WROCLAW (Josep Langer, siglo XIX)

El lienzo que presentamos es del pintor y restaurador Alemán Joseph Langer, un trotamundos que desde 1886 hasta su fallecimiento en 1918 puso su residencia en esta hermosísima ciudad. Un cuadro realista costumbrista y con algún matiz impresionista.

El nombre de la ciudad es polémico, se denomina Wroclaw o Breslau o Breslavia. Hasta 1945 se llamó Breslau y perteneció a Alemania, pero tras la Segunda Guerra Mundial, castigada terriblemente por los bombardeos soviéticos, pasó a formar parte de Polonia tomando el nombre de Wroclaw. Una ciudad que, por diversas razones bélicas, cada siglo ha tenido que reinventarse y reconstruirse. En ella se resume la historia de Europa.

Esta localidad se forma a finales del siglo IX como una fortaleza situada en la intersección de dos rutas comerciales: la Vía Regia y la ruta del ámbar. Disfruta, a pesar del duro invierno, del clima más cálido de Polonia. Atravesada por decenas de canales, provocados por el caudal del río Odra, se la conoce como la pequeña Venecia. La ciudad está formada por 12 islas comunicadas por medio de casi 200 puentes.

Los primeros habitantes, allá por los siglos X y XI, se establecen en lo que hoy es el área de la Isla de la Catedral (Ostrów Tumski). Tras la invasión tártara de 1241, la rivera izquierda del río Odra comienza a florecer, y se forma lo que se conoce actualmente como Stare Miasto, la ciudad antigua. Desde 1262, con la adopción del fuero de Magdeburgo, la ciudad se convertirá en una de las más ricas y prósperas de Europa. Será visitada para hacer negocios, transacciones económicas o para pedir préstamos a las arcas municipales. Durante los siglos XVI y XVII se construirán magníficos edificios, muchos de ellos diseñados por arquitectos holandeses. De esta época es la fortificación, hoy desaparecida, de cuya huella queda el magnífico foso, uno de los mejor conservados de toda Europa.

En la primera mitad del siglo XIX, gracias al comercio y a los recursos energéticos y de materias primas de la alta Silesia, se inicia un imparable desarrollo industrial y económico que lleva a la ciudad a pasar de 90.000 habitantes a más de medio millón. Se construyen la mayoría de las infraestructuras, calles, paseos, edificios de uso civil, que podemos seguir admirando hoy en día: la universidad, inmensos jardines, parque zoológico, tranvías etc. La ciudad comienza a convertirse en una verdadera urbe moderna, gran centro comercial, industrial, científico y cultural.

La escena que representa el cuadro, nos sitúa en la esquina oeste de la plaza Rynek, en pleno centro del Stare Miasto, a inicios del siglo XX. Este amplio y descubierto espacio público, siempre concurrido, encarna el lema de la ciudad: «lugar de encuentro”. Llamada plaza del mercado o de las flores es, por sus dimensiones 205 x 175 m, una de las más grandes de Europa. En las gentes, que aparecen en la imagen, podemos observar las diferencias de clase social que provocó la revolución industrial y que se hacen tan evidentes en las urbes. Hacia los laterales de las dos casitas rodeadas con un círculo, podemos intuir, dos de las once calles, anchas y rectas, que comunican esta plaza con el resto de la ciudad, convirtiéndola así en su elemento nuclear.

Rodeada por las antiguas y lujosas, llamativas y coloridas, mansiones de siglos pasados, ahora se han reconvertido en bancos, hoteles, tiendas y restaurantes. Los carteles y los quitasoles, que vemos en la pintura, dan fe de esta actividad económica. Resalta la casa de los grifos, llamada así por los adornos mitológicos y a su derecha un famoso banco. El dinamismo de estos edificios se mantiene y aumenta hasta nuestros días gracias al turismo. Pablo Picasso pintó la paloma de la paz en una servilleta de un hotel-restaurante de Wroclaw.

Al fondo la Iglesia de santa Isabel que comienza a construirse probablemente en las primeras décadas del siglo XI. Junto a la Iglesia las dos casitas medievales unidas por un arco, son las antiguas casas de los párrocos y sus vicarios. Ahora, estas casas, son cariñosamente llamadas Hansel y Gretel. En este barrio de edificios mucho más grandes parecen niños, que unidos de la mano, se pierden en la oscuridad del bosque.

Entre la parroquia y estas dos casitas había un cementerio, situado como era costumbre en el interior y alrededor de la Iglesia. Clausurado en el siglo XVIII ahora encontramos un paseo que da entrada a la Iglesia y, en él, un monumento a Dietrich Bonhoeffer. Sacerdote protestante nacido en Wroclaw que se opuso al nazismo, fue asesinado en  un campo de concentración en el año 1945 en Flossenbürg.

Alberto Velasco Esteban

 

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