05/31/21

ALCALÁ DE HENARES (Pier María Baldi, 1668)

La imagen representa una vista panorámica de la ciudad de Alcalá de Henares en 1668. Se trata de un dibujo realizado por Pier María Baldi, en ese año, durante el viaje de Cosme III de Médicis por la península, en su paso por la ciudad. Pier María Baldi era un pintor y arquitecto florentino, que diseño, dirigió y pinto diferentes obras en la ciudad de Florencia al servicio de su corte. Su gran aportación se produjo como cronista gráfico de este gran viaje, realizando pinturas de las diferentes ciudades visitadas. La representación de la ciudad de Baldi se vio influida pues como señalan Muñoz y Martínez (2014) debía adaptarse a los lugares y tiempos de estancia establecidos por el séquito.

Dicho sequito nos brinda también detalles sobre cómo era social y culturalmente la ciudad. Así conocemos que se trataba de una pequeña villa con un Colegio Mayor, fundado por el Cardenal Cisneros, y otros colegios menores, con diferentes fundadores, en los cuales florecían diversos estudios. Sus colegiales vestían con trajes especiales y de estos existían dos clases, aquellos que eran nobles y los pensionistas. Todos los colegios daban de comer a los colegiales, incluso en las vacaciones si era preciso.

Aunque Baldi no ofrece una orientación geográfica clara de la posición desde la que realiza la acuarela, informa del lugar representado escribiendo el nombre de la ciudad en el frontal. Siguiendo a estos autores citado, Baldi recurre a recursos pictóricos para simular la profundidad del paisaje y genera espacio incluyendo varios niveles de edificaciones. Asimismo representa con gran detalle aquellos elementos que sitúa en el primer plano de la acuarela y recurre al desvanecimiento en los siguientes. Presta una mayor atención a los elementos que conforman los edificios singulares de la ciudad, recreándose en el detalle y formas de alguno de ellos.

La ciudad representada por Baldi, Alcalá de Henares, se encuentra en el centro de la Península, concretamente en la actual Comunidad autónoma de Madrid, a 30 km de la capital española. Esta ciudad se desarrolló en uno de los enclaves estratégicos, pues se situó en una de las vías de paso más frecuentadas de la Península. Además, su cercanía al río Henares así como los cerros colindantes, hicieron de la zona más propicia para el desarrollo urbano.

Su amplia historia nos cuenta que durante su desarrollo la ciudad contó con diferentes emplazamientos, siendo el situado en el Burgo de Santiuste en torno a la Iglesia de San Justo (posterior catedral Magistral), el que llevó al desarrollo en su emplazamiento definitivo de la ciudad de Alcalá en la orilla derecha del río Henares. Desde ella partirán las diferentes calles de la ciudad, componiendo un esquema radial e irregular de los barrios en los que convivirán las tres grandes culturas medievales (judíos, árabes y cristianos). Aparte de esta gran riqueza cultural, la creación de la Universidad, entre 1498 y 1508, convertirá su esquema urbano es uno más regular. La creación de la manzana universitaria supuso el ir y venir de numerosos personajes ilustres a la ciudad así como la cuna de otros grandes nombres como Catalina de Aragón, Miguel de Cervantes o Manuel Azaña. Tan rica es su historia que en 1998 la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La acuarela de Baldi es una panorámica de la ciudad, en diferentes planos, mostrando el  nombre de la ciudad representada, Alcalá de Henares en el primero, seguido del campo laudable y la muralla que la bordean, cuyos muros se ampliaron en 1454, pues con la creación de los numerosos colegios menores y conventos el recinto amurallado quedó insuficiente. Los muros de estas edificaciones sirvieron como tapias de la ampliación del recinto amurallado. Tras la muralla podemos ver las numerosas cúpulas y capiteles que conformaban el cielo alcalaíno en época barroca, pertenecientes a los diferentes iglesias, conventos y edificios escolares.

Algunas de las representaciones, en cuanto a su localización, no muestran una concordancia exacta con la realidad, pues es posible que Baldi recurriese al recuerdo para terminarlos posteriormente, por tener que adaptarse al tiempo de estancia. Por ello, como señalan Muñoz y Martínez (2014) “el dibujo desde el recuerdo o de otras imágenes o datos de los que pudiera disponer, quizá, explique las inexactitudes que encontramos en los detalles de algunas de sus vistas.”. Así en esta imagen podemos identificar en primer lugar (de derecha a izquierda):  Puerta de los Mártires, la Iglesia del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, la cúpula del Colegio convento de Agustinos de San Nicolás de Tolentino, el Colegio menor de San José de Caracciolos.

La Torre de Mártires o de Guadalajara, forma parte de una de las siete puertas del recinto amurallado de la ciudad, fue trasladada al final del siglo XVI al final de la calle Libreros como consecuencia de la ampliación de la ciudad universitaria. La Iglesia del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús se situaba, y aún lo hace, en la calle Libreros (hoy Iglesia de Santa María la Mayor). La cúpula del Colegio convento de Agustinos de San Nicolás de Tolentino, situado en la calle Santiago, la una de las mejores de la ciudad para el sequito. Por último, el Colegio menor de San José de Caracciolos, en la calle Trinidad, acogía a los Clérigos Regulares Menores que eran colegiales universitarios.. En la actualidad es la sede de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá.

Ponz (1774) afirma “Cierto que por aquel parage representa la Ciudad su mejor vista; pues conteniendo en su recinto treinta y ocho Iglesias, y diez y nueve Colegios, sobresale un número de cúpulas, y torres que forman un razonable espectáculo.” es la siguiente vista que observamos en la imagen de Baldi de todas las cúpulas y torres que nombra el autor. Al fondo se pueden ver los cerros, que rodean el curso del río Henares con un gran valor tanto histórico como ecológico.

En esta época, la ciudad estaba influenciada por la vida universitaria que acontecía en sus calles. Las funciones sociales, económicas y culturales que se desarrollaban en el núcleo urbano eran muy variadas, pero caben destacar su importante actividad editorial a través de las ferias libreras que se organizaban. Destaca de esta forma por su función comercial, pues una vez a la semana se establece un mercado muy concurrido, en la Plaza del Mercado, especialmente diseñada para ello, situada entre la ciudad universitaria y el núcleo urbano.

Otra función destacable es la agraria, pues es indispensable para el crecimiento de la vida de la ciudad y la realización del mercado y las ferias. Su localización en el valle del Henares y en la vía de paso con gran importancia en la península, convirtieron a la ciudad en un núcleo socioeconómico y cultural muy rico en esta época. A partir de 1655 con la reforma de Medrano, se reduce el número de cátedras y por tanto de estudiantes que acuden a la Universidad. Esto conlleva el inicio de un declive, pues se reduce el número de personas que acuden a la ciudad a cursar estudios y por tanto comenzará una crisis en la ciudad.

05/29/21

FUENTERRABÍA (Leonardus Ferrarys, 1640)

En el siglo XVII, Gaspar de Haro y Guzmán, marqués de Heliche, encargó al pintor italiano Leonardus Ferrarys que realizase la obra titulada “Plantas de diferentes Plazas de España, Italia, Flandes y Las Indias” donde se encuentran los dibujos de planos, mapas y vistas de los asentamientos, puertos de las fronteras, fortalezas y costas del Imperio español, en los cuales se incluye el dibujo “Plaza de Fuenterrabía”, una obra realizada con acuarela, que nos muestra la villa de Fuenterrabía en el año 1640 donde se aprecia la ciudad amurallada y asentamientos rurales, formado por comerciantes y marinos gascones.

La villa de Fuenterrabía, ahora conocida como la ciudad de Hondarribía, pertenecía al reino de Navarra, hasta que en el año 1200 el rey de Castilla, Alfonso VIII decidió conquistar Álava y Guipúzcoa, ya que, estos territorios le impedían conectar su reino de Castilla con la región de Aquitania (la costa de Francia), con lo cual, la villa de Fuenterrabía pasó a formar parte de Castilla. Alfonso VIII confirmó en 1203 los fueros de Fuenterrabía, que suele tomarse como su fecha fundacional, aunque la villa es una fundación navarra de años anteriores.

En el siglo XVII, Fuenterrabía era una pequeña plaza fuerte situada en un pequeño promontorio asomado a la bahía, junto a la desembocadura del río Bidasoa, situada en la misma frontera con el reino de Francia. Se encuentra en una posición muy fuerte para su defensa, en función de la geopolítica y debido a la cercanía con el enemigo, sus fortificaciones tuvieron que evolucionar asumiendo progresivamente los avances que se produjeron en la tecnología de la artillería y de la ingeniería militares. Fuenterrabía era considerada la llave del reino, la plaza que debía conquistar todo aquel que quisiera entrar en Castilla. Por ese motivo, la villa de Fuenterrabía constaba de una muralla con forma hexagonal creada en el siglo XVI-XVII, para proteger a la población de los enemigos.

La población de Fuenterrabía está dividida en tres grupos, los que viven en el recinto amurallado, llamados “Kaletarras”, los del barrio marinero, llamados “Portuarras”, y los que viven diseminados en caseríos por las faldas de Jaizkibel, llamados “Baserritarras”. A su vez, Fuenterrabía está dividida en diferentes áreas, como es la zona urbana, donde viven los Kaletarras, y donde la morfología de las calles era irregular, porque no mantenían una trama urbana ordenada, tenían callejones sin salida y patios interiores, que suponen una dificultad para las comunicaciones. En este tipo de plano, con falta de planificación urbana, se encuentran monumentos históricos en el casco antiguo como es, en este caso, el castillo de Carlos V, construido por el rey navarro Sancho Abarca en el siglo X, el cual fue ampliado durante el reinado de Carlos V. En el siglo XVII, el castillo fue la residencia temporal del rey Felipe IV durante una importante conferencia internacional, y actualmente se ha convertido en un parador de turismo, conocido como, “El parador de Hondarribia” o “Parador El Embajador”.

Por otro lado, se encuentra el área de la periferia de la ciudad, donde viven los Baserritarras y los Portuarras. El trazado urbano de la periferia tiene una morfología irregular, ya que los caseríos se encuentran dispersos entre sí, pero siempre cerca del mar. En esta zona, el suelo es perfecto para el cultivo, y se sitúan otros asentamientos, como son los caseríos donde la población se dedica al comercio, la agricultura, el ganado y la pesca, los cuales, utilizaban el puerto del Puntal para efectuar las transacciones comerciales desde el siglo XVI. La villa de Fuenterrabía, está rodeada de varias barreras físicas naturales que marcan los límites del crecimiento espacial de la ciudad, como son, las montañas de Jaizkibel y Guadalupe, y el río de Bidasoa, que, a su vez, marca la frontera entre España (Fuenterrabía) y Francia (Hendaya).

Respecto a la historia de la villa, en 1453 la plaza de Fuenterrabía pasó a ser de vital importancia y desde entonces vivirían en un permanente estado de alerta. En 1476 ocurrió el primer asedio en la villa por parte de los franceses, pero no consiguieron llegar al muro debido a las grandes defensas de la villa. En 1496 Isabel la Católica ordenó construir nuevas defensas en las murallas y el castillo, ya que después del asedio fallido se confirmó la importancia de esta plaza, porque si perdían la villa de Fuenterrabía, perderían toda Guipúzcoa. En 1521 los franceses y los navarros asediaron la villa de Fuenterrabía hasta que cayó, en el reinado de Carlos V, y dos años después volvió a recuperarlo, reforzando sus fortificaciones en 1524.

 Siglo y medio duraron las continuas guerras con Francia, desde finales del siglo XV hasta mediados del siglo XVII, el 1 de julio de 1638 sucedió el hecho de armas más famoso y memorable de la historia de la villa, donde los franceses volvieron a intentar asediarla, pero consiguieron resistir el asedio francés durante 67 días, gracias a la ayuda de las tropas al mando del almirante de Castilla, Juan Alfonso Enríquez y del marqués de los Vélez, quienes liberaron Fuenterrabía el 7 de septiembre. Después del asedio fallido, la defensa de Fuenterrabía fue comparada con las de Sagunto y Numancia, y por su heroica defensa recibió el título de ciudad, “la muy noble, la muy leal y muy valerosa” ciudad de Fuenterrabía. Al comienzo del asedio, la población se encomendó a la Virgen de Guadalupe y prometieron que, si el asedio no triunfaba, lo festejarían cada año, y desde 1639 cada 8 de septiembre se realiza un alarde y se sube al santuario de Guadalupe, para celebrar la victoria ante los franceses. Por último, en 1659 España y Francia firmaron la histórica Paz de los Pirineos, en la isla de los Faisanes, dando fin a las continuas guerras.

05/28/21

DAMASCO (Georg Braun y Franz Hogenberg, 1588)

Damasco, capital de la República Árabe de Siria situada al suroeste de esta y segunda ciudad más grande de ella después de Alepo. Cuenta con más de seis mil años de historia desde sus primeros asentamientos, una de las ciudades más antigüas del mundo habitadas ininterrumpidamente, factor que constituye su amplia mezcla de culturas y épocas.

Este grabado recuperado de la web Historic Cities, que representa la vista de la ciudad de Damasco en 1588, forma parte de la obra Civitates Orbis Terrarum (1572-1618), proyecto editorial creado como complemento o ampliación del considerado como primer atlas moderno, el Theatrum Orbis Terrarum (1570). Que se acabó transformando en la recopilación más completa de planos y vistas panorámicas de ciudades que adjuntaban textos descriptivos de las mismas, publicada en el transcurso de la Edad Moderna.
La publicación y redacción de los textos asociados a los grabados fue llevada a cabo por el teólogo y canónigo de la catedral de Colonia Georg Braun (1541-1622), principal impulsor de la obra.
Aunque fueron muchos los colaboradores que formaron parte de la realización de la obra, la mayoría de grabados de ella nacen de la mano de Frans Hogenberg (1535-1590), renombrado grabador a buril y aguafuerte y cartógrafo flamenco del que proviene este grabado en concreto.
El grabado calcográfico o estampación en hueco, técnica de impresión utilizada en esta obra, se basa principalmente en la realización de una serie de incisiones en una plancha originalmente de cobre, que se emplearán para contener la tinta que posteriormente se estampará y adherirá al papel. La intensidad tonal de la obra vendrá determinada por la profundidad de los surcos realizados en la plancha, al ser lo que determina la cantidad de tinta que se va a poder depositar. Por el contrario, podemos apreciar que la variedad de tonalidades de la época se centraba únicamente en marrones, azules y verdes generalmente.
El autor, conseguía infundir a las obras un enfoque real recurriendo a un moderno estilo pictórico que hacía uso de las reglas de la perspectiva, la combinación de planos en dos y tres dimensiones y las perspectivas a vista de pájaro.

La también llamada Ciudad del Jazmín o Paraíso de Oriente por su gran belleza, se encuentra emplazada estratégicamente a modo de defensa entre el Monte Qasioun (es mencionado en varias ocasiones en el Antiguo Testamento y en los libros medievales árabes se cita como el sitio donde Caín mató a Abel), una de las montañas que forma parte de la cadena montañosa Antilíbano, y el desierto de Siria, donde bajo el Imperio Bizantino fue una importante base para vigilarlo.
La cordillera del Antilíbano es la frontera natural que separa Siria de Líbano, países entre los que encuentra. Tiene una longitud aproximada de 150 kilómetros y discurre paralela a la franja costera del Mediterráneo. En ella, los cambios de paisajes están directamente relacionados con las diferencias de altitud, el área es reconocida por sus albaricoqueros y cerezos, así como por sus canteras de piedra y su abundante bosque de cedros. Los primeros en explotar y establecer comercio con su madera fueron los fenicios, que asentaron allí sus aldeas y usaron la madera de cedro para construir barcos para navegar por el Mediterráneo.
Esta cordillera es una cadena montañosa de gran relevancia en la región, causa de multitud de disputas tribales por tener gran valor protector para la población local.
Al borde de Damasco encontramos de igual forma la llanura fértil llamada Guta, en un ramal de la ruta terrestre de la seda, donde iban venecianos y genoveses al encuentro de las caravanas. Esta llanura fue explotada con la llegada de los arameos que vieron su gran potencial agrícola desaprovechado. El río Barada que fluye a través de la ciudad, sirvió de abastecimiento para este pueblo que construyó canales y túneles que maximizaron su eficiencia. Este red fue mejorada posteriormente por los romanos y los omeyas y continua siendo la base del sistema de agua de la parte antigüa de la ciudad hoy en día.
El clima también ayudó a que estas explotaciones agrícolas prosperasen, ya que debido al efecto de sombra orográfica que las montañas del Antilíbano proporcionan a la ciudad, junto a las corrientes marinas provenientes del Mediterráneo, Damasco posee un clima árido, con veranos secos y calurosos sin demasiada humedad e inviernos suaves y relativamente lluviosos.

Una muralla fortificada de edificación romana de unos 6 km de longitud, de la que aún se conservan ocho de sus puertas, rodea la ciudad. Fue reforzada dos veces a lo largo de los años, la última después de la conquista árabe por Nur al-Din para defender la ciudad de los ataques de los cruzados. En la actualidad es la encargada de delimitar lo que es conocido como la Ciudad Vieja de Damasco, espacio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, donde se puede disfrutar un despliegue arquitectónico colosal de minaretes y cúpulas de las más de doscientas mezquitas existentes en él, la mayoría pertenecientes al arte islámico.

La representación de Hogenberg de las calles y construcciones de Damasco tan holgadas entre sí, es solo un intento de facilitar la apreciación de la distribución de la ciudad a simple vista, ya que realmente el plano urbano es bastante más irregular y amontonado. Y aunque el trazado de las calles no sigue una directriz concreta, sí existe una calle principal, la Vía Recta, que atraviesa la ciudad de un extremo a otro y es la arteria primordial donde se desarrolla la actividad comercial. Hoy en día, la Vía Recta corresponde al zoco cubierto Midhat Pasha, de gran renombre en Damasco, y a la calle Bab Sharqui, llena de pequeños comercios que conduce al barrio cristiano.
Si bien la ciudad ha mantenido su carácter islámico desde la época de los Omeyas, conserva a la vez en su plano huellas romanas y bizantinas visibles, como por ejemplo, la orientación de sus calles hacia los puntos cardinales.

Se situó como núcleo de una próspera industria artesanal especializada en la fabricación de espadas y encajes durante la Edad Media, que desarrollaba su ocupación en sus tan conocidos zocos ubicados mayoritariamente en la ya nombrada Vía Recta. También vía de paso de los caravasares, al ser Damasco durante siglos parada necesaria de aprovisionamiento y descanso para las caravanas que iban de camino a la Meca. A día de hoy esta calle sigue estando repleta de comercios, con la diferencia de que muchos de ellos están dedicados a objetos de latón y mosaicos de madera. La importancia de Damasco como una ciudad de paso era evidente si reparamos en las rutas comerciales del sur de Arabia, Palmira, Petra y las Rutas de la Seda de China. Derivó de esto una mayor estabilidad de la ciudad y beneficios que aportó el comercio de incienso y sal con Arabia.

Su trascendencia religiosa, ya que llegó a convertirse en uno de los centros más importantes en la propagación del pensamiento islámico en el mundo musulmán, deriva de diversos motivos. Por su relevancia como punto de partida para una de las grandes caravanas de peregrinación a La Meca, fue tenido en mayor consideración de lo que otros motivos podrían justificar. Las financiaciones a instituciones religiosas donadas por los turcos selyúcidas también impulsaron la expansión de la vida religiosa en la ciudad.
Todo esto, a la vez, fue potenciando los importantes hechos religiosos acontecidos entre sus muros, tales como, la residencia en sus barrios de algunos apóstoles como San Pablo y Tomás el Apóstol según los Hechos de los Apóstoles y el nacimiento también de varios papas en ellos, como Juan V y Gregorio III.

Entre sus numerosos monumentos, destaca sin duda la Mezquita de los Omeyas como el símbolo de Damasco, construida en el siglo VII encierra sus principales etapas. Sigue siendo lugar destacado de peregrinación y uno de los lugares más sagrados del Islam. Su plano arquitectónico influenció los de otras muchas mezquitas. Su colosal patio de 122 metros de largo, ofrece exquisitas decoraciones como la del tesoro, construcción erigida sobre columnas usada para almacenar el oro del Estado.
Frente a ella encontramos otro de sus atractivos turísticos, la tumba de Saladino, firme defensor de la Tierra Santa durante la época de las cruzadas.

Gracias a la abundancia de sus riquezas culturales cuenta con gran potencial para la industria turística, aunque hasta ahora ha sido poco explotado.
El Estado es el administrador de la mayoría de sus fábricas industriales, que trabajan textiles, procesamiento de alimentos, cemento y varias industrias químicas.
En la actualidad, la mayoría de bienes producidos en la ciudad se destinan a los países de la península arábiga. El papel histórico que Damasco desempeñó como un importante centro comercial ha cambiado en los últimos años debido al desarrollo político en la región, así como su evolución del comercio moderno.
En el presente, Damasco se sigue estableciendo como un importante centro cultural y religioso del Levante Mediterráneo. Es la sede del gobierno central y de todos los ministerios del gobierno.

05/28/21

PLASENCIA (desconocido, 1573)

Esta imagen es una representación de la vista panorámica de la ciudad de Plasencia y aunque no se conoce su autor, este plano se incluyó en el manuscrito «Placentiae urbis et eiusdem episcopatus, descriptio» de Luis de Toro en el año 1573. Hay que señalar que este manuscrito, que en la actualidad se encuentra en la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, tiene un valor extraordinario, ya que es el documento más antiguo que describe la historia de Plasencia y su comarca. En este plano se incluyen los principales monumentos religiosos y civiles de Plasencia como catedrales, conventos, palacios, Plaza Mayor, iglesias, etc. y además es posible apreciar los montes, el arbolado y el río Jerte que discurre por el municipio. En la parte superior de la imagen se encuentra el escudo de la ciudad.

Luis de Toro fue un médico e historiador del siglo XVI que se cree nació en la ciudad de Plasencia. Ejerció su profesión en esta ciudad y con personalidades de la época como el Obispo Pedro Ponce de León y el Marqués de Mirabel (fiel servidor de Carlos V). Este médico de espíritu abierto y partidario del análisis frente a los dogmatismos, dejó entre sus obras el citado manuscrito, así como un tratado médico sobre el tifus, un trabajo sobre el uso del agua como medicamento y una traducción del toscano de la obra de un general de Carlos V.

La ciudad de Plasencia pertenece a la provincia de Cáceres y se encuentra situada al norte de la comunidad de Extremadura, limitando con el Valle del Jerte, la Vera, Monfragüe, Valle de Alagón y Valle de Ambroz. Es una ciudad que presenta una topografía bastante accidentada que alterna zonas llanas con pendientes ya que se trata de un punto de confluencia de varios valles montañosos, al Oeste las sierras del Gordo y Bereguer y al Este la sierra de Santa Barbara que limita con el río Jerte. Hay que destacar también, la carretera de la ruta de la Plata que atraviesa este municipio y que es una de las vías de comunicación más importantes de España, ya que comunica el norte y el sur peninsular.

Respecto al crecimiento urbano de Plasencia, se puede comprobar cómo los márgenes de esta ciudad se han ido extendiendo hacia la zona Norte y Sur, ya que son áreas que no presentan límites físicos, encontrando la zona industrial en el Sur y junto a la carretera con dirección a Cáceres y la zona residencial nueva en el Norte. Además, hay que señalar que Plasencia debido a su situación y a la distancia con otras ciudades como Cáceres, Trujillo o Béjar que están a más de 60 kilómetros, representa un núcleo principal con respecto a los demás municipios circundantes de la comarca.

Plasencia fue fundada por el rey Alfonso VIII de Castilla en el año 1186. Las razones de fundación fueron especialmente de carácter estratégico militar propias de la Reconquista, ya que se encontraba situada a pocos kilómetros de la frontera de Castilla con el reino de León y del territorio dominado por los musulmanes al sur. Es por ello que Plasencia se fundó sobre un cerro protegido por el río Jerte, ya que esta situación ofrecía un carácter defensivo frente a los enemigos, además, una vez fundada, pronto se empezó la construcción de un importante sistema de protección integrado por una fortaleza y por sólidas murallas que rodearían la ciudad. Este sistema de doble muralla llegó a tener 70 torres y 8 puertas de acceso.

Plasencia tiene un origen auténticamente medieval y que como se puede observar en la imagen del siglo XVI, se concentraba prácticamente en el área intramuros, que posee una forma irregular debido a que tuvo que adaptarse al terreno existente. Así, la cuidad estaba contenida dentro de una construcción defensiva con muros de los que sobresalían torres, siendo la mayor de ellas la torre Lucía, desde la que se hacían hogueras para avisar a la población de los peligros, además, anexado a la muralla y en la parte alta de la ciudad había un alcázar, que hoy ya no existe, pero que supuso uno de los elementos más destacados de esta construcción medieval. La muralla protegía el casco antiguo que estaba organizado en torno a la Plaza Mayor, lugar de encuentro colectivo, comercial y de festejos, donde se encontraba la casa del Ayuntamiento, y de la que emanaban de forma radial calles estrechas y bastante rectas con dirección a las ocho puertas del recinto amurallado (puerta del Sol, de Coria, de Trujillo, Santa María, Berrozana, Clavero, de los Judíos y del Salvador). Estas puertas, junto con el sistema de plazas y calles estrechas típicamente medievales fueron condicionantes del trazado urbano y de la vida ciudadana de aquella época.

Entre los edificios de mayor importancia presentes en el plano de Luis de Toro, hay que destacar la catedral, que en realidad se trata de dos catedrales, una nueva, de estilo gótico renacentista, y otra vieja, de estilo románico de transición al gótico, que están solapadas, ya que para construir la catedral nueva se fue destruyendo la vieja para aprovechar sus materiales, y como no se llegó a terminar, quedaron los dos edificios unidos. Otro edificio histórico a destacar es el Palacio de Mirabel, que representó el edificio civil más importante de la ciudad y que fue declarado bien de interés cultural en 1977.

Como cualquier otra ciudad medieval, en las calles de Plasencia se desarrollaban oficios artesanos de todo tipo, así, todavía algunas de estas calles conservan los nombres de aquellas actividades, como la calle de los quesos, podadores, caldereros, carnicería, etc. Otras calles en cambio, hacían referencia al origen de los moradores que en ellas habitaban, encontrándose el barrio de los judíos próximo a la puerta de Coria y el de los moriscos entre las puertas de Sol y Talavera. Fuera de la muralla, hay que destacar los puentes existentes para salvar el río Jerte como el Puente de Trujillo o el puente de San Lázaro, además de varios edificios como ermitas, conventos y algunas casas modestas y de recreo estacional. Junto al río, también se establecieron diversas actividades como los molinos, los lagares y las alfarerías. También hay que destacar “La Isla” formada en el río Jerte, que era zona de pasto para el ganado y también de recreo para los Placentinos. Como la época de mayor disfrute de este lugar era en verano, los Reyes Católicos ratificaron en 1501 unas ordenanzas que prohibían que se introdujera allí el ganado desde marzo hasta la fiesta de San Miguel el 29 de septiembre.

Plasencia desde su fundación fue una ciudad con notable importancia, especialmente gracias a los privilegios que le otorgó el rey Alfonso VIII como el fuero y el escudo, además de la creación del Obispado de Plasencia. Esta ciudad durante los siglos XV y XVI acogió a lo más ilustre de la nobleza extremeña por tratarse de un enclave acogedor y natural. Hoy en día, esta ciudad que cuenta con unos 40.000 habitantes continúa siendo un lugar muy acogedor y que además mantiene toda su esencia medieval.

05/20/21

SALZBURGO (A.F.H Naumann, S. XVIII)

Salzburgo es la cuarta ciudad más poblada de Austria. Tiene una densidad de 2.300 hab/km2 y las coordenadas de su casco histórico son 47°47’54.49″N y 13°2’46.68″E. Su nombre significa ‘castillo de sal’ y fue acuñado alrededor del 755.

Los rastros de los primeros pobladores datan de la Edad de Piedra, quienes se asentaron de forma permanente hasta la conquista Romana.  De este modo, los primeros asentamientos se agrupaban en pequeñas poblaciones agrícolas, pero la conquista romana hizo que estas pequeñas comunidades se agruparan en una única urbe y, bajo el imperio de Claudio, Salzburgo llegó a ser uno de los municipios más importantes de la provincia de Noricum. Posteriormente, en el año 739 San Ruperto convirtió la ciudad en sede de un obispado y en el 798 se convirtió en sede de un arzobispado.

El caso antiguo de la ciudad se ha ido creando desde la Edad Media hasta los siglos XVII y XVIII y tiene una apariencia barroca. Como consecuencia de la conservación excepcional de este tejido urbano, el casco antiguo se inscribió en la lista del Patrimonio Mundial en 1996. Además en dicha ciudad nacieron importantes personajes históricos como Wolfgang Amadeus Mozart, quien posteriormente se trasladó a Viena dónde murió.

La imagen escogida se trata de un grabado realizado por A.F.H. Naumann de la ciudad de Salzburgo a finales del siglo XVIII. Se ha obtenido ha obtenido de la página web Alamy, una empresa que obtiene sus imágenes a partir de fotógrafos y agencias de fotografía.

En dicha imagen se puede observar cómo la ciudad se extiende en las orillas del río Salzach y el centro está rodeado por dos montañas denominadas Mönchsberg y Kapuzinerberg. La ciudad se divide en dos partes, la ciudad antigua y la ciudad nueva, ambas separadas por el río y conectadas por un puente.

La ciudad antigua, es decir, el casco histórico de Salzburgo está rodeado por la muralla, tiene un plano urbanístico irregular. En ella se distinguen dos barrios:

  • El barrio eclesiástico: Se caracteriza por tener un plano irregular modificado por las intervenciones urbanísticas barrocas -la Catedral, la Abadía de San Pedro y la Iglesia Franciscana- que abrieron grandes espacios abiertos y plazas en medio de la trama urbanística.
  • El barrio burgués: Se caracteriza por tener tres plazas de mercado, una calle principal dedicada al comercio y calles estrechas.

La ciudad nueva se sitúa en la orilla puesta, tiene un plano ortogonal y cuenta también con importantes monumentos, aunque no son visibles en la imagen a excepción del Monasterio Capuchino y la Iglesia de San Sebastián.

Los principales elementos urbanos que se distinguen en la imagen son de tipo religioso puesto que frente a los tejados sencillos de los edificios residenciales se elevan grandes torres y cúpulas. Este hecho es debido a que la ciudad ha sido gobernada principalmente por cargos eclesiásticos ya que gracias a su ubicación la ciudad de Salzburgo fue convertida en sede episcopal desde el año 739, momento en el que comenzaron a construirse las iglesias, basílicas y palacios que perduran en la ciudad.

De entre todas las construcciones religiosas existentes destaca la Catedral, la cual, en primera instancia se trató de una basílica románica de tres naves que se construyó en el 774, posteriormente debido a un incendio producido en la ciudad se reconstruyó de nuevo. Tras otro nuevo incendio en el siglo XVI el arzobispo de la ciudad mandó destruirla hasta que, finalmente su sucesor la mandó construir de nuevo en el siglo XVII en el estilo barroco actual. Esta nueva construcción de la Catedral provocó que se derribasen múltiples casas burguesas y así se crearon las plazas que hoy en día rodean este edificio y que aportan los espacios abiertos en el casco antiguo. En 1944 una bomba destruyó la cúpula y parte del ábside de la catedral, por lo que tuvo que ser reconstruido de nuevo y se produjo una nueva inauguración de la catedral. De este modo, las tres fechas de inauguración de la catedral (774, 1628 y 1959) están reflejadas en las rejas de los pórticos. Frente a la catedral se encuentra una estatua dedicada a la virgen María.

Otro de los edificios destacables tanto en la imagen, como en la historia de la ciudad es la Fortaleza de Hohensalzburg. Esta fortaleza se eleva a lo alto de la montaña Mönchsberg y gracias a esta ubicación jamás ha sido conquistada. Se trata de la mejor fortaleza conservada en toda Europa central.

Desde la Edad Media, Salzburgo ha sido una ciudad centrada en el comercio ya que la sal y el hierro que se extraían de las minas de sus alrededores se intercambiaban por otros bienes como vino, especias, telas, etc. todo ello a través del río Salzach. Durante esta época y todas las siguientes hasta la actualidad ha existido una calle principal dedicada el comercio – Getreidegasse– en la cual se pueden encontrar letreros que sobresalen de las fachadas de los edificios. Dichos letreros tienen una antigua tradición ya que, durante la Edad Media la mayoría de las personas eran analfabetas por lo que los comerciantes implantaban estos letreros de hierro forjado que indicaban su oficio.

Así pues, en la imagen se observan dos barcas de comerciantes que navegan por el río transportando mercancía en las cajas que contienen. Esto se debe a que dicho río fue una importante vía de comunicación hasta el siglo XIX tanto para esta ciudad como para sus alrededores.

05/17/21

LUGO (Francisco Coello de Portugal y Quesada, 1864)


Mapa grabado realizado por el cartógrafo y Coronel de Ingenieros Francisco Coello de Portugal y Quesada en 1864. Fue autor de los mapas de las provincias españolas recogidos en el Atlas de España y sus posesiones de Ultramar publicado entre 1847 y 1870 financiados con subvención gubernamental hasta que se publicó la primera hoja del Mapa Topográfico Nacional en 1875. Recuperado del blog «arqueotoponimia», podemos encontrar este mapa en los archivos de los fondos cartográficos del Instituto Geográfico Nacional de España.  

La ciudad de Lugo se encuentra en la zona Noroeste de la Península Ibérica asentada sobre una penillanura con relieve suave y ondulado a 462 metros de altitud y rodeada por el caudaloso río Miño y los ríos menores Chanca y Rato. El río Miño supone el accidente geográfico más notable ya que en su aproximación a la ciudad crea un amplio valle que se estrecha conforme se aleja de la misma. En cuanto al relieve, destaca en el suroeste el Monte Meda y en el noreste el Monte Labio con alturas comprendidas entre los 600 y 800 metros. La ciudad cuenta con un clima oceánico al registrar menos precipitaciones en verano y ser más abundantes en invierno, alcanzando una cifra de 1000 mm al año. Su temperatura media son 11,5 ⁰C.

Lugo es el asentamiento urbano más antiguo de Galicia, data del año 25 a. C. y se cree que se erigió o sobre un antiguo castro preromano o bien que la zona contaba con un lugar sagrado dedicado a la divinidad Luc en el que posteriormente se implantó un asentamiento militar. Su emplazamiento está determinado tanto por su céntrica localización en la zona denominada Gallaecia como por  la abundancia de agua del entorno con el caudaloso río Miño y la existencia de aguas termales; aspecto de suma importancia para la cultura romana. Los vestigios del acueducto del siglo I manifiestan la importancia del asentamiento en la época. El control romano de la ciudad sucumbe al pueblo suevo en el año 460 y en el año 585 pasa al mando visigodo hasta la conquista musulmana a principios del siglo VIII. Alrededor del año 750 Alfonso I ocupa Lugo incorporándolo al Reino Astur y nombra un obispo para su gobierno encomendándole la repoblación de la ciudad, aunque esto no se ha conseguido eficazmente en toda su historia. El poder eclesiástico ostentará la autoridad y jurisdicción de la ciudad durante la Edad Media. Este aspecto se refleja tanto en la Catedral de Santa María, que ha sido beneficiaria de mejoras y adiciones importantes en su estructura como son la girola o la Torre del Reloj; como en el Palacio Episcopal, situado en uno de los laterales de la catedral y construido en el siglo XVIII sobre una edificación anterior. Es notable la existencia de numerosas iglesias y conventos dentro y fuera de sus murallas. Asimismo, Lugo se convierte en paso del Camino Primitivo de la peregrinación a Santiago con lo que aumenta su relevancia respecto de otras poblaciones cercanas. Ya en la Edad Moderna pierde relevancia respecto de Santiago de Compostela, iniciando una época de decadencia que se revertirá con la concesión en 1754 del privilegio real para la celebración de las Ferias de San Froilán. Esto la convirtió en la gran capital agraria de Galicia para el comercio de ganado. Con el auge de esta actividad se hizo necesaria la adecuación de un espacio intramuros amplio, por lo que se derribó el Convento de las Agustinas en 1840 para ampliar la Plaza Mayor resultando tal y como se refleja fielmente en el mapa. La invasión francesa supuso el saqueo de numerosos bienes eclesiásticos y por lo tanto un importante varapalo a su riqueza.

La imagen ilustra la realidad de la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX. El elemento más representativo es la muralla romana construida entre los siglos III y IV que destaca por ser la única del mundo que conserva todo su perímetro hasta la actualidad (2.150 metros) y ser pedestre en toda su extensión. La operación Muralla Limpia (1972) derriba las edificaciones adosadas a la misma para así recuperar su esplendor, hecho que favoreció su declaración como Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. En la imagen podemos observar que la muralla cuenta con cinco puertas originales: Miñá, Falsa, San Pedro, Nova y Santiago. Dichas puertas permitían el desarrollo de la vida en la ciudad y servían de comunicación con las principales poblaciones de la época: Astorga, La Coruña y Braga. Además, en ellas se procedía al cobro del portazgo y al control de la población en los fielatos, que se conservan en la actualidad. Dichas puertas determinaron el trazado urbano de la ciudad y se puede apreciar en las calles que nacen en ellas y las conectan con otros puntos significativos de la ciudad. Destaca la rúa Nova cuyo trazado rectilíneo y extenso la conecta con el otro extremo del recinto. Cerca de las puertas se observan pequeñas construcciones que buscan proximidad a las mismas. Y en la zona este del mapa destaca el asentamiento más antiguo extramuros, que es la barriada del Carmen (contaba incluso con cementerio) cuyo asentamiento se vio favorecido por la cercanía a las puertas Miñá y Santiago que daban salida hacia el Camino de Santiago. El crecimiento de la ciudad y las nuevas necesidades de la época, derivaron en la apertura de nuevas puertas en la muralla. Tal fue el caso de la Porta de la Estación, que se abrió para dar acceso a la estación con la llegada del ferrocarril en 1875. Hasta un total de cinco puertas fueron abiertas desde 1853 hasta 1921 para mejorar la habitabilidad de la ciudad una vez superada la necesidad defensiva de su origen. Siendo un asentamiento de origen romano, se aprecia claramente su morfología irregular, con un trazado no uniforme e irregular, con callejones estrechos, codos y adarves sin salida. El trazado se adapta a la estructura de la muralla, que desempeña un claro papel de línea de fijación de este espacio urbano. La urbanización se ajusta a los principales elementos urbanos como son las puertas existentes en la muralla y a los edificios más relevantes que son la Catedral (declarada Patrimonio de la Humanidad en 2015), las iglesias, los conventos y las plazas. Podemos apreciar que la zona más urbanizada se concentra en la zona sur siendo el centro de la vida urbana el eje comprendido entre la Catedral y la Plaza Mayor. Es llamativa la existencia de importantes espacios destinados al cultivo de huertas y frutales dentro de la muralla, reflejo de dos aspectos ya mencionados: la ausencia de presión poblacional y la naturaleza agraria de la zona. Dicho carácter eminentemente agrario se mantiene hasta nuestros días reflejado en los estudios universitarios que alberga su campus (Ingeniería Agrícola, Forestal o Veterinaria). Y la carencia de presión poblacional intramuros favoreció la conservación de la muralla romana, destacando como elemento arquitectónico monumental hasta nuestros días.

Lugo en la época de la imagen experimenta los cambios típicos derivados de las desamortizaciones de Mendizábal en 1835 y Espartero en 1840. La expropiación forzosa de bienes y terrenos de la Iglesia para su posterior subasta liberó espacios que tuvieron dos destinos: edificaciones destinadas a servicios públicos y administrativos al haber sido nombrada Lugo como capital de provincia en 1833 o viviendas típicas de la época para la pujante burguesía lucense y la aristocracia rural que así se trasladó a vivir al centro de la actividad económica local. Por ello, la población lucense se incrementó de manera espectacular en la segunda mitad del siglo XIX con la llegada de funcionarios, profesionales liberales, artesanos y la clase burguesa, evidenciando el tránsito al nuevo orden social, pasando de 8.000 habitantes en 1857 a 10.700 en 1900. La evolución en la segunda mitad del siglo XIX hacia una nueva modernidad se refleja en diversas actuaciones para adaptar la ciudad a las nuevas necesidades y tendencias: se construye un nuevo acueducto aprovechando las captaciones de agua romanas pero con un trazado paralelo al construido en el siglo I, se edifica la Casa Consistorial en uno de los extremos de la Plaza Mayor, se inaugura un nuevo cementerio extramuros por la demanda derivada del incremento de la población, se instala el alumbrado público eléctrico, se procede al progresivo empedrado de las calles, se crean zonas verdes, se derrumban edificios eclesiásticos para la ampliación de plazas o nuevos trazados urbanos para crear ejes transversales que facilitasen las comunicaciones en la ciudad. Todos estos avances exponen las intervenciones urbanísticas típicas de las ciudades industriales del siglo XIX.
Lugo se mantiene hasta la actualidad como una ciudad de provincia con relevancia menor. 

05/10/21

ÁVILA (Benjamín Palencia, 1946)

La ciudad que aparece en la pintura es Ávila, una ciudad amurallada en la Meseta Norte de la península que se encuentra situada en la provincia de Ávila, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Esta ciudad fue fundada por los romanos en un núcleo urbano que ya existía.

La pintura llamada “Ávila de los caballeros” fue realizada en 1946 por Benjamín Palencia, pintor manchego nacido en Albacete, usando la técnica de óleo sobre lienzo. En ella representa toda la ciudad rodeada por la muralla románica con todo tipo de detalles. La pintura, se elaboró, posiblemente, desde el mirador de los cuatro postes, al oeste de la ciudad, en él se puede apreciar toda la ciudad amurallada, de tal manera que los monumentos y edificios más relevantes, desde esa perspectiva, quedan centrales en la pintura. Las coordenadas desde donde se pudo realizar la obra son 40.659910, -4.711050.

En la época que Benjamín Palencia pintó el cuadro, la ciudad amurallada, respecto a su morfología, mantenía el trazo irregular típico de las ciudades medievales, no mantenía ninguna forma. En su interior mostraba calles estrechas construidas de piedra, pequeños callejones, numerosas plazas y edificios individuales. Se encuentra, ubicada en una colina rocosa a 1131 metros del nivel del mar. A los alrededores, muy cerca de las murallas, se encuentra el rio Adaja. Una vez construida la muralla, Ávila se dividía en seis zonas llamadas cuadrillas, en cada una de ellas se encontraba una clase social diferente, en una de ellas se realizaban actividades industriales y en otras se juntaban los gremios de artesanos y artistas. Cerca de la catedral, vivía la clase noble, es por eso por lo que se encuentran diversos palacios cerca de la basílica. Por el contrario, en la zona sur, se encontraba la clase baja con huertos, barrios de judíos y musulmanes. En la época cuando se realizó la pintura existió una gran actividad constructiva fuera de las murallas, en los extramuros, al norte, creando un programa de vivienda social con el objetivo de construir viviendas de dos o tres plantas, actualmente la ciudad de Ávila sigue creciendo fuera de las murallas creando un compacto entramado urbano.

Los principales elementos urbanos, de Ávila en 1946, que se distinguen en el óleo, son muchos de ellos de carácter religioso como catedrales y palacios. Lo más significativo de la ciudad de Ávila es la muralla que rodea toda la ciudad. Fue mandada construir, en 1085, por el rey Alfonso VI, que se la encargó a su yerno, el Conde Raimundo de Borgoña, con el fin de defenderse de los ataques musulmanes, conseguir un estatus elevado como ciudad y, sobre todo, para defensa y protección ante cualquier posible ataque. En el lienzo de Benjamín Palencia, se puede apreciar esta muralla de estilo románico de 2.516 metros de largo y 12 metros de alto, que se empezó a construir en el siglo XII, aunque como señala el museo tiflológico, en épocas anteriores a la muralla, ya se presentaba algunos muros.

Siguiendo analizando la muralla, en el óleo, se aprecian 9 puertas y 88 torreones, estas puertas fueron construidas con el fin de crear antiguas entradas y salidas por las que se realizaba y se sigue realizando el tránsito de carros y personas, como es el caso de la puerta del puente o la puerta de San Segundo. Esta se conecta con el puente romano que cruzan el rio Adaja. Se construyó al mismo tiempo que se construyó la muralla, sobre el S.XII, pero ha sido reformada en los S.XV y S. XVII. Por ella pasaban los vendedores, los agricultores y ganaderos para ir al mercado que se encontraba dentro del recinto amurallado.

En el centro de la imagen se puede apreciar, en el norte, la catedral de San Salvador, una catedral de estilo gótico considerada como la primera catedral con este estilo en España.  Se empezó a construir en el S. XII por Giral Fruchel. El ábside de la catedral comparte piedras con la muralla de Ávila. La catedral se trata de un edificio religioso, pero también militar, se obró con el fin de templo y fortaleza de la ciudad. Se construyó en la parte alta de la ciudad. A la izquierda de la pintura, junto a la muralla, se puede apreciar la espadaña, estructura hecha de ladrillo que pertenecía al convento de las carmelitas descalzas, siendo lo único que queda conservado del convento. En el centro de la pintura se puede apreciar la torre de la iglesia de San Juan Bautista que se encuentra situada en la Plaza del mercado chico, lugar histórico para la ciudad, ya que los romanos construyeron en ese punto el fórum de la ciudad, una vez al año se celebra, en la plaza, un mercado medieval. Junto a la plaza, se encuentra, lo que es actualmente, el Ayuntamiento de Ávila.

En 1946, Ávila se encontraba pobremente poblada, no mostraba más de 21.000 habitantes y unos 4000 hogares. Dato que ha ido cambiando a lo largo de los años, ya que la ciudad ha ido creciendo fuera de las murallas hasta llegar, en 2020, a los 58.400 habitantes y los 22.770 hogares. Respecto a la economía se puede decir que, en esa época y actualmente, gracias a su legado histórico, se basaba en el turismo, no muestra una talla productiva, por lo que depende del turismo, por lo tanto, es fundamental la conservación de los muros y el interior de la ciudad. La ciudad, denominada en 1985 Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, vivía y vive del turismo debido a que es un lugar para perderte entre diferentes culturas y ver monumentos con cuantiosos siglos de antigüedad. En esa época, el comercio también era algo esencial, se trataba de un comercio tradicional con tenderos en la calle, Ávila siempre ha sido un importante núcleo comercial.

Por ella han pasado numerosas culturas como romana, visigoda, cristiana, musulmana y judía, todas ellas han dejado su legado, haciendo de Ávila una ciudad llena de rincones llenos de cultura y con muchos siglos de historia.