Ciudadela se encuentra situada en el extremo oeste de la isla de Menorca, prácticamente en el centro del Mediterráneo más occidental. La ciudad linda por el norte con el predio de San Antonio, al este con el de San José, al sur con Las huertas del Marqués y al oeste con el mar y el Rafal de Banel. Por el interior limita por con el término de Ferrerías mientras que el mar lo ciñe por los demás costados. Razones tanto físicas como defensivas condicionaron el levantamiento primitivo de la ciudad sobre un barranco, junto a un puerto natural.
La estructura y morfología de la ciudad son una clara imagen de su sociedad, pues se aprecian dos espacios bien diferenciados, el rural y el urbano, delimitados por una muralla. En la ciudad amurallada se encuentran los espacios administrativo (Real Alcázar), comercial (plaza des Born), residencial (palacetes y casas señoriales), militar (bastiones, Casa del Gobernador) y religioso (catedral, iglesias menores y conventos). En la zona de extramuros se hallan los espacios dedicados a la agricultura y la pesca, así como las moradas de los payeses y sus familias. El trazado de Ciudadela es irregular, con calles estrechas y laberínticas, herencia árabe medieval. Cuenta con dos ejes principales que recorren la ciudad desde el norte a la plaza Des Born y desde la puerta de Mahón hasta prácticamente el puerto.
Las fortificaciones servían de asilo a casi toda la nobleza, el clero y militares. La muralla presentaba varios bastiones y lienzos de piedra cuadrada de sillería. Dentro de la muralla, la plaza Es Born, antiguo patio de armas de la ciudadela medieval, se convirtió en la principal plaza comercial en los siglos XVII y XVIII. Ciudadela fue la capital de la isla hasta la segunda década del siglo XVIII, de modo que desde allí se distribuían los alimentos a toda la isla, tanto los producidos en el lugar como los importados, así como otros productos artesanos.
Entre los edificios más significativos destacan los religiosos, cuya función queda patente en los numerosos conventos, iglesias y por supuesto con la Catedral de la isla y el Palacio Episcopal. La iglesia principal, encargo de Alfonso III tras la conquista de Menorca en 1287, está en el centro de la ciudad. Es una gran construcción gótica y la Catedral de la isla. Está adornada con una torre cuadrada y una aguja octogonal. Los Agustinos cuentan con un convento cerca de la puerta de Mahón donde está la iglesia del Socors, de estilo renacentista.
La función administrativa, la sanidad y la enseñanza satisfacían las necesidades de los residentes en la ciudad. Así, en la iglesia de Sant Francesc, que formaba parte del convento de los franciscanos, había un religioso que tenía escuela para la instrucción de la juventud y otro una botica para vender al pueblo las medicinas que necesitaba. La Casa de Contratación estaba en una esquina de la plaza principal y contigua a la del Gobernador, ambas de una altura considerable y bajo las cuales se llegaba hasta el muelle. El sistema de transporte principal en el siglo XVIII era el barco, aunque la tracción animal y a pie eran los principales por el interior. De hecho, el mar y la navegación han constituido el esqueleto vertebrador de la estructura urbana.
La función residencial de la nobleza, clero y militares se evidencia con las numerosas casas señoriales, palacetes y conventos. El palacio del Gobernador, por ejemplo, daba alojamiento al mismo y al oficial de mando. Muchos de estos edificios aún se mantienen en pie y con el tiempo resultarán ser de los principales atractivos turísticos que posee la ciudad.
En cuanto a la función militar, en la Esplanada contigua a la plaza principal se realizaban ejercicios militares. El bastión de Sa Font, situado en la plaza con el mismo nombre, era utilizado para defender una de las portadas de acceso a la ciudad y en sus orígenes los almacenes fueron usados para guardar trigo. El puerto se presentaba, aunque pequeño, cómodo para abrigar y recibir los barcos que traficaban en Mallorca, el continente y Marsella, así como para realizar las actividades relacionadas con la pesca de los locales.
En resumen, se puede deducir que la principal función de la ciudad para originar su emplazamiento y posterior desarrollo sería de tipo económico y militar, pero las funciones comercial e institucional también habrían contribuido considerablemente al desarrollo de la misma.
Carmen Mora Sánchez
lo que yo queria, gracias