04/30/20

NEUF BRISACH (Sébastien Le Prestre de Vauban, 1697)

Nos encontramos ante un plano de la localidad de Neuf Brisach en Francia, concretamente en la provincia de Alto Rin, en la región de Alsacia. Tiene una extensión de unas 133 hectáreas ocupadas por 1.944 habitantes actualmente. La imagen mostrada fue representada por Sébastien Le Prestre de Vauban, un ingeniero, arquitecto, urbanista y escritor francés, que realizó el plano del mapa en el año 1697 por orden del rey Luis XIV tras la pérdida de Vieux Brisach.

Sébastien Le Prestre marqués de Vauban (1633-1707) fue un ingeniero militar que revolucionó el arte del sistema defensivo e ingeniería de las fortificaciones alrededor de una ciudad. Durante el período de paz entre Francia y Gran Bretaña (1698-1701), Vauban reconstruyó las defensas de Neuf Brisach en Alsacia, lo cual significó la última de las 160 fortificaciones en las que trabajó y una de las más significativas. A lo largo de su carrera desarrolló tres sistemas de fortificación, entendidos como una serie evolutiva en la que perfecciona los sistemas anteriores. El primero de ellos seguía el estilo desarrollado en Italia entre los siglos XV y XVI y conocido como la Traza Italiana, caracterizado por muros bajos y anchos hechos con piedra y arena para contrarrestar los ataques de los cañones franceses. Esto dio lugar al segundo sistema, caracterizado por la implantación de bastiones y revellines, los cuales permitían crear fuego cruzado sobre los atacantes y que dieron lugar a la construcción en forma de estrella. Finalmente, desarrollo el tercer sistema de fortificación de doble cortina defensiva, es decir, ocho torres bastionadas que protegían los muros bajos y anchos construidos anteriormente. Dicho sistema fue utilizado en la reconstrucción de Neuf Brisach.

En 1648 la ciudad de Brisach pasó a estar en manos del rey Luis XIV tras el tratado de Wesfalia, donde se negociaron los problemas fronterizos entre Francia y Alemania. De esta forma, la ciudad se convirtió en la más cercana a la orilla alemana del Rin, lo que llevó a Vauban a fortificar la estructura y crear una nueva fortificación llamada Ville Neuve. Sin embargo, en 1697 Brisach pasó a ser de dominio alemán y se ordenó su destrucción. Esta situación obligó a los franceses a fortificar la orilla del Rin, momento en el que Vauban pone en marcha el proyecto de la construcción de Neuf Brisach (1698), una nueva ciudad enfrentada a la población alemana de Brisach.

Neuf Brisach se trata de una ciudad construida a finales del siglo XVII cuyo concepto de ciudad estuvo influido por ideas del Renacimiento por su trama radio céntrica. Vauban, además, le añadió ciertas modificaciones basadas en principios geométricos y de regularidad en los que lo militar dominaba sobre lo civil. Su morfología urbanística tiene forma octogonal y las calles están distribuidas en el interior de este octógono formando una cuadrícula. En el centro de esta cuadrícula, en la plaza d’Armes, se encuentran las cuatro piezas centrales y más representativas de la población, que son las edificaciones militares (intendencia, el Arsenal, el palacio del gobernador y el alojamiento del mayor y su ayudante), edificaciones de uso público (maison de ville, y penitenciaría), la iglesia (vivienda del párroco y sus propiedades) y el mercado. Sin embargo, a diferencia de otras ciudades fortificadas hasta ese momento, los acuartelamientos están dispuestos alrededor del octógono fortificado sirviendo de vivienda para los soldados al mismo tiempo que protegían la ciudad.

En la zona periférica se encuentra la ciudadela que, además, tiene la función de perímetro amurallado añadido. En los espacios intermedios, dispuestos en manzanas cuadradas, están las calles primarias y secundarias destinadas a viviendas, talleres, almacenes y cultivo. Cabe destacar la anchura de estas calles, con la que Vauban pretendía la posibilidad de crear patios detrás de las viviendas residenciales, mantener medidas proporcionadas en las manzanas y la plaza y la perfecta correlación numérica y geométrica que dotaban a la ciudad de mayor higiene urbana y una adaptación muy precisa de cada espacio.

Todas estas características supusieron un antecedente de cambio de la concepción de modelo urbano, ya que era la primera vez que se atendía a las condiciones ciudadanas y la salubridad e higiene de la población. Sin embargo, esto solo fue la antesala de un cambio, ya que, a pesar de todo, Neuf Brisach era una ciudad poco habitable, donde los espacios no eran lo suficientemente grandes, tenían poca ventilación, escasos espacios verdes y una separación muy marcada entre la población civil y militar, aunque esta situación empezó a cambiar a partir del siglo XVIII. Podemos concluir diciendo que el proyecto de Vauban con esta ciudad representaba la forma más perfecta de ciudad militar unificando todos sus conocimientos e innovaciones sobre fortificación, sin embargo, todavía quedaba algo de camino por recorrer para llegar a la perfección en cuanto a espacio social destinado a habitantes se refiere.

Paloma Álvarez Crespo

04/30/20

ALBA DE TORMES (F. J. Parcerisa, 1895)

Francisco Javier Parcerisa (1803.1875) era dibujante y  pintor romántico español especializado en litografías de interior de catedrales góticas españolas. Fue miembro de la «Comisión real de Monumentos Históricos y Artísticos». Sus obras fueron enviadas a las exposiciones nacionales de Bellas Artes.

Esta litografía representa el puente y restos del castillo de Alba de Tormes (1865), sacado de la obra» Recuerdos y bellezas de España». En esta obra se refleja Alba de Tormes en la época medieval (finales del Siglo XIX) en clara decadencia, debido a numerosos acontecimientos como pueden ser: la caída del régimen señorial (dejando a la Casa Ducal sin defensa), el proceso de desamortización de los bienes religiosos y sobre todo la Guerra de la Independencia junto con el incendio del Castillo de Alba producido por el ejército napoleónico. Todo ello generó importantes destrozos tanto en el puente como en la muralla, el palacio de los duques o el Alcázar.

Alba de Tormes está situada al sureste de la provincia de salamanca a unos 22 Km de distancia. Se desconoce su origen histórico, una posible teoría es que fue organizada por los vacceos durante la edad de hierro, conocida como Avia. En la edad media mantuvo una posición estratégica como punto fronterizo entre Castilla y León hasta que definitivamente se unificó, estaba ubicada en un lugar defensivo con  el río Tormes como línea de separación.

La repoblación fue llevada a cabo gracias a los reyes de León, quienes crearon el concejo de Alba, fundando una red de poblamiento siguiendo el modelo altomedieval. Apenas quedan rastros de la cultura romana y árabe, salvo algunas referencias a la frontera entre los cristianos y los musulmanes en el río Duero. En 1140, el rey Alfonso VII concede el Fuero, incluyendo un gran territorio conocido como “villa y tierra”. En 1429 el rey Juan II la entregó a Gutiérrez Álvarez de Toledo,  tomando así el título de señor de la villa de de Alba de Tormes. Con la creación de las actuales provincias en 1833, Alba de Tormes queda como municipio perteneciente a la provincia de Salamanca.

En cuanto al aspecto urbano, el casco antiguo medieval presenta un plano desordenado e irregular, sin que haya una planificación o un orden preestablecido en la construcción de las edificaciones. Por ello, podemos encontrar que las calles son estrechas y desiguales formando laberintos, plazas con formas no definidas y la altura de los edificios variada. A finales del  S. XIX y principios del XX se amplía la zona urbana y el ensanche, aunque con ciertas peculiaridades. Al no haber suficiente suelo urbanizable junto a la necesidad de edificación por el aumento de la población, provoca la reconstrucción de una gran parte del casco histórico con adaptaciones y alturas desproporcionadas respecto a los espacios urbanos medievales.

Actualmente existen urbanizaciones de vivienda unifamiliar y más moderna. Este factor junto con una alta calidad de vida, ha hecho posible que la población de la villa de Alba no haya disminuido en los últimos años llegando a los 5.182 habitantes. Esto ha sido posible gracias a un proceso de reurbanización de las tradicionales áreas rurales, modificando sus características antiguas. El ejemplo lo tenemos en la urbanización Pinar de Alba, a varios km. de su núcleo principal.

Alba de Tormes, culturalmente, tiene un gran impacto durante el siglo XVI y XVII gracias al tercer Duque de Alba y la influencia de Santa Teresa. Esto se debe al establecimiento de varias órdenes religiosas por lo que construyen varias iglesias y monasterios, lo que trasforma el aspecto urbano. En 2012 es declarado por la Junta de Castilla y León «bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico». Se conserva el núcleo urbano quedando reflejado en importantes edificaciones como la plaza mayor y la plaza de Santa Teresa; monumentos con alto valor patrimonial como el Monasterio de San Leonardo, el Convento de las Carmelitas, la Iglesia de San Juan, la Iglesia de Santiago y el convento de las Madres Isabeles; o edificaciones de gran interés arquitectónico como el Palacio Ducal, el Ayuntamiento, la Alhóndiga y el Pozo de la Nieve.

La economía también ha sufrido un gran cambio, antiguamente se basaba principalmente en la agricultura y la ganadería, así como oficios artesanos propiciados por la existencia del río Tormes. Según Pascual Madoz «La generalidad de los habitantes se dedican a la agricultura, no solo para el sostenimiento de las comunidades religiosas, sino también para la casa de los duques de Alba». Contaba en estos momentos con una población de 2.166 habitantes. En la actualidad la economía se ha diversificado destacando el sector servicios (59% ) con peso importante en el turismo. La artesanía e industria representan el 32% con un peso importante en la construcción. Por último, el sector primario que ocupa aproximadamente al 9% de la población activa.

Beatriz Jaen

04/30/20

SEVILLA (Sánchez Coello, s. XVI)

Nos encontramos ante la obra “Vista de la ciudad de Sevilla” pintada por Alonso Sánchez Coello. Pintor y retratista de la corte de Felipe II. Este artista obtuvo del rey de Portugal una ayuda económica para estudiar Pintura en Flandes donde aprendió en el taller de Antonio Moro. Este último artista se traslado en 1550 a Portugal con Sánchez Coello, pasando por España para pintar diferentes retratos de la familia real. Es entonces cuando Sánchez Coello pudo tener su primera toma de contacto con el príncipe Felipe. En 1552 trabajó como pintor de la familia real en la capital portuguesa y en 1555 estaba de regreso en España, donde se convirtió en el retratista de la corte de Felipe II.

El cuadro está pintado a finales del siglo XVI en un oleo sobre lienzo y hoy en día es propiedad del Museo del Prado, aunque no se encuentra expuesto. Representa la ciudad de Sevilla, localizada en el sur de España, en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Se trata de una ciudad emplazada en la gran llanura aluvial del curso bajo del rio Guadalquivir, que cruza la ciudad de norte a sur.

El origen de Sevilla, hoy en día, es confuso, aunque la versión mas exacta dice que la ciudad fue fundada por una tribu ibérica de los turdetanos que habitaban en el valle del Guadalquivir y posteriormente fue poblada por los fenicios, griegos y cartagineses. Alrededor del año 200 a.C Sevilla paso a estar en el bando de los romanos ya que se la quitaron a los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica. Dos siglos mas tarde, Julio Cesar le otorgo un papel importante, pero tras la caída de Roma, fue ocupada por los vándalos hasta que los visigodos les consiguieron expulsar y convertir en una de las capitales de su reino.

En el año 712 Sevilla fue tomada por los musulmanes y luego pasó a depender del Emirato Córdoba, pero con la caída del Califato de Córdoba se convirtió en un reino taifa dando lugar al Reino Abadí de Sevilla.

El plano urbano se adapta a la división de la ciudad por el rio, quien divide la ciudad en dos partes: el núcleo principal que tiene un plano irregular típico de ciudades medievales con calles irregulares y estrechas. Y, por otro lado, la orilla derecha del rio, donde se ha ubicado el tradicional arrabal de Triana y donde ha surgido en los últimos siglos el ensanche del barrio de Los Remedios

El rio Guadalquivir ha sido un factor muy importante en la actividad económica de Sevilla debido a que tenia una gran amplitud para que pudiesen navegar barcos de gran tamaño por lo que la ciudad vivirá un gran momento de esplendor y riqueza a mediados del siglo XVI derivado del proceso de descubrimiento y conquista del nuevo mundo. Se trataba de una ciudad amurallada, que seguirá creciendo dentro de ella, surgiendo nuevos barrios ligados a la actividad portuaria, aunque el casco urbano mantendrá la trama medieval.

Sevilla era y es una ciudad que cuenta con una gran cantidad de edificios significativos por su monumentalidad como es La Giralda, la torre campanario de la catedral de Santa Maria de la Sede con una estructura clásica de los alminares almohades. Las Torres de Plata y Oro, que son dos torres octogonales irregulares que se unían por un muro para cerrar una parte de la ciudad, también tenemos las torres de San Agustín y San Francisco. El Postigón de Carbón, conocido por ser una de las cinco puertas de acceso a la ciudad de Sevilla y la Casa Profesa de los Jesuitas, fue el primer lugar de residencia de los jesuitas hasta que en 1771 paso a ser la Universidad de Sevilla. Aunque no se ven en la imagen también cabe destacar el Real Alcázar de Sevilla que fue mandado a construir durante la Alta Edad Media por el califato de Córdoba.

Además, esta ciudad posee otros elementos como El Puente de Isabel II, conocido como el Puente de Triana, que une el centro de la ciudad con el barrio de Triana y la Puerta del Arenal que es una de las puertas de la muralla junto con las torres Almenada. Hoy es una de las ciudades más ricas tanto económica, cultural y artística de España.

María Belda Herráiz

04/24/20

PARÍS (Camille Pisarro, 1898)

Esta pintura pertenece a la colección de 15 obras llamadas en su conjunto “Vistas de ciudades”, situada en el Museo Thyssen, realizadas por el pintor francés Camille Pissarro, sobre las calles de la ciudad de París, durante el invierno de 1897 y 1898, desde la ventana de su hotel situado en la place du Theatre Francais, que da nombre a dicho cuadro. Fue un pintor de paisajes, practicando la pintura al aire libre, desde su vida en el campo, pero obligado por su salud tuvo que trasladarse a la ciudad donde fueron las calles de París las que le sirvieron de inspiración para su obra, dejando a un lado un punto de vista más cercano para pasar a pintar desde un punto de vista más alto.

Dicha imagen, consiste en un cuadro pintado al óleo, con pinceladas rápidas, sueltas y gruesas, es decir, realizada a través de manchas de color, de estilo impresionista, tratándose de una vista urbana pintada desde un punto alto (ventana del hotel donde se encontraba Pissarro), en ella observamos la plaza y las calles aledañas, siendo una vista abierta, con juego de formas verticales y horizontales. Esta imagen capta la luz de la tarde, con personas individualizadas, queriendo ofrecer un dinamismo de la ciudad, con vitalidad de calles modernas como vemos en el primer plano. Luego se muestran los edificios y la Avenida de L`Opera un lugar sofisticado dejando como punto de fuga el edificio de la Ópera de Charles Garnier

La ciudad de París se encuentra al norte de Francia, es una ciudad más o menos plana con dos islas en el centro en su zona más antigua. La isla de la Cité tenía una trama urbana medieval que fue modificada por Haussmann.

El crecimiento urbano se dispone alrededor de los ríos Sena y Marne, extendiéndose más allá de su área metropolitana lo que constituye un aumento de la población contando con más de 2 millones de habitantes, reorganizando el territorio en 20 distritos. El río Sena,  pasa durante 13 km, por París dividiéndola en dos, en la orilla izquierda encontramos una ciudad más artística y en la orilla derecha una zona más sofisticada. En ambas discurren sus grandes edificios.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, Francia sufrió una serie de cambios que repercutieron entre otras, en la ciudad de París, que vivía una inestabilidad política. Tras un golpe de Estado por parte de Napoleón III, dando fin a la II República y el inicio del Segundo Imperio, la ciudad sufrió el mayor cambio que perdurará hasta nuestros días, algo que refleja claramente dicha pintura, modernizó la ciudad, con edificaciones nuevas, teatros y avenidas, parques, transformando la imagen de los viejos barrios medievales de calles estrechas e insalubres con un centro histórico congestionado. Situación que ya había empezado con algunas actuaciones emprendidas por el rey Luis Felipe.

Napoleón III dejó en manos de Haussmann, un administrador público, la renovación de la capital parisina, con la creación de grandes construcciones pretendiendo darle a París un aire moderno y urbano. París estaba rodeado de murallas que fueron destruidas, al igual que se demolieron edificios antiguos y se crearon nuevos, con una misma estética, con mayores alturas, y elaborados en piedra, de estilo neoclásico cuyas fachadas se componen de líneas horizontales y en ocasiones largos balcones que ofrecían grandiosidad normalmente destinados a la burguesía junto a los cuales se abrieron grandes avenidas, las cuales conectaban unas con otras de forma radial esto permitía una comunicación recta y rápida, prueba de ello la tenemos en la Plaza de la Estrella, donde se ubica el Arco de Triunfo de los Campos Eliseos, desde donde parten 12 calles que unen este lugar con cualquier parte de la ciudad, lo que permitía que el tráfico fuera fluido debido a los masivos desplazamientos de la clase obrera.

Además se construyeron plazas circulares que proporcionaban amplitud para pasear y circular tal y como podemos ver en la imagen con espacios grandes donde se reunía la población pero no solo eso sino que este hecho ayudó a los movimientos de las tropas por las calles pues al ser más anchas podían desplazarse mejor. Serán los barrios occidentales los que se beneficiarán de este cambio, transformando París en la urbe moderna del siglo XIX.

Las grandes avenidas, supusieron la creación de comercio con sus diferentes tiendas y restaurantes, con el alarde de la nueva burguesía, que paseaba alegremente por las calles parisinas, buen ejemplo de ello es la Avenue de L`Opera, situada en un barrio de negocios, la cual no contaba con árboles para dejar mayor visibilidad, cuya construcción en 1854, se vio frenada por la caída del Segundo Imperio, y no fue terminada hasta 1878 con un ancho de 30 metros. Supuso un nuevo cambio en la economía, con entidades privadas, una revolución comercial lo que significó para París un gran cambio. Se dice que ello supuso una brecha social, ya que este nuevo plan urbanístico, desfavoreció a las clases más bajas, que tuvieron que trasladarse a la periferia.

Afloraron nuevas necesidades ciudadanas, lo que dio lugar a servicios públicos, como entre otros, el transporte público con coches de caballos como vemos en la imagen, siendo un símbolo de estatus durante el siglo XIX, o la construcción de enormes edificios emblemáticos como la Ópera de Garnier pintada por Pissarro al fondo del cuadro. Durante su construcción tuvo muchos problemas, como inundaciones debido a la zona donde se ubicaba, añadido a la crisis que sufrió la ciudad la cual terminó en guerra y ello paralizó su construcción. Su estilo es neobarroco, con un exterior decorado con frisos de mármol de colores, columnas y estatuas representando a compositores como Mozart y en el interior también encontramos mármol, con metales dorados, esculturas y columnas, con una gran escalera.

Todo este entramado de renovación urbana supuso para el poder financiero un gasto demasiado grande, que terminó con los fondos públicos y dejó deudas bastante altas con entidades privadas terminando con la destitución de Haussman. A pesar de ello París se ha convertido desde entonces en una capital con entidad propia, llena de esplendor.

Yesica de Frutos Martino

04/24/20

MANILA (Anónimo, s. XVII)

Esta imagen se encuentra en un arcón filipino, una obra de arte anónima que data del segundo tercio del siglo XVII. Está formado por madera y hierro forjado y tiene en la cara interior de la tapa, una imagen geográfico-social, pintada al óleo con gran detalle, que ilustra el primer mapa de la ciudad de Manila, Filipinas, hace 4 siglos. Es el plano más antiguo que se conoce de esta ciudad, fundada en 1574.

Esta obra forma parte de la colección artística del museo José Luis Bello y González, en Méjico.

Con 1,78 millones de habitantes, según los datos de la ONU de 2015, Manila es la segunda ciudad del país por número de habitantes, tras Quezón, además de ser la capital. Es una ciudad costera situada en la bahía de Manila, en la isla de Luzón, junto a la desembocadura del río Pásig, donde se mezcla la arquitectura colonial española con modernos rascacielos. Está limitada limita al norte con las ciudades de Navotas y Caloocan; al nordeste con Ciudad Quezón; al este con San Juan y Mandaluyong; al sudeste con Makati y al sur con Pasay.

En esta pintura se muestra el paisaje del puerto de Manila, el cual era un punto de comercialización española muy importante que pertenecía a la Nueva España, en la que se buscaba formar una nueva sociedad a través del virreinato. Además, observamos dos mundos en un mismo espacio:

La ciudad amurallada, es decir, intramuros, es el núcleo de la Manila Antigua. Muestra una arquitectura occidental con construcciones religiosas como los conventos, la catedral, la iglesia de San Francisco, etc., señaladas en la imagen con cruces, cúpulas y torres; y construcciones militares como puentes, baluartes, fosos y las puertas de la ciudad. A día de hoy, las construcciones importantes que alberga son la iglesia barroca de San Agustín del siglo XVI y el fuerte Santiago, una célebre ciudadela y antigua prisión militar.

Y a extramuros, encontramos el Parián de los Sangleyes, una zona interracial que estaba destinada a comerciantes chinos, con otro tipo de construcción más identificada con el modo de vida asiático, pero, destacan viviendas con el símbolo católico de La Cruz.

Aunque no se aprecia en la pintura, la ciudad de Manila, adoptó un plano en damero o cuadriculado, es decir, con calles rectas que se cortan entre ellas de manera perpendicular, delimitando manzanas cuadradas o rectangulares y proyectando un aspecto ordenado. Este estilo era el característico de las ciudades coloniales españolas en América, aunque su origen se remonta a la época de la Antigua Grecia. Aunque debido a incendios, terremotos y demás historia, acabo adoptando una forma irregular para adaptarse a la topografía natural. Adoptó así una forma de trapecio irregular, con un frente rectilíneo cara al océano Pacífico y otro que seguía el río Pásig, cerrando la figura a dos frentes. Pero el interior del trapecio siguió con el modelo de cuadrícula.

Al fondo de la imagen, observamos el río Pásig lleno de embarcaciones donde se hacía comercio con todo o que había en el mercado filipino. Estas embarcaciones llamadas Galeones de Manila, recorrían desde 1565, el océano Pacífico una o dos veces al año entre el puerto de Manila y los puertos de Nueva España en América, principalmente Acapulco, Bahía de Banderas (Nayarit), San Blas (Nayarit) y el Cabo San Lucas (Baja California Sur).

Por último, en la pintura, encontramos a los habitantes haciendo sus actividades cotidianas. Durante el siglo XVII, los comerciantes chinos se encargaban de abastecer a la ciudad de alimentos, construían los edificios, eran zapateros, cerrajeros, herreros…, es decir, servían a la comunidad todo lo que deseaban. Lo que los españoles ofrecían a cambio era la plata que obtenían de las minas americanas, que era lo que los chinos querían. Por tanto, entre los españoles y los chinos se estableció una relación en la que dependían de los otros; entre estos habitantes no siempre hubo paz, pero llegaron a entenderse durante mucho tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

Alatriste, B. (2019, septiembre 9). El Arcón Filipino del Siglo XVII regresa al Museo Bello – Momento Diario | En el vértice de Puebla. Recuperado de https://www.diariomomento.com/el-arcon-filipino-del-siglo-xvii-regresa-al-museo-bello/

Carrizosa, P. (2019, septiembre 9). Tras el saqueo oficial del morenovallismo regresa el Arcón Filipino al Museo Bello – Puebla – Cultura. Recuperado de https://www.lajornadadeoriente.com.mx/puebla/regresa-el-arcon-filipino-museo-bello/

El arcón filipino. (s. f.). [Pintura]. Recuperado de https://www.lajornadadeoriente.com.mx/wp-content/uploads/2019/09/arconfilipino-1.jpg

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Gomà, D. (2012, noviembre 1). Control, espacio urbano e identidad en la Filipinas colonial española: El caso de Intramuros, Manila (siglos XVI-XVII). Recuperado de http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-418/sn-418-19.htm

Ollé, M. (1998). CAPÍTULO 2. LA FORMACIÓN DEL PARIÁN DE MANILA: LA CONSTRUCCIÓN DE UN EQUILIBRIO INESTABLE . Recuperado de http://www.ugr.es/~feiap/ceiap1/ceiap/capitulos/capitulo02.pdf

Regresa al Museo Bello Arcón Filipino del Siglo XVII. (2019, septiembre 11). Recuperado de https://heraldodepuebla.com/2019/09/11/regresa-al-museo-bello-arcon-filipino-del-siglo-xvii/

04/24/20

ANTEQUERA (Joris Hoefnagel, 1572)

Artista polifacético, se interesó mucho por el paisaje y la pintura de género. Esta obra se encuentra dentro de los volúmenes de Civitatis Orbis Terrarum. Esta pintura es una bella escenografía paisajística cargada de gran valor documental y con minuciosas descripciones de Antequera.

La ciudad de Antequera se encuentra situada al sur de la Península Ibérica. Antequera y su vega ocupan una posición estratégica tanto para el comercio naval como para la defensa militar al norte de la ciudad de Málaga. En una encrucijada de caminos con el valle del Guadalquivir y la costa mediterránea; y rodeada de las grandes unidades montañosas la Sierra del Torcal, las cordilleras Subbéticas y la Peña de los Enamorados.

Su nombre tiene origen romano, la llamaban Anticaria porque posee un legado cultural poco corriente y por su amplio vestigio de culturas que van desde la Edad de Bronce hasta la actualidad. Posteriormente, con la llegada de los árabes se consolida un importante núcleo denominado Madina Antaquira desde mediados del siglo XIII, y en la época romana la llaman Antikaria, que comienza a tener importancia como fortaleza militar. Y con los Reyes Católicos en 1475 la llamaron Antequera como recompensa al triunfo en la batalla del Chaparral.

El aspecto de la ciudad es heredada de las estructuras prehistóricas, romanas y renacentistas. Y dentro del rico patrimonio histórico, su urbanismo ofrece las características propias de las épocas en que se originaron.

Las primeras civilizaciones prehistóricas, se encuentra en el primer conjunto arqueológico y arquitectónico al aire libre de la ciudad donde se ubican los dólmenes del Megalitismo: el de Menga, Viera y El Romeral que son enormes sepulcros funerarios.

Además, en la época romana tuvo una gran importancia su ubicación porque estaba situada en la red viaria romana y esto favorecía el comercio tanto interior como exterior. Además, junto a la Real Colegiata de Santa María la Mayor y a la Alcazaba se localizan un gran complejo termal eran establecimientos lúdicos y de carácter público. 

También, en la época musulmana construyeron en torno al siglo XIII, un nuevo recinto amurallado completo. Posteriormente, ya en el siglo XIV, realizaron un programa de revestimiento de estas murallas. Ocuparon la cuidad y aprovecharon las ruinas de las fortificaciones romanas.

Los musulmanes construyeron en la parte alta de la ciudad la Alcazaba o también llamado Castillo, en la parte alta de la cuidad como una acrópolis y está era una edificación puramente militar y que estaba formada por dos grandes torres: la torre Blanca (la dentro) y la torre del Homenaje (la de fuera) y debajo del él era la parte vieja que se extendía por la falta de la colina del castillo y se encontraban la Medina, la mezquita Aljama, el zoco y el pueblo.

La muralla daba impresión de una ciudad fortificada y a su vez rodeaba a todo el casco antiguo de la ciudad que la protegía de los asaltos. Por otro lado, se podía acceder a la ciudad a través de tres puertas: el Arco de los Gigantas, la Puerta de Estepa y la Puerta de Málaga. Y el resto de la cuidad estaba ordenado rectangularmente en calles espaciosas.

Dentro de ella se distinguen perfectamente los edificios, en la parte alta de la ciudad se ubica la Alcazaba-Castillo, de planta rectangular. Durante los siglos XVII y XVIII se construyeron la mayor parte de conventos e iglesias como la Real Colegiata de San Sebastián, la Puerta de Santa María. Y el Palacio de Nájera, se situaba en el centro de Antequera. Y muchas de las calles del casco son de trazado rectilíneo y uniforme que delimitan manzanas de gran tamaño con forma de polígono irregular.

A partir de la conquista de Granada en 1492 la cuidad comienza a transformarse y a extenderse en la periferia de sus murallas favoreciendo su crecimiento. En este momento, la ciudad experimenta un primer ensanche hacia el sur y norte junto a los caminos de Málaga y Sevilla. A mediados del siglo XV y principios del s. XVI la Real Colegiata de San Sebastián y su plaza son dos elementos importantes para este nuevo desarrollo urbano.

Esta pintura muestra la ciudad Antequera, así como su confuso entramado urbano en el siglo XVIII, la ciudad sigue su curso de expansión por la parte izquierda que se conecta con la vega. Y en este siglo, el Barroco alcanza su máximo esplendor en la estética urbana y arquitectónico con uno de los monumentos más emblemáticos, la Torre de la Real Colegiata de San Sebastián.

Por otro lado, la actividad económica entre los siglos XVIII y XIX era muy alta en el núcleo industrial y de las manufacturas, en cuanto a la industria textil basada sobre todo en la lana y en menor cantidad en la seda y el lino; a la industria láctea; a las industrias siderometalúrgica y curtidos. Y al comercio de hortalizas y cereales.

En la segunda mitad del siglo XVIII, debido a su ubicación entre el litoral y el interior. El auge del comercio y la industria, iban a la par y se produjeron grandes avances con la incorporación de la red viaria en cuanto al comercio marítimo, favoreciendo las importaciones que se concentraban en el sector textil. Y en el interior con los caballos.

Para finalizar, comparando esta imagen con una actual, podemos observar que Antequera ha tenido un gran crecimiento demográfico importante, pero se siguen conservando los infractructuras de cada época. Todos los cambios producidos en las últimas décadas han favorecido que la ciudad haya sido declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 2016 y que en la actualidad sea uno de los principales focos de atracción turística de la región.

Judith Cano Pascual

04/24/20

LE MONT SAINT MICHEL (Liisa Corbière, 2019)

Este cuadro pertenece a una serie de óleos realizados por Liisa Corbière. En él representa en la actualidad el Mont Saint Michel, una pequeña ciudad amurallada situada en la comarca de Normandía.  Esta artista de origen finés descubrió la zona de la Provenza de joven y se enamoró de sus colores y sus tonos cálidos, lo cual le sirve de inspiración para sus cuadros. Su estilo es impresionista, se centra mucho en los colores y la luz. Concretamente en este cuadro, se puede apreciar el reflejo del Mont Saint Michel en el agua del mar y los colores brillantes y luminosos del cielo. Si nos fijamos un poco más en el cuadro podemos observar que la ciudad ha sido retratada durante la marea alta ya que está rodeada de agua por completo.

Este cuadro se puede encontrar en Carré D’artistes, una página web de una galería de arte, que a su vez incluye otras más, que promueve el arte de la zona de la Provenza y la cultura francesa. Además, su galería online presenta más de 100 artistas que exhiben en ella permanentemente, de manera rotativa, lo que les permite darse a conocer como artistas.

Mont Sant Michel está emplazada en el Mont Tombe, un pequeño monte situado en medio de la bahía de Saint Michel. Este sitio es muy especial, ya que se trata de un terreno que en ocasiones se queda aislado, lo cual se debe a las mareas, las cuales son las mayores de Europa; ya que la diferencia entre la marea alta y la marea baja es de unos 15 metros, lo cual provoca que entre la pleamar y la bajamar el mar pueda retirarse unos 15km hacia el continente o viceversa, lo que convierte en ocasiones al Mont Saint Michel en una especie de “islote”.

El nacimiento de Mont Saint Michel tiene un halo de espiritualidad, ya que según cuenta la leyenda, el arcángel San Michel pidió a al obispo Aubert en torno al 708 que cree un santuario en este emplazamiento, así que éste lo mandó construir en su honor. Más tarde en el 966 una comunidad de monjes benedictinos se establece en él y éste se convierte en uno de los lugares de peregrinación más importantes de la época medieval. Además, en esta época el Mont Saint Michel era conocido como la “Ciudad del libro” lo que se debe a la cantidad de manuscritos que se copiaban en su abadía. Esta ciudad posee numerosos estilos de arte arquitectónicas (románico y gótico principalmente), lo cual se debe a que se empezó a construir en el siglo X, pero se ha ido restaurando y modificando hasta el siglo XIX.

Como se puede observar, esta ciudad posee un trazado urbano irregular, con callejuelas pequeñas con recovecos, debido a que se empezó a construir en la Edad Media y debido también a la topografía que presenta, ya que está situada en un monte. Como se puede apreciar en la imagen, la ciudad posee una estructura dividida en tres partes: una primera zona alta, dónde se encuentra la abadía, una segunda zona baja, dónde se encuentra el asentamiento y una tercera zona extramuros, dónde hay un pequeño embarcadero, una parada de autobús y un aparcamiento para coches.  Podemos distinguir en el centro de la ciudad, en la zona alta, la abadía de San Michel, santuario construido en honor al Arcángel, más tarde convertido en abadía, el primer edificio que se construyó en la ciudad; el cual presenta en su zona más alta una figura del Arcángel. En esta abadía hay numerosos estilos arquitectónicos plasmados, ya que fue reconstruida en varias ocasiones; sin embargo, en la zona de la Maravilla, nos encontramos con un estilo claramente gótico, de hecho, es la mayor obra del gótico normando. En torno a la abadía se emplazan viviendas y comercios construidos a posteriori, hoy en día en esta zona también podemos ver además de los jardines, museos y comercios.  A su vez, podemos distinguir en un extremo la Capilla de Saint Aubert, dedicada al obispo y primer constructor de Mont Saint Michel. También se puede apreciar que cuenta con una sólida muralla, esto se debe a que esta ciudad se situaba en la frontera entre Normandía y Bretaña, además de servir como defensa frente a Gran Bretaña en la Guerra de los 100 años. Más tarde se instalaron nuevos monjes y reacondicionan la zona para permitir nuevos peregrinajes. También se empleó a posteriori como cárcel para la reclusión de presos políticos. En 2001 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por lo que hoy en día el Mont Saint Michel se emplea para turismo, aunque aún residen algunos monjes en su abadía.

Aitana Llorente Sánchez

04/22/20

EXETER (Braun & Hogenberg, 1618)

Exeter, ciudad que en la actualidad es la capital del condado de Devon (Inglaterra) y una de las más antiguas de Inglaterra, fundada por los Dumnonii (pueblos celtas, el año se desconoce), pero en la que se asentaron los romanos en el año 50. En un primer momento la llamaron “Isca Dumnoniorum”, y fue la capital administrativa de lo que actualmente son los condados de Devon y Cornualles.

La fotografía es una copia ampliada, detallada y a color, elaborada por Braun & Hogenberg (1618), basada en el mapa original, en blanco y negro, de John Hooker (1587) y forma parte de un proyecto editorial creado como complemento al atlas del mundo “Civitates Orbis Terrarum”.

Si echamos un primer vistazo a la imagen, podemos ver que Exeter está situada en una colina, al lado del Río Exe, cuyo plano urbanístico es un plano ortogonal, con  forma de paralelogramo y presenta cuatro calles principales que empiezan en cada una de las cuatro puertas de esta ciudad amurallada.  El motivo de construir ciudades en los montes y colinas era por estrategias de defensa y en zonas próximas a vías de comunicación (río Exe) para facilitar el comercio de mercancías.

Respecto al urbanismo, tal y como se nos muestra en la imagen, data de un plano del siglo XVI o Edad Moderna aunque en ella podemos distinguir que es una ciudad de origen medieval ya que presenta diferentes elementos medievales y algunos romanos, que a continuación comentaremos.

Lo primero que vemos es una muralla que rodea toda la ciudad, la cual servía de barrera de seguridad y cordón sanitario contra pestes. Tenía cuatro puertas que se cerraban por la noche y se abrían de nuevo por la mañana. Fue construida por los romanos en el siglo II y tras ser atacada y gran parte destruida, se reparó a principios del siglo IX. Las puertas de la muralla fueron demolidas a principios del siglo XIX (Castlesfortsbattles.co.uk, 2020). En la actualidad se conservan restos de ella, aunque no está completa ya que ha sobrevivido a bombardeos, cruzadas e invasiones. En la parte exterior de la muralla, vemos varios extramuros o barrios de habitantes que no pudieron abarcar dentro de la muralla y un puente romano construido de piedra aunque en la actualidad el río ha cambiado su cauce y ya no pasa por debajo de él.

El centro de la ciudad estaba formado por los edificios más importantes, como la catedral de Exeter, fundada en 1050 por motivos de protección del obispado contra los vikingos, tiene el techo abovedado ininterrumpido más largo de Inglaterra y es de estilo gótico con influencias normandas, como se puede ver en sus elevadas torres (Wikipedia, 2020). Al lado de la catedral está la plaza del mercado y en ella, se desarrollaba la actividad comercial y se invitaba al transeúnte a quedarse y charlar. Además si miramos alrededor de la misma, podemos ver edificios más pequeños de similar estructura, como son el palacio episcopal o residencia de los obispos y otros palacios urbanos donde vivían grandes mercaderes. En lo más alto de la colina vemos una pequeña fortaleza creada en el S.XI, concretamente en el año 1068, para proteger la carretera romana de Langres, pero aunque fue destruido a principios del siglo XIV, se reconstruyó a finales del siglo XX (Wikipedia, 2020), se le llamó castillo de Rougemont porque se construyó con la piedra roja hallada en lo alto de la colina.

Respecto a la construcción de las viviendas, había una tendencia común por aprovechar al máximo el espacio, por ello, las viviendas estaban adosadas las unas con las otras y crecían en cuanto a altura más que a anchura (normalmente eran de dos y tres pisos, sirviendo el primero de taller, el segundo de vivienda y el tercero de granero). Normalmente este tipo de casas eran de comerciantes, agricultores, campesinos y artesanos y se organizaban en gremios.

Las calles eran estrechas, no tenían alcantarillado ni sistema de recogida de basuras, y normalmente eran de piedra o de tierra lo que provocaba la rápida propagación de enfermedades. Además vemos que hay una gran falta de alumbrado tras la puesta de sol  por lo que las calles quedaban totalmente a oscuras ocasionando situaciones de delincuencia y robos.

Respecto a la sociedad de este siglo, podemos distinguir una sociedad formada por la clase privilegiada (nobleza y clero que no pagaban impuestos), burguesía (comerciantes y banqueros) y campesinos y trabajadores (hombres libres), cuya principal actividad económica fue el comercio con la principal materia textil que llegaba de otros países, entre ellos España, que era la lana, a principios del siglo XVII convirtiendo Exeter en un centro de consumo, de producción artesanal y agrícola y, a la vez, de redistribución (Martínez, 2011).

NEREA OCAÑA DONCEL

04/22/20

PÉRGAMO (Friedrich von Thiersch, 1882)

La imagen corresponde a Pérgamo. Se puede encontrar en el museo de Alemania: Antikensammlung Berlín. La imagen ha sido obtenida de la página web de National Geographic. Es una recreación pictórica de la ciudad. Fue una polis (“ciudad-Estado”) griega. En la actualidad está ubicada al noroeste de Turquía, a treinta kilómetros de la costa del Egeo frente a la isla de Lesbos.

Fue una de las ciudades más importantes, brillantes y poderosas de la Antigua Grecia.  Cuando muere Alejandro Magno, en el 323 a.C, el imperio se fragmenta y esta ciudad, entre muchas otras, empieza a tener relevancia. Según National Geographic, en los siglos II y III a.C. tuvo su época de esplendor ya que contaba con una rica industria de manufacturas de pergamino, buena situación geográfica para el comercio por el mar Mediterráneo e infraestructuras amplias.

El lugar en el que está la acrópolis fue sobre una colina del valle del río Selinus. El terreno tenía pendientes y provocó que la ciudad estuviera escalonada. Para mejorar las vistas construyeron terrazas artificiales, lo que fue una innovación en la arquitectura de la época porque buscaron integrar la ciudad en su paisaje.

Pérgamo estaba amurallada para poder defender la ciudad de posibles ataques bélicos. Además, tenía una entrada principal por la que se accedía mediante un edificio monumental. Esta entrada se conoce como Propileos. En la parte más alta de la ciudad se encontraba la acrópolis, que era el lugar donde se concentraba la vida religiosa, residencial y militar. Significa “ciudad alta” y cumplía dos funciones: defensiva y para situar los principales lugares de culto junto a las personas importantes. En caso de guerra, los ciudadanos podían refugiarse en ella. Filetero gobernaba por esta época en la ciudad y dedicó a Atenea (victoriosa diosa guerrera) el santuario de la ciudad que estaba situado en el centro de la explanada en muestra de agradecimiento por las numerosas victorias que había otorgado a Pérgamo. En los alrededores estaba el palacio donde vivían los soldados. Pérgamo tenía una biblioteca, que fue la segunda más grande e importante de la Antigüedad después de la de Alejandría. También estaba destinada a ser escuela. El teatro de la polis contaba con setenta filas y su capacidad era de diez mil espectadores. Su altura era de unos cuarenta metros de altura y su función podía ser de mirador y terraza. El lugar de su emplazamiento tiene influencias sonoras, ya que su localización tiene la capacidad de ampliar el sonido desembocando en que se pueda escuchar desde las últimas filas. El templo de la ciudad estaba dedicado al dios Dioniso (rey de la fertilidad y del vino). Además, la ciudad contaba con otro santuario, el de Trajano Augusto, que coronaba la acrópolis.

Por último, encontramos el ágora. Era un espacio al aire libre donde se concentraba todo el comercio, la cultura y la política de la vida social de los griegos. Solía estar rodeado de edificios públicos y privados. El altar de Zeus, situado en el ágora, es una de las obras helenísticas más importantes: destaca el friso que no lo esculpieron en lo alto, si no que lo situaron en el zócalo de la columnata para que se pudiera contemplar mejor. Se construyó para celebrar la victoria de Pérgamo ante los gálatas.  

La ciudad contaba también con gimnasios, el santuario de Deméter y barrios residenciales. Tenía avenidas de veinte metros de longitud de calzada, pasos subterráneos… se inventó la jardinería tal y como la conocemos actualmente, se producían pergaminos y sus reyes coleccionaban arte y eran bibliógrafos.

El último rey de la ciudad, Atalo III, les cedió Pérgamo a los romanos y lo convirtieron en la capital del imperio en Asia Menor. La decadencia de la ciudad llegó en época de los romanos porque repartieron todos sus tesoros entre ellos.

Aguilar, Ferrer, López y Navarro (2009) indican que las poblaciones de Grecia se unían formando polis (ciudades-Estado). Todas las personas tenían los mismos derechos, aunque realmente esto no era así. La población estaba dividida en ciudadanos (tenían todos los derechos) y no ciudadanos (no tenían ningún derecho).

Las ciudades tenían dos lugares muy importantes: la acrópolis (“ciudad en lo alto”), que albergaba los edificios públicos más importantes y los santuarios; y el ágora, que era el centro público y lugar de reunión. En el ágora se realizaba el comercio y el intercambio de ideas. Esto provocó algún conflicto y terminó por separarse. Después de las colonizaciones griegas a lo largo del Mediterráneo, aparecieron nuevas ciudades y era necesario planificarlas. Se creó el plano ortogonal o hipodámico, que tenía ejes horizontales y verticales que cuadriculaban el terreno.

La arquitectura griega tiene una estrecha relación con las polis. Predomina la piedra en la arquitectura. Ésta es arquitrabada, lo que quiere decir que utiliza elementos horizontales. Los griegos tenían especial preocupación por el aspecto del exterior de los edificios, por lo que hacían hincapié en el canon o búsqueda de las proporciones ideales. La belleza externa se conseguía gracias al orden.

La alimentación de los griegos se basaba en trigo, cebada y cereales. El pescado también tenía relevancia. La pesca, la agricultura y la ganadería eran las principales actividades económicas realizadas por los griegos. Después vendían las mercancías en mercados que normalmente estaban situados en el ágora.

La religión era muy importante para ellos y cada ciudad tenía sus propios dioses protectores. Era antropocéntrica “el ser humano es la medida de todas las cosas”, lo cual estaba reflejado en el arte porque la tendencia era el realismo. Los dioses se humanizaron y tenían vicios y virtudes como los seres humanos. Había dos diferencias entre dioses y humanos: los dioses tenían la inmortalidad y el poder sobrehumano.  

Tamara González Moraleda