíndricos. Dispone de un gran salón de gobierno, cubierto por una magnífica armadura mudéjar de lacería y estrellas. Está contigua la capilla del palacio, con otra espléndida techumbre mudéjar ochavada sobre trompas.
El recinto amurallado bajomedieval partía desde el castillo y disponía de nueve torreones y cinco puertas: al norte la puerta de San Juan, al sur la de Chinchilla, y al oeste la Nueva, la de Toledo o Monreal (la única representada en el dibujo) y la del Almudí o del Rollo. Hay dos grandes lienzos de tipo cremallera o en zig-zag. Esta defensa de la villa fue construida en 1456 a partir de un acuerdo entre el marqués Juan Pacheco y el concejo Belmonteño. 
La base económica de Belmonte ha sido siempre la agricultura. Su importancia política y patrimonial se originó en los siglos XV y XVI, gracias a la nobleza local, la familia Pacheco. Destacó Juan Pacheco, tercer señor de la villa y primer marqués de Villena, valido del rey Enrique IV de Castilla, dotándola de nobles construcciones militares, civiles y religiosas. Culturalmente, hasta el siglo XVI convivieron los cristianos, judíos y musulmanes. Pero tras la expulsión de estos dos últimos grupos religiosos, proliferaron numerosos conventos de diversas órdenes religiosas: concepcionistas, dominicos, franciscanos, jesuitas, trinitarios y ursulinas. Además, la villa contó con un corral de comedias. En conclusión, Belmonte era en 1563 una pujante villa agrícola que destacó política y patrimonialmente, gracias a la protección de la familia Pacheco.
Alba Pastor López

05/27/18

BURGOS (Alfred Guesdon, 1851)


Esta obra, que pertenece a una serie de vistas aéreas de ciudades europeas realizadas por Alfred Guesdon en el siglo XIX, representa la ciudad de Burgos hacia 1851. Guesdon fue un litógrafo, viajero y arquitecto francés, que sobrevolaba ciudades con un globo aerostático y las retrataba a vista de pájaro. La imagen fue publicada en la revista parisina La Illustration Journal Universel de París.
En la imagen se muestra con detalle una vista global de la ciudad de Burgos, la cual estaba rodeada por una muralla con una altura de doce metros, construida entre los siglos XIII y XIV. La ciudad se encuentra dividida en dos por el río Alarzón, que nace en la Sierra de la Demanda y es un afluente del río Arlanza, perteneciente a la Cuenca del Duero. Para cruzar de un lado de la ciudad a otro se usaba el Puente de San Pablo o el Puente de Santa María. En la parte derecha de la imagen se puede observar el centro histórico de la ciudad, cuyo trazado es irregular y poco planificado, característico de la época medieval. En la esquina superior izquierda se pueden observar los cultivos y algunas viviendas dispersas situadas a las afueras de la ciudad; esta zona se correspondía en la época con la periferia urbana. Toda ella estaba rodeada de campos dedicados a la agricultura, además del cerro de San Miguel. A partir del siglo XIX ,la ciudad creció considerablemente y tuvo lugar la creación de ensanches.
Entre los elementos urbanos más importantes destaca el castillo, una fortaleza estratégica situada en el cerro de San Miguel. Fue construido por el conde Diego Rodríguez Porcelos en el año 884 durante la Reconquista y su finalidad era detener el avance musulmán sobre Castilla. La ciudad, por tanto, creció a los pies del castillo. Pero la edificación más significativa es la Catedral de Santa María, cuya construcción comenzó en 1221 aunque sufrió modificaciones en los siglos XV y XVII. Es de estilo gótico francés y fue mandada construir por Fernando III el Santo. Durante su reinado la ciudad transformó su función defensiva en función comercial y proliferaron los monasterios religiosos y las iglesias. Entre los monasterios destaca sin duda el de Santa María la Real de las Huelgas, más conocido como Las Huelgas, que fue fundado en 1187 por Alfonso VII. En su interior se hallan obras de gran valor y algunas de las vidrieras más antiguas de España. Recibe este nombre puesto que está situado en un terreno de cultivo no trabajado y dedicado a pastos, el cual recibía el nombre de huelgas. También destaca el monasterio de San Pedro de Cardeña, una abadía trapense fundada en 899 y situada a las afueras de la ciudad, aunque fue destruida por los árabes en 953 y reconstruida en el siglo XII. 
La cumbre de la riqueza de la ciudad se alcanzó durante el reinado de los Reyes Católicos. En dicha época Burgos tenía el control sobre el comercio lanero, pero su decadencia llegó con la ruina de las exportaciones de lana en torno al año 1600. Tras un periodo de decadencia, en el siglo XIX Burgos era el centro de comercio agrícola, en él se desarrolló el cultivo cerealístico del trigo y las granjas que producían leches y huevos. En cuanto al sector secundario no fue hasta mediados del siglo XX cuando la ciudad fue declarada Polo de Promoción industrial y actualmente cuenta con una gran superficie dedicada a la industria.
Como curiosidad, la ciudad de Burgos contó con diferentes barrios como la judería, el barrio mudéjar, el distrito comercial o la zona de artesanos, los cuales, aunque no mantienen exactamente su estructura inicial, son lugares que todavía se pueden visitar. En los extramuros de la ciudad se podían encontrar arrabales como el de San Pedro y la Villa de Gamonal.
María Martín Lozano

05/26/18

SION (Sebastian Münster, siglo XVI)

La imagen con la que vamos a trabajar es una ilustración del cosmógrafo Sebastian Münster, perteneciente a su obra Cosmographia, que es la primera descripción del mundo en alemán y en uno de los libros de Geografía más importantes del siglo XVI. Münster nació en Alemania en 1488 y falleció en Suiza en 1552. A lo largo de su vida destacó por ser profesor de hebreo en la Universidad de Basilea (1527), así como por traducir la Biblia al latín y publicar numerosos textos en diversas lenguas. Como hemos mencionado anteriormente su gran obra es Cosmographia, cuya primera edición en alemán apareció en 1544 y posteriormente se han ido publicando alrededor de 40 ediciones en otros idiomas.

La ciudad que aparece representada en la ilustración es Sion, perteneciente al condado de Valais, es una de las ciudades más antiguas de Suiza. Los primeros habitantes de esta ciudad se remontan al periodo del Neolítico, hace unos 7.000-5.000 años a.C. El nombre actual de Sion, deriva del latín “Sedunum” que a su vez desciende de la tribu celta de los Sédunes, lo cuales se asentaron en la región fundando un poblado estable. Tras los celtas, fue ocupada por los romanos, los señores de Borgoña, los de Saboya y Napoleón, hasta que en 1815 Valais acabo uniéndose a la Confederación Helvética.
La ciudad de Sion se encuentra situada en el valle del río Ródano, rodeada por los Alpes berneses al norte y los Alpes valesanos al sur. Como podemos observar en la imagen, estaba protegida por tres murallas, de las cuales hoy sólo quedan algunos restos. Debido a la topografía de esta zona geográfica, podemos observar que en la cima de los montes se situaban los dos castillos de la ciudad, con el fin de facilitar la defensa ante posibles adversarios. En la zona más baja de este paisaje, se localizaba el resto de la ciudad con un centro histórico medieval estructurado en pequeñas calles, estrechas y sinuosas, entre las cuales podíamos encontrar numerosas iglesias, monumentos importantes, así como las casas más humildes de la población. Desde el siglo VI, Sion se convirtió en sede episcopal. La actividad económica de esta ciudad se basaba en la agricultura, el comercio y el arte.
Entre los elementos más destacados de esta imagen podemos citar el castillo de Tourbillon (izquierda) y el castillo y la catedral de la Valère (derecha), ambos situados en lo alto de las dos colinas. El castillo de Tourbillon fue construido entre los años 1290 y 1308, ocupando una posición defensiva en lo alto de una de las colinas. A lo largo de la historia, este castillo ha desempeñado un papel muy importante en la ciudad. A pesar de los numerosos ataques, el castillo de Torubillon ha sufrido una serie de reconstrucciones que le llevaron a convertirse en la residencia de verano de los obispos de la época. Pero en 1788, se produjo un gran incendio del cual no se llegó a recuperar, por lo que hoy en día quedan las ruinas.
En cuanto al castillo de la Valère, fue construido en 1049 como residencia para los nobles de Sion. Unos años más tarde, en lo alto del complejo, se construyó la basílica de la Valère, dedicada, un edificio de carácter fortificado que cuenta con elementos románicos y góticos. A pesar de haber sobrevivido a tiempos difíciles a lo largo de la historia, este castillo quedó abandonado tras la revolución Helvética en 1798. Cien años más tarde, el cantón del Valais se hizo cargo de la conservación del castillo y la basílica, convirtiéndolos en un museo que prevalece hasta nuestros días.
Otros elementos a destacar de la ciudad serían la catedral de Sion, dedicada a la virgen de Notre Dame du Glarier, que fue construida en el siglo XIII sobre un antiguo templo románico y se caracterizaba por su cripta y campanario. También, cabe señalar la Torre de los Hechiceros, una prisión construida en el siglo XIV donde se encerraban y torturaban a todas aquellas personas acusadas de brujería.
Pese a los numerosos ataques y saqueos que ha sufrido la ciudad a lo largo de la historia, Sion ha sabido recuperarse. Hoy en día se ha convertido en una de las ciudades más turísticas y visitadas de Suiza, tanto por su casco histórico y barrio comercial, como por la zona vinícola en la que se encuentra. Además, cabe destacar el atractivo que ofrecen los deportes de invierno por su proximidad a los Alpes. En la actualidad, Sion es el centro económico del condado de Valais y un importante nudo comunicaciones.
Claudia Martínez López

05/24/18

CÓRDOBA (Pieter Van der Aa,1715)


Esta imagen muestra la ciudad de Córdoba en el siglo XVIII, exactamente en 1715. Se trata de un grabado del editor y geógrafo holandés Pieter Van der Aa que aparece en la obra editada por el autor conocida como Les delices de L’Espagne et du Portugal, la cual fue publicada en la ciudad de Leiden en 1715. En dicho texto se relatan la vida y las costumbres españolas y portuguesas, y además se describen diferentes monumentos y obras artísticas.
La ciudad de Córdoba está emplazada a orillas del río Guadalquivir y al pie de Sierra Morena. El valle del Guadalquivir le proporciona una extensa campiña, espacio idóneo para la producción agrícola, y la sierra incide en el clima de la ciudad, al arroparla de los vientos de influencia norte. El clima de Córdoba, mediterráneo continental, se caracteriza por presentar temperaturas suaves durante todo el año con escasas precipitaciones y una incidencia solar alta especialmente en los meses de verano, que condiciona hasta un extremo importante la vida de los lugareños, dado que a lo largo del día en verano se alcanzan temperaturas de hasta cuarenta grados.
En la imagen, la ciudad aparece dividida por el río Guadalquivir en dos zonas. En la zona sur se observa el Campo de la Verdad con casas bajas y personas con animales dedicándose a las labores del campo. En la zona norte, se halla el casco antiguo, donde se localizan edificios con notable valor histórico-artístico, como por ejemplo, la Mezquita-Catedral. Además, en el grabado también se aprecia la periferia urbana, que se distribuye por las zonas próximas a Sierra Morena. Hay murallas que rodean la ciudad, de imponente porte, orientadas básicamente al oeste, en dirección Sevilla, de donde solían venir las principales amenazas. A través de un plano de la época se ha comprobado que la morfología de la ciudad es irregular, las calles son estrechas, no siguen un orden previo y se presentan desordenadas. Esta trama urbanística está condicionada tanto por las diversas civilizaciones que tuvieron presencia en la zona como por el clima al que se ha hecho antes alusión, dado que la estrechez de las calles garantizan un mínimo de sombra para poder caminar por ellas.
Los elementos urbanos más significativos de Córdoba son los siguientes. A la izquierda se encuentra el Alcázar de los Reyes Cristianos, construido en el año 1328 durante el reinado de Alfonso XI el Justiciero, bisnieto de Alfonso X el Sabio, y representa una de las obras más importantes de la arquitectura militar de la época. Al lado se sitúa la Mezquita de Córdoba, considerada como una de las mayores del mundo islámico con 24.000 ?2 de superficie. Se comenzó su construcción en el año 786 d.C. sobre la planta de la basílica visigoda de San Vicente, bajo el gobierno de Abd al-Rahman I, y fue objeto de tres ampliaciones sucesivas. También se observa el Puente Romano, seguramente obra del Emperador Augusto, construido en el siglo I a.C. sobre el río Guadalquivir; fue el único puente de la ciudad hasta la construcción del Puente de San Rafael a mitad del siglo XX. Aunque en el grabado no se aprecia, hay que destacar también la Plaza de la Corredera, un gran espacio rectangular soportolado que funcionó como mercado principal de la ciudad hasta el año 1946.
Desde el siglo XVI hasta finales del XVII Córdoba vivió una gran crisis demográfica debida, principalmente, a las hambrunas, epidemias y decadencia económica, por lo que en el siglo XVIII había un total de 40.000 habitantes. La sociedad cordobesa se dividía en estamentos: nobleza, clero y campesinos. La nobleza y el clero (secular y regular) eran los estamentos privilegiados. La nobleza poseía la función guerrera para conseguir prestigio y poder, y la iglesia se consideraba una de las más ricas y poderosas de la monarquía hispánica. Pero la mayoría de la sociedad cordobesa estaba constituida por el tercer estado (los no privilegiados): en el escalafón superior se encontraban los mercaderes, ricos comerciantes, propietarios agrícolas y los miembros de cualificadas profesiones; en la parte inferior se distinguían a los artesanos, agricultores, ganaderos, campesinos y obreros. A partir siglo XVIII, con los Borbones en el poder, en Andalucía se produjo una etapa de cierta recuperación económica, principalmente en la industria y en la artesanía textil, pero no así en la agricultura. Además, se construyeron edificios barrocos de gran calidad y riqueza.
Las actividades económicas que se aprecian en la imagen son propias del sector primario (agricultura y ganadería). En cuanto a los aspectos de tipo cultural, durante el siglo XVIII en Córdoba permanecen las influencias culturales recibidas a lo largo de la historia por los cartagineses, romanos, bárbaros, visigodos, árabes, judíos y cristianos. Por ello, Córdoba es un crisol de culturas cuya importancia ha estado ligada al devenir de la Historia de España. Su importancia política, religiosa, económica, militar y cultural ha estado sujeta a la de sus gobernantes, y quizás su máximo apogeo y esplendor coincidiera con el período en que fue capital del Califato Omeya de Córdoba o Califato de Occidente.
Ester Arenas Lora.

05/21/18

ISFAHAN (Eugène Feudin & Pascal Coste, 1839)

La imagen que elegí me gustó por su exotismo. Se trata de una representación de la Plaza de Naqsh-E Jahan de Isfahan (Irán), de aproximadamente 1830, realizada por Eugène Flaudin, orientalista, pintor, arqueólogo y político francés (1809-1889), nacido en Nápoles, y Pascal Coste, renombrado arquitecto francés (1787-1879), nacido en Marsella. Entre los dos hicieron una colección de más de 200 imágenes (130 pinturas de Flaudin y 70 mapas de Coste), que fueron publicadas en dos libros: Viajes a Persia y Monumentos modernos de Persia, dedicados a la arquitectura musulmana y la política de este territorio a mediados del siglo XIX. La imagen escogida representa uno de los sitios más importantes de la ciudad; en ella se pueden observar algunos de los edificios más imponentes del mundo musulmán del siglo XVII.

Geográficamente, Isfahan se sitúa en el borde oriental de los Montes Zagros y en el centro de Irán, a 1500 m sobre el nivel del mar. Urbanísticamente, parte de la Plaza Naqsh-E Jahan, de forma rectangular; por sus medidas y los grandes monumentos que la rodean, es de las plazas más hermosas y grandes del mundo, y el centro en el que confluye un conglomerado de calles de forma concéntrica, que conectan con numerosas plazas y amplias avenidas. La ciudad está dividida por diferentes distritos o barrios y es atravesada por el río Zayandeh, un sistema de canales que distribuía el agua por toda la ciudad durante la dinastía Safávida. Este río está atravesado por infinidad de puentes de gran belleza pertenecientes a esa dinastía, destacando el puente Khaju por su arquitectura y grandes arcadas.

Al mirar la pintura podemos contemplar algunos monumentos significativos de la época Safávida. En el centro de la imagen se encuentra la gran Mezquita de Sha, que fue construida para el soberano de la dinastía Safávida, el Sha Abbas I, entre 1612-1638. Esta Mezquita está construida en el lado sur de la plaza. Sus dimensiones son de unos 100 metros de largo por 130 metro de ancho; destaca por su color azul, presente tanto por fuera como por dentro, conseguido gracias a un delicado trabajo de azulejos, así como infinidad de elementos decorativos en su interior. 

A la derecha de la imagen se observa el palacio de Ali-Qapu, que al igual que todo el contorno de la plaza fue construido por el Sha Abbas I. En sus numerosas habitaciones, el Sha acostumbraba a recibir a nobles, embajadores y forasteros con grandes celebraciones y fiestas. También era famosa por su acústica la gran sala de música. Desde la terraza que coronaba el palacio con sus grandes columnas de madera, el rey y sus invitados presenciaban diferentes juegos que se llevaban a cabo en la explanada de la gran plaza, desde el juego de Polo, demostraciones de tiro, luchas de animales salvajes y carreras de caballos. En los sótanos del palacio se abría un túnel que atravesaba la gran plaza hasta la mezquita privada del Sha, la mezquita Shaeikh Lotfollah, que se encuentra en el lado oriental de la plaza,. Su nombre está dedicado al famoso Iman de la Corte Real, que atendía el culto religioso. Por su fama, el nombre se encuentra en inscripciones Coránicas dentro de la mezquita, que es rica por sus adornos y caligrafías.

Estos son tres de los monumentos que dominaban el perímetro de la plaza y que están representados en la pintura, todos ellos están coronados por un gran Bazar en la parte norte de la Plaza, donde los mercaderes llegaban a la ciudad para comerciar después de un largo viaje por el desierto, en plena Ruta de la Sada en el siglo XVII. El gran Bazar es el más grande del mundo musulmán, con 30 hectáreas de calles que configuran un laberinto de más de 4 km de largo que desembocan en la gran Plaza Naqsh-E Jahan. La elegancia de todo el conjunto hizo de la plaza una obra maestra de la arquitectura persa y el corazón de la ciudad de Isfahan. 

Isfahan se convirtió en el centro cultural de Persia tras su conversión al Islam. Fue designada la capital del Estado Safávida desde el año 1598. Durante los siglos XVI-XVII favoreció el desarrollo de la cultura y el arte, haciendo de la ciudad una de las más populosas y bellas de su tiempo, y con frecuencia se la describe como un lugar paradisiaco y próspero tanto en lo cultural como en lo político. Su historia es rica y larga. Tras cruentas guerras entre Persia y el Imperio Otomano (1603-1605), la ciudad se convirtió en refugio de los cristianos armenios que huían de las persecuciones Otomanas. El rey Safávisa Sha Abbas I, les dio acogida cediéndoles terrenos, donde construyeron iglesias y monasterios. Desgraciadamente durante el siglo XVII, la decadencia de la dinastía Safávida llevó a la ruina la ciudad, que, después de ser invadida, quedó casi destruida.

Como curiosidad, la Plaza Naqsh-E Jahan es hoy completamente diferente a como aparece representada en la pintura, porque tiene grandes zonas verdes y un hermoso estanque en el centro. En cualquier caso, por sus monumentos y su belleza ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1979.

Cristina Lechón Fernández

05/21/18

DRESDE (Bernardo Bellotto, 1748)


Esta pintura, cuyo nombre es Dresden from the Right Bank of the Elbe with the Augustus Bridge, pertenece a la colección permanente del museo Gemäldegalerie Alte Meister, en Dresde, representa una vista panorámica de la Terraza de Brühlsche desde las proximidades del Palacio japonés hacia 1747. Su autor es el pintor italiano Bernardo Bellotto, también conocido bajo el pseudónimo de «Canaletto El Joven» al ser sobrino de Giovanni Antonio Canal «Canaletto». Trabajó para el Príncipe Federico Augusto II de Sajonia y logró convertirse, un año más tarde, en pintor de la corte. Se trata de un óleo sobre lienzo cuyas dimensiones son de 133 x 237 cm. Su estilo pertenece a la época Barroca y al Vedutismo puesto que reproduce una vista urbana y panorámica de la ciudad de Dresde, en Alemania, cuyos elementos propios del paisaje son pintados minuciosamente mediante el uso de colores fríos. Gracias a la cantidad de detalles se pudo recurrir a esta imagen para la reconstrucción de los monumentos destruidos tras la II Guerra Mundial, cuando Dresde quedó completamente arrasada.
La ciudad está situada al Este de Alemania y en el centro de Europa, y es la capital del Estado de Sajonia. Es uno de los núcleos urbanos más importantes por sus actividades económicas, gracias a su colocación estratégica a orillas del río Elba, alrededor del cual se encuentran praderas y laderas formando un recorrido verde-azuloso. Esta zona cuenta con una gran cantidad de fluviales de conexión con el resto de Europa, que hoy permite un sistema de transporte de las manufacturas y productos tecnológicos de gran relevancia, entre los que encontramos equipos médicos, instrumentos musicales y ordenadores. De modo que su emplazamiento económico convierte a esta ciudad en una de las mayores áreas metropolitanas de Alemania. Asimismo, desde el siglo XV han mantenido el mercado navideño más antiguo del país, una tradición que continua hasta la actualidad.
En cuanto a la estructura urbana de Dresde, encontramos primero su centro histórico, localizado sobre la Terraza de Brühl que recorre la orilla derecha del río Elba, donde se aprecia la Iglesia católica Hofkirche. El río Elba, en el centro del cuadro, muestra un caudal diagonal que constituye un límite de fijación entre el centro histórico-monumental y la zona periférica, situada en la orilla izquierda, donde se encuentra el barrio de Innere Neustadt. La población trabajadora vivía a la orilla izquierda del río, dedicada a las tareas agrícolas, al comercio fluvial y a la construcción de barcas. Las dos partes de la ciudad están unidas por el puente de Augusto (Augustusbrücke), que conecta con el zócalo de la Terraza de Brühl. Igualmente, si nos fijamos en el margen derecho, los edificios se encuentran situados de manera paralela entre ellos, lo que se relaciona con una trama lineal, propia de las ciudades de ribera.
Entre los elementos urbanos de mayor relevancia, encontramos una gran riqueza de edificios históricos por lo que la ciudad ha sido siempre conocida como la «Florencia del Elba». Destaca el palacio de Anton Egon von Furstenberg seguido del Palacio Brühl; a continuación, se encuentra la Biblioteca Brühlsche y la Gemäldegalerie. Por detrás del puente podemos divisar la solemne cúpula perteneciente a la Iglesia protestante Frauenkirche mientras que en el lado derecho destaca la Iglesia católica Hofkirche; tras este edificio se encuentra la Residencia Real, de la que podemos apreciar algunas partes como es el caso de la torre principal, la noble Hausmannsturm. 
Como curiosidad, la historia de Dredden se remonta a más de 800 años teniendo lugar el asentamiento mercantil, la sede del margraviato, así como la residencia de la dinastía ducal de Sajonia, quien mando construir edificios como el Palacio de Zwinger. Pero, sin duda su suceso histórico más relevante fue el denominado Bombardeo de Dresde en febrero de 1945 protagonizado por aviones de los Estados Unidos y Gran Bretaña. La ciudad sufrió un incendio que se prolongó durante cinco días y la destruyó casi por completo. A pesar de ello, no ha sido posible restaurar todos los edificios que fueron destruidos.
Estíbaliz Sobrino Cuesta

05/20/18

SEGOVIA (Anton van den Wyngaerde, 1562)


Anton van den Wyngaerde es el autor de esta obra de 1562. Fue un dibujante paisajista flamenco del siglo XVI, que recorrió España a partir de 1561, dibujando una colección de 62 vistas, detalladas y meticulosas, de pueblos y ciudades, por encargo de Felipe II, a cuyo servicio estaba desde 1557. Toda esta colección de vistas esta publicada en el libro Ciudades del siglo de oro. Las vistas españolas de Anton van den Wyngaerde (Kagan, 2008).
En esta pintura se muestra la vista de Segovia desde el suroeste. Esta ciudad se sitúa al sur de la comunidad de Castilla y León, junto a la Sierra de Guadarrama. Se localiza en una roca de una elevación del terreno rodeada por los ríos Eresma y Clamores, dotándola de una extraña forma lo que en su tiempo sirvió como defensa natural contra posibles ataques y en la actualidad delimita el crecimiento de la ciudad, estableciendo sus fronteras.
El enclave en que se asienta la ciudad, la hizo crecer desde el castillo hacia levante y de norte a sur, pero también desarrollar una serie de barrios periféricos, extramuros; por lo que en su estructura cuenta con dos zonas diferenciadas, el interior de la muralla donde se encuentran los principales monumentos artísticos, lo que conocemos como el centro urbano con un trazado irregular con calles estrechas.  Tiene un origen romano, pero también un desarrollo posterior medieval. El exterior de la muralla está conformado por una serie de barrios periféricos, conocidos como arrabales que poseen una morfología poco uniforme, ya que está compuesto por casas humildes, donde vivían las clases trabajadoras puesto que es donde se ubicaban los talleres y fábricas.
La Segovia del siglo XVI era una ciudad viva y rica. En 1561 contaba con 22.000 habitantes, en 1594, 6.000 más, veintitrés parroquias, once monasterios de frailes, siete de monjas y tres hospitales. Era una ciudad de trabajadores, de los cuales la mayoría se dedicaba a la industria textil, puesto que era la más extendida en ese momento en la ciudad. Sus campos, pobres en trigo, servían de pastos para el ganado que producía la materia prima; sus segovias se exportaban por España y las Indias occidentales. Al lado de esta industria se asentaban otras como los molinos de pan, para el propio consumo, o de papel para la exportación, pues en la ciudad había papeleros y pergamineros, pero ni un solo impresor.
En esta pintura encontramos algunos de los elementos más representativos de la ciudad. En primer lugar, el castillo-palacio (El Alcazar), situado como fuerte bastión militar desde el siglo XII y cuya construcción se inició en el siglo XI. Remodelado durante el siglo XIV, había servido como palacio real a los Trastámara y a fin de siglo sería restaurado por Francisco de Mora.
En segundo lugar, la catedral de Santa María trazada por Juan Gil de Hontañón y construida a partir de 1525. Ya que estaba situada en el Barrio de la Almuzara, vieja judería o Barrionuevo, es un terreno que cambio de dueños a partir de 1492, lo que permitió la construcción de nuevas obras, como la nueva catedral. En 1541 se habían terminado y cerrado los cinco tramos del cuerpo de la iglesia, levantado el hastial del cabildo, la librería y trasladado el claustro que Juan Guas había realizado para la catedral vieja. La torre estaba rematada con un cuerpo de ventanas diferente al actual. El mismo año de la visita de Wyngaerde, Rodrigo comenzaba la obra del crucero.
Además de estos monumentos se distingue gran número de iglesias románicas y monasterios y la muralla que se construyó en el reinado de Alfonso VI, también cabe destacar el acueducto romano del siglo I que, aunque no se muestra en esta imagen se encontraría situado a la derecha y que se conserva en la actualidad.
Por último, destacar que Segovia alcanzó en el XVI el siglo más importante de su historia. Pero la peste, la carestía de trigo, la mortandad, el hambre y la quiebra que culminaron en 1599, supusieron un rápido declive para la ciudad textil, transformándose en ganadera y exportadora de lanas. La expulsión de los moriscos significó un nuevo paso en la agonía de Segovia, tan rica en su mano de obra. La ciudad-fábrica se fue transformando en una más de las muchas ciudades-convento.
Elena Valencia Gómez

05/20/18

LYON (Alfred Guesdon, 1848)


La imagen elegida es una litografía de Alfred Guesdon, que representa una vista de la ciudad de Lyon desde Croix Rousse, una colina emplazada al norte de la misma. Lyon está situada al este de Francia, en la confluencia de los ríos Ródano y Saona, los cuales se aprecian con claridad en la imagen. La ciudad se encuentra entre los macizos montañosos de los Alpes al este y el Macizo Central al oeste, y constituye la villa central de la Metrópoli de Lyon o Grand Lyon. Esta planilla, junto con otras 43 de 37 villas diferentes, fue publicada en París hacia 1848 en la serie L´France a vol d´odiseau del autor ya mencionado.
Es importante comentar que en aquella época Lyon cumplía sobre todo funciones comerciales, como ya veremos más adelante. Estas circunstancias condicionan la morfología y la estructura de la ciudad. Estructuralmente, en primer lugar  resaltan las dos colinas que representan el casco histórico de la ciudad, la de la ciudad vieja medieval y renacentista de la Fourvière al oeste en la orilla derecha del Saona y la de Croix Rousse al norte de la península (que se encuentra en el lugar desde donde se realiza la litografía). Esta zona era la industriosa, en la que los obreros de la seda, los canuts, tejían casullas de seda y oro para los grandes de la iglesia, como dice canción, y se rebelaron repetidas veces dadas sus durísimas condiciones de vida como se podrá apreciar más detalladamente hacia el final del escrito.
Pero lo primero que llama la atención al ver la imagen son los dos ríos que confluyen al sur de Lyon. La urbanización de la península intermedia, llamada la ciudad moderna (poseedora de cuatro muelles), se demoró hasta la segunda mitad del siglo XX. Esta ciudad moderna constituye el ensanche contemporáneo, que gracias a su emplazamiento geográfico único, en la confluencia del Rodano y el Saona, permitió el desarrollo de la ciudad.
Efectivamente, los ríos han sido un gran recurso para el crecimiento económico e industrial de la ciudad. Rutas comerciales utilizadas desde la antigüedad que permitieron a Lyon convertirse en un lugar importante en el comercio europeo de la época. Así como son fuentes de crecimiento y riqueza, también suponen un obstáculo para el desarrollo urbano de la ciudad. Las inundaciones acentúan la historia de Lyon desde la Edad Media (la primera inundación es mencionada por el historiador Gregory de Tours en el 580). Traen consigo la destrucción y la muerte, paralizándola. Circunstancias que marcan el desarrollo urbano, desde los muelles hasta los puertos y las presas, según el cual la ciudad va ganando terreno a  los ríos.
A la izquierda de la imagen, en la orilla este del rio Ródano, podemos apreciar lo que sería en 1848 el inicio de la periferia de la ciudad que actualmente sería mucho más extensa. En la zona del casco urbano, próxima a las dos colinas que ya se han mencionado, se aprecia un plano irregular propio de ciudades medievales con numerosas callejuelas que entrecruzan caprichosamente, pasadizos, patios y traboules. Parece que la palabra viene de transambulare, es decir más transambular que deambular. En definitiva, son pasadizos que permiten atajar de una calle a otra pasando por el interior de uno o varios edificios. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad hacia ensanche y periferia evolucionó siguiendo el tipo de plano ortogonal, más estructurado y con mayores facilidades para el comercio y el turismo.
Precisamente en la colina norte (Croix Rousse) vivía la población obrera, donde resalta la verticalidad de las fachadas. Casas altas y calles mínimas donde apenas pasa la luz, por no hablar de la clara pendiente. Por lo tanto, es fácil intuir que esta zona era bastante insalubre en la época industrial. El hecho de que, poco a poco, se haya ido saneando, conservando y reduciendo la densidad del barrio de Croix Rousse se debe a la posibilidad de disponer de suelo en la península (La Presqu’île). Entre la colina de Fourvière y el Saona (a la derecha de la imagen) se sitúa un barrio largo y estrecho, el Vieux Lyon, que forma la parte medieval y renacentista de Lyon. Está dividido en tres partes: Saint-Georges, Saint-Jean y Saint-Paul.
Fourvière, es el resultado de la unión de Four-Vière o foro viejo, pues en el espacio que actualmente ocupa la Basílica de Notre Dame se encontraba en época romana el foro primitivo de la ciudad. Lugar elevado y panorámico, pero también céntrico. En 1848 en ese espacio apreciamos una modesta iglesia, dedicada a la Virgen María y al recientemente canonizado Tomás de Canterbury, que fue destruida en el siglo XVI y reconstruida en el XVII. En el siglo XIX la iglesia se encontraba en un estado ruinoso, así que en 1830 se demolió la torre y diez años después fue sustituida la estatua renacentista de madera policromada de la Virgen María por una escultura bañada en pan de oro de Jose Fabisch, que contaba con 5 metros de altura y 3 toneladas de peso.
En el año que se publica esta litografía, el 24 de febrero para ser exactos, se proclama la Segunda República Francesa, después de la abdicación de Luis Felipe. Enamorados del progreso social, los «Voraces», un grupo de canuts (trabajadores de la seda en Lyon), se sublevan y se apoderan del Ayuntamiento, la Prefectura y los fuertes de Croix-Rousse. A pesar de la brevedad de esta mini-revolución, marcará permanentemente a los espíritus, y las simpatías profrancesas saldrán más fuertes.
Paula Santamaría Delgado

05/18/18

LUGO (Benito Chias y Carbó, 1911)


Esta es una carta corográfica de la ciudad de Lugo de principios del siglo XX, realizada por el ingeniero militar Benito Chias y Carbó, autor de numerosos mapas que forman la Colección de cartas corográficas de las provincias y capitales de España, y otras obras como el Atlas geográfico pedagógico de España. Sus mapas más conocidos están incluidos en la España regional  e ilustran los textos descriptivos de Ceferino Rocafort y Casimiro Dalmau, en una obra publicada en Barcelona por la editorial Alberto Martin. a principios del siglo XX.
El casco antiguo amurallado de Lugo está situado al Noroeste de España, sobre una colina de 450 metro de altitud y casi por completo rodeado por el río Miño y los ríos secundarios Chanca y Rato. Su paisaje rural está muy marcado por el Miño, de hecho forma parte de la Reserva de la Biosfera “Terras do Miño”, en reconocimiento a la conservación de los paisajes y hábitats fluviales. El clima es Oceánico templado, con pocas precipitaciones en verano y con precipitaciones abundantes el resto del año (1000 mm anuales), con una temperatura media anual de 11°C. 
La teoría más extendida sobre el origen de Lugo es la que defiende la existencia de un castro prerromano, o bien, que hubiese un lugar sagrado dedicado a la divinidad nativa de Luc y, luego, este lugar fuese reconvertido en asentamiento militar romano hasta que el legado de Augusto, Paulo Fabio Máximo la fundara como ciudad de Lucus Augusti al final del cambio de era. Pasó a ser por su situación una ciudad importante dentro del núcleo de comunicaciones romanas y capital de la Gallaecia norte.
La famosa muralla romana se levanta entre el 265 y 325 d. C. ante la amenaza de las tribus bárbaras. En el año 459 es conquistada por los suevos y en la Alta Edad Media los musulmanes la conquistaron y dominaron, entre el 714 y 755. En ese último año fue reconquistada por Alfonso I de Asturias, y con él comenzó la repoblación y el señorío episcopal sobre la ciudad. El clero pasó a ser el grupo social dominante y el Obispo ejerció el poder territorial y espiritual, lo que originó a lo largo de los siglos conflictos entre el cabildo y la nobleza y también con la burguesía. Entre los siglos XVI y XVIII, las transformaciones que la modernidad trae a Europa no se manifiestan en la ciudad. Urbanísticamente esta crece intramuros, gana terreno la actual plaza mayor, lugar donde se celebraba el mercado, y se extienden las zonas de los conventos de Santo Domingo y San Francisco. Sólo en la segunda mitad del XVIII se realizan importantes obras impulsadas por los Obispos, como la traída de agua a la ciudad aprovechando el acueducto romano.
Durante la Guerra de la Independencia, la ciudad fue ocupada por los franceses, que saquearon el tesoro catedralicio, lo que afecto seriamente a la economía eclesiástica. A principios del siglo XIX Luego seguía siendo una ciudad eminentemente eclesiástica, con un recinto urbano de gran irregularidad, en el que se aprecia la importancia de los edificios eclesiásticos y las zonas verdes, que ocupaban más del 50% del recinto amurallado, y otras dedicadas a la explotación agrícola (32 Has.). Entre ellas se abren caminos de carros (carriles), con calles tortuosas y estrechas de aspecto y ascendencia medieval, con algunas casonas señoriales, todo ello constreñido por la muralla, que mantiene casi intactos sus cubos y donde se abren cinco puertas al exterior.
Lugo sufre una gran transformación urbanística en el segundo y último tercio del siglo XIX. Los cambios son propiciados por la implantación del sistema liberal, que trajo consigo las leyes de desamortización y, como consecuencia, la enajenación de los conventos y huertas conventuales por parte del estado. Estos espacios pasaron a ser ocupados por edificios administrativos, hecho potenciado por la designación de Lugo como capital de provincia en 1833, lo que permitió un crecimiento de la ciudad en torno a los nuevos edificios y la construcción de plazas y ejes varios. De todas formas, la ciudad se desarrolló principalmente intramuros, debido a la gran disposición de espacios sin edificar.
En la imagen escogida, de principios del siglo XX ,ya aparecen calles amplias de trazado rectilíneo (Bolaño, Ribadeneira, Nueva, Riaño, San Marcos…), y plazas con entidad propia (Santo Domingo, Mayor y Ferrol), que conforman los espacios urbanos mejor dibujados de Lugo. Los espacios verdes se recortan pero aun siguen ocupando un 30% del casco urbano. La muralla se perfora con cuatro nuevas puertas que pretenden comunicar el casco histórico con la proyección exterior de la ciudad. 
Los terrenos aledaños a los conventos, los compran al estado miembros de la burguesía Lucense, que edifican casas con tendencias gallegas de la época, de tres plantas con vanos balcones y galerías. En 1894 se instala el alumbrado público y se embellece Lugo con la construcción de jardines en sus principales plazas. El tránsito hacia un nuevo esquema social de dominio burgués se ve reflejado en el incremento de la población de Lugo, que pasa de unos 8.000 hab. en 1857 a 10.700 hab. en 1900. Entre sus vecinos cuenta ya con miembros de la aristocracia rural que se instalan en la ciudad para controlar mejor sus redes clientelas, al estar próximos a los centro del poder administrativos. Crece el número de funcionarios, profesionales liberales y otros colectivos, la iglesia recupera espacios y efectivos y sigue habiendo agricultores en el entorno urbano e incluso dentro del recinto. Se potencia la comunicación con el exterior a través del ferrocarril (eje La Coruña- Lugo- Madrid) y carreteras (La Coruña- Madrid), aunque Lugo seguirá siendo una ciudad provinciana durante décadas.
Los elementos más representativos de la ciudad son la muralla, una fortificación romana de estilo “legionario hispánico” con un perímetro de 2.140 metros, conserva 72 de los 85 cubos semicirculares primitivos; es la única muralla romana del mundo que conserva todo su perímetro original, y por eso fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2000. En segundo lugar, la Catedral de Santa María, de planta de cruz latina con tres naves, crucero y girola; su construcción duró más de un siglo, motivo por lo que es una mezcla de estilos románico, gótico, barroco, renacentista y neoclásico, por lo que también fue incluida en la lista del patrimonio mundial en 2015. Además destacan la Iglesia y Convento de los Franciscanos, construido en el siglo XIII en estilo gótico, con un excepcional claustro; es el monumento religioso más importante de la ciudad después de la catedral, y fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931. 
En la época de la imagen, a principios del siglo XIX, la ganadería y la agricultura en la provincia de Lugo tenían carácter de subsistencia familiar. La estructura de las explotaciones y parcelas no invitaban a un proceso de modernización agraria, ya que esto supondría una expulsión de la mano de obra de campo que el sector industrial poco desarrollado no sería capaz de absorber. Fue con la llegada del ferrocarril y la celebración de las ferias de ganado de San Froilán, lo que condujo a Lugo a ser el principal centro de comercio de ganado vacuno peninsular. 
Lucía Cabrera Díez