Tenemos ante nosotros un grabado de la ciudad de San Francisco, California, tal como era en la década de 1860, que fue creado por Isador Laurent Deroy. Esta obra de arte forma parte de una colección del autor llamada Ports de mer d’Amerique en la que podemos encontrar otros paisajes de la misma época de otras ciudades del continente americano como pueden ser Buenos Aires o Río de Janeiro. La imagen ha sido tomada de la Librería del Congreso (Library of Congress Prints and Photographs Division Washington, D.C. 20540 dcu), aunque existe otra copia de la misma en la Smithsonian Institution de Washington.
La ciudad que nos muestra el grabado está situada al sur de la costa oeste de Estados Unidos, en el estado de California. Se trata de la única ciudad-condado del estado y la mayor parte de la misma se ubica en el extremo norte de la península de San Francisco dejando al oeste el océano Pacífico, la bahía al este y la entrada de ésta al norte; de forma que sólo está conectada a tierra firme por su extremo sur. Las islas de Alcatraz, Tesoro (Treasure), Ángel (Angel) y Hierba Buena (Yerba Buena) también pertenecen a la ciudad.
San Francisco era una ciudad que, aunque estaba bien orientada, contaba con una orografía difícil a causa de sus montañas. Su población constaba de unos 1000 habitantes hasta que llegó la conocida fiebre del oro californiana. Antes de que esto ocurriera, había sido territorio de indígenas, españoles y mejicanos. Y hasta 1847 se la conocía con el nombre de Yerba Buena (actual nombre del distrito financiero situado en el centro de la ciudad), fue a partir de ese año cuando recibió el nombre de San Francisco.
A raíz del crecimiento de la ciudad, con la intención de proteger la bahía, el ejército creó en la zona del Golden Gate el Fort Point además de un fuerte en la isla de Alcatraz. Otra de las consecuencias de este aumento de la población fue que, con los buscones de riqueza en la ciudad, la corrupción, la ludopatía y la delincuencia se adentraron en ella, especialmente en la zona de Barbary Coast. Pero también hubo consecuencias positivas causadas por este acontecimiento. Los bancos de la ciudad se beneficiaron de manera considerable de la riqueza que surgió con la fiebre del oro. Además, con el desarrollo del puerto de San Francisco, la ciudad consiguió mucho nivel en el sector del comercio.
La llegada de mano de obra inmigrante y, con ello la construcción del barrio de Chinatown, le dieron a la ciudad una atmósfera de interculturalidad que todavía hoy en día se respira. Las conocidas y casas de estilo victoriano comenzaban a ser levantadas y la población de San Francisco peleaba por la construcción de parques públicos; es en esta época cuando nació el Golden Gate Park. Las instalaciones militares del Presidio pasaron a ser las más importantes en la costa oeste del país. A finales del siglo XIX la ciudad era conocida por las mansiones del barrio de Nob Hill, por sus hoteles, y ese encantador estilo que aún conserva.
Es aquí, en la época más brillante de la ciudad donde situamos nuestra imagen en el tiempo. Está tomada desde Twin Peaks, dos de las colinas más altas de San Francisco. Desde este punto se puede observar el plano en forma de cuadrícula que caracteriza esta urbe agrupándola en manzanas rectangulares o cuadradas limitadas por ángulos rectos.
En 1906 la zona en la que se encuentra la ciudad sufrió un terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher. A causa de la caída de muchos edificios y de los incendios provocados por la quiebra de las instalaciones de gas, tres cuartas partes de San Francisco quedaron en ruinas, y 3000 personas murieron. Muchos de los habitantes que se quedaron sin alojamiento se asentaron en la parte este de la Bahía, lo que trajo consigo un desarrollo de esa área de la ciudad.
La reconstrucción de produjo de forma rápida y eficaz. Las ofertas para volver a diseñar el plano de la ciudad por completo fueron descartadas; San Francisco siguió por tanto con su plano hipodámico. A lo largo de los siguientes años, la ciudad ganó fuerza a nivel financiero. Tras el llamado “Crack del 29”, los bancos de San Francisco salieron intactos y fue a lo largo de la Gran Depresión cuando la ciudad llevó a cabo algunas de sus grandes obras arquitectónicas como son el Puente de la Bahía y el Puente del Golden Gate. Durante este peridodo además la isla de Alcatraz se convirtió en una prisión general de máxima seguridad del estado estando a sólo unos kilómetros de la ciudad pero eficaz debido a las corrientes de agua entre las que se encuentra.
Durante la Segunda Guerra Mundial el Astillero Naval de San Francisco pasó a ser el punto más importante de la ciudad y el Fort Mason se convirtió en el puerto más importante de embarcación para enviar tropas al Pacífico. Al finalizar la guerra, los proyectos urbanos en los años 1950 y 1969 planeaban la destrucción y la regeneración de la zona este de la ciudad. Entre esos proyectos se incluía la construcción de nuevas autopistas de las cuales sólo unas cuantas fueron construidas antes de que los ciudadanos se opusieran a su producción y lograran frenarla.
Después de esto, se finalizó la Pirámide Transamérica en 1972 y durante los 80 se comenzaron a construir rascacielos como los de Manhattan en la ciudad. Además, la actividad portuaria fue trasladada a la ciudad vecina de Oakland y San Francisco comenzó a ganar importancia en su sector terciario perdiéndola en el secundario. Fue entonces cuando la ciudad se expandió hacia las afueras y gran parte de la población blanca abandonó la ciudad; esta marcha de la población se vio contrarrestada por la llegada de un gran número de inmigrantes asiáticos y latinoamericanos. A lo largo de este periodo San Francisco se convirtió en un símbolo de la contracultura estadounidense. El movimiento hippie de 1960 se instaló en el barrio de Haight-Ashbury y en los años 1970 la ciudad se convirtió en el centro del movimiento por los derechos homosexuales apareciendo así el barrio gay, Castro. Años más tarde, en 1989 el terremoto de Loma Prieta dañó los vecindarios de Marina y de South of Market, además apresuró la demolición de la deteriorada autopista del Embarcadero y de gran parte de la autopista central.
Durante el auge del sector informático a finales de los años 1990, numerosos empresarios e ingenieros informáticos se mudaron a la ciudad, proporcionando así un mayor estatus a los barrios que precedentemente eran pobres. Cuando, en 2001 el sector informático decayó, numerosas empresas cerraron provocando así una disminución en el número de población de la ciudad. A pesar de ello, las nuevas tecnologías y el espíritu empresarial siguen siendo, junto con el turismo, el motor económico de San Francisco.
Neila López Zurdo