05/13/13

JERUSALÉN (Cornelis de Bruyn, 1698)

En esta imagen podemos ver una espectacular vista de Jerusalén desde el Monte de los Olivos, realizada por Cornelis de Bruyn en 1698. La ilustración pertenece a la colección Kyram y es propiedad dela Biblioteca Nacionalde Israel y la Universidad Hebrea de Jerusalén. A diferencia de muchos cartógrafos que realizaban mapas de Jerusalén sin haber viajado nunca allí, basándose únicamente en interpretaciones religiosas, testimonios de viajeros y una dosis de imaginación, Cornelis de Bruyn fue un pintor holandés que viajó a través de Tierra Santa, disimulando su actividad ya que se vivía en un periodo de represión durante el dominio otomano y los extranjeros no estaban bien vistos. Para poder pintar simuló un picnic con dos monjes franciscanos que montaban guardia mientras él hacia sus dibujos. Sus obras son históricamente muy valiosas por su precisión.

La ciudad de Jerusalén está situada geográficamente en los montes de Judea, asentada sobre tres colinas que van de norte a sur. La parte oriental se sitúa sobre el monte Moriá (al noreste) y el monte Ophel (al sureste) y la parte occidental, más elevada, se sitúa sobre el monte Sión, estando separadas entre sí por el valle del Tiropeón (lo que en la actualidad es apenas perceptible). Los factores físicos que limitan el crecimiento de la ciudad vienen determinados por una serie de  cauces o torrenteras que la rodean. Por el este, entre la muralla y el monte de los Olivos, está el cauce del Cedrón que discurre por el valle de Josafat y, por el sur y oeste, se halla el torrente dela Gehena o de Ginón, por lo que la única posibilidad de expandirse que tenía la ciudad era hacia el norte.

Durante esta época, Jerusalén estaba gobernada por los turcos otomanos, que la conquistaron en el año 1517 y cuyo dominio se extendió durante 400 años. Como podemos observar, la ciudad está rodeada completamente por una muralla, con una longitud aproximada de 4,5 kilómetros y su altura oscila entre los 5 y 15 metros. Las murallas de Jerusalén fueron destruidas y reconstruidas muchas veces, pero las que aparecen en la imagen son las actuales y fueron levantadas en 1538 por el sultán otomano Solimán el Magnífico para proteger y honrar todos los lugares de veneración sagrados. Las murallas tienen 34 torres de vigilancia y una fortaleza, la torre de David.

La muralla tiene ocho puertas de acceso, de las cuales siete están abiertas y una, la puerta Dorada, permanece cerrada. Esta puerta mira hacia el este, situada frente al monte del Templo y, según la tradición cristiana, es por la que Jesús hizo su entrada triunfal el domingo de Ramos. Según los judíos, el Mesías llegará por esta puerta, por eso los musulmanes la mantienen cerrada y han colocado un cementerio delante. Las cuatro puertas principales, Puerta de Yafo, Puerta de Damasco, Puerta de los Leones (o Puerta de San Esteban) y Puerta de Sion, fueron construidas de acuerdo a los cuatro puntos cardinales y se dirigen hacia las principales ciudades del país, (el puerto de Yafo, Nablus y Damasco, Jericó y Hebrón respectivamente). Además está la Puerta de Herodes, también llamada Puerta de la oveja, por el mercado semanal de ovejas que había en la plaza. La actual Puerta de los Desperdicios, llamada en esta época la Puerta de Dung, es la más baja de todas y fue utilizada desde el siglo II d.C. para arrojar la basura de la ciudad.

Por lo que respecta al trazado de sus calles, la vía principal de la ciudad es el cardo romano, que atraviesa la ciudad de norte a sur, se inicia en la Puerta de Damasco hasta las cercanías de la Puerta de Sión. Fue construida en el siglo VI y estaba flanqueado por dos filas de columnas y, entre ellas, se colocaban puestos de venta y tiendas. En el siglo XII, los cruzados cubrieron la parte septentrional de esta calle convirtiéndola en un mercado cubierto que aún funciona en la actualidad. Pero los romanos no transformaron la morfología de la ciudad en cuadricula,  Jerusalén mantuvo su forma irregular con un entramado de estrechas y laberínticas calles.

Asimismo, al ser invadida por diversas culturas, dio lugar a que esta ciudad se convirtiese en una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islam), por lo que la función religiosa deja su huella en el paisaje urbano a través de catedrales, iglesias, mezquitas y sinagogas. De esta forma, en el interior de la muralla nos encontramos con 25 mezquitas, 65 iglesias y 20 sinagogas.

Entre las construcciones religiosas destacan por su significado, el Santo Sepulcro, el muro de las Lamentaciones, la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al- Aqsa. La población se ha ido estableciendo en torno a estos lugares de culto, quedando Jerusalén dividida en cuatro barrios: el barrio cristiano, el barrio musulmán, el barrio judío y el barrio armenio.

El barrio cristiano, situado al noroeste, se fundó en el siglo XI alrededor del Santo Sepulcro, éste es uno de los lugares más sagrados del cristianismo, pues allí se produjo la crucifixión, enterramiento y resurrección de Cristo. La Basílica original fue construida por el emperador Constantino, destruida por los musulmanes y reconstruida en el siglo XII por los cruzados. Seis denominaciones cristianas están situadas dentro de la iglesia (ortodoxa griega, católicos, armenios, coptos, etíopes y sirios) y comparten el control del edificio. Existen en el barrio otras iglesias, entre las que destaca el monasterio de San Salvador, construido como una fortaleza independiente y que actualmente alberga la Biblioteca de la Custodia de Tierra Santa.

El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas, está sobre el monte Moriá y tiene una extensión aproximada de 15 hectáreas. Es un lugar religioso y sagrado tanto para musulmanes como judíos. En esta explanada se encuentran dos de los templos más importantes del Islam, la mezquita de Al- Aqsa y la Cúpuladela Roca (es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, después dela Meca y Medina), construidos ambos en el siglo VII.

El barrio musulmán está ubicado en el noreste de la ciudad y se desarrolló alrededor de la mezquita Al- Aqsa, la más grande de Jerusalén, y está bajo control musulmán desde el año 1187. Domina sobre el paisaje urbano, la Cúpula de la Roca situada en el centro de la explanada. Los musulmanes creen que la roca que se encuentra en el centro de la cúpula marca el punto desde el que Mahoma ascendió al cielo. En este barrio, los edificios públicos tales como mezquitas, escuelas, etc., están contiguos a la muralla. Muchas de las casas de esta zona están cubiertas con bóvedas que las distinguen como edificios islámicos.

En esta explanada se encuentra también el muro de las Lamentaciones, que es la parte occidental del muro de contención del Templo de Herodes que quedó en pie tras la destrucción de Jerusalén. Está situado en la zona sudeste y es el barrio más cuidado de la ciudad. El muro es el lugar sagrado más importante para los judíos, donde los fieles realizan sus oraciones e introducen plegarias escritas entre los milenarios sillares.

Para finalizar, el barrio armenio, cristianos que viven separados de las otras comunidades, está situado en la esquina sudoeste, en torno a la catedral de Santiago, una de las iglesias más ricas y bellas de la ciudad. Está edificada al estilo armenio con cubierta de teja y una rica ornamentación de oro y plata en su interior. Las casas se distinguen por tener techos planos de teja. Casi todas tienen patio con un árbol alrededor del cual sus moradores acostumbran a sentarse en tardes y noches.

Entre las construcciones civiles destaca la Ciudadela, conocida como Torre de David, ubicada en el punto más alto de la ciudad.  Se trata de un palacio- fortaleza para proteger a Jerusalén y controlar toda la ciudad. Fue construida por Herodes, contaba con tres torres y estaba protegida por una muralla y rodeada de un ancho y profundo foso. El palacio servía de centro administrativo para los representantes de los distintos imperios de la época. Actualmente alberga el Museo de la ciudad de Jerusalén.

Pablo Martínez