La vista de la calle Alcalá de Madrid, pintada por el italiano Antonio Joli en el año 1750 aproximadamente, nos muestra una clásica visión de lo que significó esta calle en la historia de la capital española de los últimos siglos. Madrid, ciudad central de España desde 1561, es uno de los puntos más importantes de la península por su situación geográfica céntrica. La calle Alcalá fue durante muchos años uno de los puntos principales de entrada y salida de la ciudad, de manera que por ella pasaban multitud de viajeros, comerciantes y mercancías.
Es muy notable la presencia del movimiento del Barroco en la ciudad de Madrid. Con la llegada de esta corriente la arquitectura adquiere nuevas características muy importantes que han perdurado en la ciudad hasta nuestros días. La grandeza es uno de los aspectos del Barroco: calles amplias y largas, con cabida para multitud de personas y carruajes; grandes edificios adornados con cúpulas y tejados altos y torreones; extensas fachadas que ocupan toda la cara de los edificios con grandes puertas; etc.
Por ejemplo, la Casa de Postas (abajo a la izquierda en la imagen) albergaba una infraestructura capaz de recibir multitud de carruajes. En ella se depositaban mientras los itinerantes hacían negocios, comerciaban en la ciudad, o simplemente mientras hacían noche en alguna de las posadas de la calle para continuar al día siguiente con su viaje.
Abundan en la calle Alcalá los edificios de carácter religioso como el antiguo Convento de las Baronesas, comunidad de carmelitas recoletas desde el año 1651. La iglesia fue diseñada por el arquitecto Juan de Lobera en 1675 y terminada de construir 25 años mas tarde. Fue demolido en la Desamortización de Mendizábal (1836). En su emplazamiento se encuentra actualmente el Palacio de Bellas Artes de Madrid. Así mismo el antiguo Convento de la Concepción Real, de la comunidad de las monjas de la orden de Calatrava, se halla en dicha calle, casi en frente del anteriormente citado. Construido en 1623, fue destruido casi en su totalidad en la Desamortización del 1836. Hoy en día sólo se conserva la Iglesia principal del complejo arquitectónico bajo el nombre de Iglesia de las calatravas en honor al antiguo convento. El último de una larga lista de ejemplos es el Convento de San Hermenegildo construido en 1605 por la comunidad de carmelitas descalzos. El convento fue demolido en la Desamortización y se construyó en su lugar el teatro Apolo. La Iglesia se conservó y hoy en día figura bajo la advocación de San José.
Son muy numerosos los edificios de los que podríamos hacer mención. Muchos de ellos aportan hoy en día un rico patrimonio histórico a la ciudad madrileña. A mediados del siglo XVIII la calle Alcalá estaba cortada por el arroyo conocido como Canal de las Pascualas que cruzaba gran parte del centro de Madrid para desembocar en el río Manzanares. Un siglo más tarde el arroyo fue canalizado por debajo del suelo para la comodidad de la ciudad. Hoy en día prosigue su camino hasta la Plaza de Cibeles, cuya fuente bebe de las aguas de este canal.
Manuel Menéndez Piñar