BARCELONA (Anton van den Wyngaerde, 1563)

La imagen seleccionada es un dibujo de un paisajista flamenco llamado Anton Van den Wyngaerde, también conocido como Antonio de las Viñas.  Este dibujante del siglo XVI recibió un encargo de Felipe II en 1561 para que dibujara muchas de las ciudades Españolas. Por este motivo dejó una colección de 62 dibujos donde se encuentran ciudades como Madrid, Barcelona, Toledo, Xativa, Córdoba y muchas más. Estos dibujos destacan por presentar vistas panorámicas llenas de detalles, que nos permiten identificar muchos de los puntos clave de dichas ciudades. Esta imagen corresponde a Barcelona y esta fechada en 1563.

Cuando se quiere analizar la morfología de una ciudad hay algunos aspectos claves que nos ayudan en la investigación. En todo entramado urbano hay elementos que reflejan cada época histórica  del lugar y que nos ayudan a reconocer, incluso actualmente, tanto su evolución histórica como sus distintas etapas de crecimiento. De esta manera se hacen especialmente relevantes características como la disposición y estructura de las calles o  los tipos de edificios y sus funciones, o incluso las características topográficas de su localización, así como los aspectos socioculturales que predominan en cada zona  de la ciudad y que influyen de una manera determinada en su morfología.

Entre los elementos que se destacan en la imagen y que son  básicos  para entender la evolución y estructura de la ciudad de Barcelona, se encuentran los siguientes.  

En primer lugar el puerto, que  ha sido el motor tanto económico como cultural de la ciudad a lo largo de su historia. Barcelona tiene sus orígenes precisamente en un puerto natural entre el río Llobregat y una pequeña montaña, actualmente denomina Montjuic. Aunque hay indicios de asentamientos iberos, el origen documentado del puerto de Barcelona es de época romana y se trataba de un puerto menor en comparación el de la vecina Tarraco. No es hasta la época medieval cuando el puerto y la propia ciudad de Barcelona llegaron a ser un enclave comercial realmente importante, convirtiéndose en la capital marítima de la Corona de Aragón. Su importancia en la morfología de la ciudad es tal que si nos fijamos en la imagen y en la evolución de la ciudad podríamos decir que hasta el siglo XIX la ciudad creció alrededor de este elemento. La actividad comercial  y marítima fue uno de los factores constantes en cada una  de las etapas de crecimiento de la ciudad.

En segundo lugar, la montaña de Montjuic, que desde los orígenes de la ciudad ha servido como punto de control y vigilancia tanto para las posibles agresiones externas como para el control de los propios habitantes.  Hasta 1640 que no se construyó ninguna fortificación importante en la montaña, aunque como se puede apreciar en la imagen, en el siglo XVI ya existía una atalaya que servia tanto de vigilancia como de aviso para los barcos. El actual castillo de Montjuic data de 1751. 

Una función importante de la montaña es que sirvió como fuente de recursos, sobre todo de piedra, que sirvió para material de construcción en el proceso de crecimiento de la ciudad de Barcelona. Durante la época medieval, sobre todo, Montjuic fue la cantera de la que se extraían las piedras de los edificios y de las murallas de la ciudad. Hasta la Exposición Internacional de Barcelona, de 1929, no se urbanizará tanto la montaña como sus alrededores. En 1992 sufrió su última remodelación para albergar uno de los mayores equipamientos deportivos para la celebración de las Olimpiadas. Por último hay que resaltar su carácter limítrofe, ya que ha constituido durante muchos siglos una línea de fijación natural, que junto con la Sierra de Collserola limitaban  históricamente la evolución de Barcelona. 

En tercer lugar, las murallas. Como ciudad medieval, Barcelona ha tenido diferentes murallas y ampliaciones. En la imagen se pueden apreciar tanto la segunda muralla, de época medieval (la primera era de época romana), como la segunda, que data de 1260. Las murallas reflejan la evolución histórica de Barcelona y su progresiva expansión en el territorio. Actualmente este trazado de las murallas corresponde a grandes vías de la ciudad. En la imagen hemos resaltado la Rambla, uno de sus paseos más importantes. En la actualidad, la última muralla que se ve junto al Montjuic correspondería al recorrido de la Avenida del  Paralelo y terminaría  en las atarazanas del Puerto de Barcelona, como se puede apreciar en la imagen.

Como en la mayoría de las ciudades medievales  la disposición de las calles de Barcelona era irregular y estrecha, donde los edificios se amontonaban unos contra otros. Todavía se conserva la mayor parte de estas calles, en el núcleo señalado en la imagen, que hoy recibe el nombre de Barrio Gótico y es uno de los lugares más visitados por el turismo, a causa de su gran importancia histórica y cultural. Algunos de los edificios más destacados son de carácter religioso, , como era característico en la época. Ejemplos de ellos son la Catedral y la Basílica de Santa María del Mar, aunque también hay una gran presencia de edificios de carácter institucional y económico debido a su estatus de capital y a su tradición comercial y  marítima.

Aunque a lo largo de su historia la ciudad fue expandiéndose, hasta que en 1897 fueron agregados la mayoría de los municipios circundantes. Durante el siglo XIX se había comienza gestado un gran cambio urbanístico que acabaó con el desarrollo del “Eixample”, un nuevo modelo de organización de tipo ortogonal que pretendía unir todos estos municipios e integrarlos en la Ciudad Condal de forma regularizada.

Por último, cabe señalar la sierra de Collserola, que es un elemento geográfico muy influyente en la evolución de la ciudad. Actualmente es un parque natural y constituye un gran pulmón para la ciudad. En la imagen se puede apreciar cómo envuelve la mayor parte de Barcelona y ejerce de limite natural. Junto con Montjuic y el río Llobregat, ha sido un elemento fundamental tanto en el crecimiento como en la evolución de Barcelona. 

Bruno Bergada Casas

 

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