05/11/16

VALENCIA (Nicolas-Marie Chapuy, 1844)

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Este grabado diseñado por Nicolas-Marie Chapuy, representa el entorno de la catedral de Valencia en 1844. Se conserva en el Museo de la Ciudad de Valencia y fue publicado en 1999 por Miguel Ángel Catalá, en el libro Valencia en el Grabado, 1499-1899, editado por el Ajuntament de València, 1999.

Nicolás Marie Joseph Chapuy (París 1790, 1858) fue un arquitecto, paisajista y litógrafo francés que estudió en la Escuela Politécnica de París, trabajó como arquitecto municipal e intervino en la restauración de importantes monumentos medievales, hasta que en 1817 se retiró por su adhesión al movimiento de Bonaparte. Más tarde, como artista independiente colaboró con arqueólogos y visitó todos los cantones del estado francés, haciendo una colección de pinturas en la que destacó los elementos naturales y culturales de cada rincón. Fue en 1842 cuando Chapuy comenzó a pintar por España, y ese es el contexto en el que se sitúa esta imagen.

En la cromolitografía, el autor recrea con una gran pulcritud y sensibilidad, una escena costumbrista de la Valencia de mediados del siglo XIX. Una ciudad laboriosa, burguesa y a la vez artesana y huertana. En primer término observamos a la pareja de huertanos que, a buen seguro, han venido a la capital para traer los productos de la huerta. El carro con las enormes ruedas era el transporte comúnmente utilizado para trasladarse de un punto a otro. Las fuerzas del orden dan un aspecto de control y de seguridad mientras los viandantes disfrutan de una mañana soleada del otoño valenciano.

La ciudad de Valencia fue fundada por los romanos en el año 138 a.C. con el nombre de “Valentia Edetanorum”. Desde el principio fue punto estratégico tanto para el intercambio comercial como para el abastecimiento de víveres al ejército, dada su ubicación en el centro de la costa mediterránea. Valencia es una ciudad marítima, se sitúa en la llanura litoral del golfo que lleva su nombre y está asentada en un altozano, sobre un meandro del río Turia. Tiene una extensión de más de 30 km. de norte a sur, y de este a oeste apenas supera los 7 km.

A mediados de 1800 la ciudad de Valencia se va recomponiendo tras los duros años de guerra contra los invasores franceses de Napoleón. Se termina la instalación de aguas potables en la ciudad, se diseña el proyecto general de ensanche y a partir de 1866 se derriban las antiguas murallas para facilitar la expansión urbana, quedando en pie únicamente las dos puertas principales de la ciudad: la Puerta de Serranos y la Puerta de Quart. En 1882 comienza a instalarse el tendido eléctrico y se genera un nuevo plan de ensanche que dará lugar a la creación de las dos grandes vías: La Gran Vía Marqués del Turia y la Gran Vía de Fernando el Católico. También a partir de 1800 se anexionan muchos municipios inmediatos a la ciudad como son los barrios marítimos o los municipios de Patraix, Orriols, Benicalap, Ruzafa, Benimaclet, Campanar, etc. En conjunto, la población de Valencia en la 2ª mitad del siglo XIX aumentó extraordinariamente de 137.960 habitantes a 213.550.

Morfológicamente, la ciudad de Valencia queda dividida por el cauce del rio Turia en dos partes. En la parte superior se sitúa el centro histórico de la ciudad con calles tortuosas y estrechas, y edificios muy juntos unos de otros. La primera ronda de circunvalación de la ciudad, que marca el perímetro de la denominada Ciutat Vella, está formada por la calle Colón, eje comercial de la sociedad valenciana contemporánea, la calle Játiva, la calle Guillén de Castro y el gran cauce lateral del rio sirve de nexo y cierre de la ronda. La siguiente circunvalación está formada por las grandes vías de Fernando el Católico y del Marqués del Turia.

La parte inferior del cauce del rio Turia fue considerada durante muchos años por los valencianos como de segundo orden ya que la mentalidad de la población era que cruzar el rio suponía vivir muy lejos. Prueba de ello fue que su expansión fue más lenta. En la actualidad, Valencia se ha expandido considerablemente tanto hacia un margen como hacia el otro del rio, y los diferentes puentes que a lo largo de todo el cauce unen un margen con otro se han convertido en ejes de comunicación vitales para la ciudad. Entre los más importantes están: el Puente de Los Serranos, enfrente de las Torres de Serranos, el Puente de San José, el Puente de Trinitarios, el Puente del Real que comunica la ciudad con el jardín de los Viveros, el Puente de la Exposición, llamado así porque comunicaba la  margen superior con la Alameda donde se celebró la famosa Exposición de Valencia en 1929. Luego se construyeron otros puentes, siendo dos de los más conocidos el denominado De las Flores, y el de Calatrava.

Tras la terrible riada de 1957 en la que el rio Turia causó unos desastres importantísimos, se aprobó el Plan Sur y se construyó un nuevo cauce en el extrarradio de la unidad para prevenir futuras inundaciones. Desde entonces, el viejo cauce se ha convertido en un maravilloso pulmón para la ciudad con numerosas zonas deportivas, instalaciones multi usos y de expansión para todas las edades, destacando la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El origen de la Plaza de la virgen, representada en esta imagen, se remonta al foro de la época romana y está situada en la confluencia de las dos grandes vías propias de toda ciudad romana: “el cardo” que aproximadamente coincide con la calle de S. Vicente, y el “decumano” que se corresponde a la actual calle de los Caballeros. La Plaza de la Virgen se sitúa pues en el distrito de Ciutat Vella, es una plaza de forma irregular aunque tiende a ser un cuadrilátero. Hoy es totalmente peatonal y los edificios más emblemáticos que la componen son los siguientes: la Basílica de la Virgen de los Desamparados, los jardines y el palacio de la Generalidad, la Casa Vestuario, que sirve de reunión a los miembros del Tribunal de las Aguas y en su fachada tiene una placa conmemorativa de la visita que S. Juan Pablo II hizo a Valencia en diciembre de 1982.

Los accesos a la Plaza son los siguientes: por el norte, la Calle Navellos donde se encuentra el palacio de Benicarló, sede de las Cortes Valencianas, y que en su último trama denominado calle del Muro de Santa Ana, se comunica con el cauce del rio Turia; por el sur, la Calle del Miguelete, que bordea la catedral y une la Plaza de la Virgen con la Plaza de la Reina; por el oeste, la Calle de Caballeros, lugar de residencia de la antigua nobleza valenciana y que acaba en la Plaza del Tossal; y por el este, la pequeña Plaza de los Coros de la Virgen que la une a la Plaza del Almudín.

La plaza acoge diferentes e importantes acontecimientos tanto religiosos como populares, entre los cuales podemos citar las reuniones semanales del Tribunal de las Aguas, delante de la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, que aparece reseñado en la litografía motivo y núcleo de este trabajo. Este Tribunal se reúne cada jueves para tratar los conflictos entre los regantes de la Vega de Valencia por el uso de las acequias. Es el único Tribunal en el que no se escribe nada, todo es oral y en lengua valenciana. Otras actividades significativas son la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados que todas las comisiones falleras, Junta Central fallera, casas regionales etc.., hacen a la Virgen los días 17 y 18 de marzo durante la semana fallera. Además, el 2º domingo de mayo, fiesta de la Patrona del Reino de Valencia, se celebra la Misa de Infantes, el popular traslado de la Virgen de su Basílica a la catedral y la solemne procesión vespertina que la devolverá a su Basílica. Por último, la exposición de las Rocas o carros que toman parte en la procesión del Corpus Christi; durante todo el año, las Rocas están custodiadas en la Casa de las Rocas.

Hasta la 1ª mitad del siglo XIX el modelo de sociedad de Valencia se centraba en el modelo rural fundamentada en una actividad agrícola. En la 2ª mitad se comienza una expansión por la exportación de los cítricos que abrirán nuevos cauces a la economía. El puerto cobra relevancia, se construye la Avda del Puerto que unirá este a la ciudad. A partir de este momento, la ciudad empieza a desarrollarse más rápida que la huerta. En la sociedad se produce un cambio radical, la decadencia del clero y la nobleza dan paso a una burguesía urbana que había comprado las tierras tras la desamortización pero que era ajeno a todo lo que significaba la huerta, esto ocasionó graves tensiones con los arrendatarios que provocaron graves altercados a finales del s. XIX. Así, la agricultura, la y el sector financiero se dinamizaron por las numerosas innovaciones  que se la revolución industrial trajo consigo.

Mª Amparo Prats Martínez

06/15/12

VALENCIA (Thomas Vicente Tosca, 1738)

Valencia fue fundada por los romanos con el nombre de Valentia en el año 138 a. C. Fue la primera colonia romana en la provincia de Hispania. Posteriormente fue conquistada por los musulmanes en el año 711 d. C. Ellos fueron los creadores de la primera de las murallas que podemos observar en la imagen, la cual fue realizada entre 1021 y 1061, y ampliada en el siglo XII, desempeñando una función principalmente defensiva.

La segunda de las murallas que podemos apreciar es consecuencia de la conquista de Jaime I en 1238. Este recinto amurallado cristiano fue construido en 1356 con el fin de abarcar los nuevos arrabales y barrios formados fuera del antiguo recinto. La nueva muralla, con un perímetro de unos 4 km triplicó la superficie interior, que pasó a tener 142 hectáreas, y su principal función además de ser defensiva era la de evitar las inundaciones que provocaban las inundaciones del río Turia por las lluvias.

El trazado de las calles muestra con claridad la evolución histórica de Valencia, y cuál era su situación todavía en el siglo XVIII, fecha en que fue realizado este plano. Es curioso observar cómo la morfología o forma física de la ciudad es netamente diferente en la parte antigua (musulmana) y en la parte cristiana, pasando de una morfología irregular a una morfología más rectilínea.

Con respecto a su estructura se aprecia claramente el casco histórico, de origen romano (luego musulmán), que está formado básicamente por una amplia plaza con funciones comerciales. También podemos observar edificios de culto cristiano considerados de gran importancia como la Iglesia Mayor y próxima a ella, algunas parroquias, conventos y cofradías de carácter religioso. Del mismo modo se aprecia una línea de fijación o barrera física como es el cauce del río Turia que marca los límites de crecimiento espacial de la ciudad. En el extrarradio, fuera de la línea de fijación, vemos el Palacio del Real, que era la residencia oficial de monarcas, virreyes y capitanes generales. Otros edificios de interés en este punto son el Colegio de San Pio V, donde se formaban a los clérigos menores y algún convento cercano.

Como se ha indicado anteriormente, a partir de la conquista de Jaime I se produjo una importante ampliación de la ciudad que recogió los barrios formados fuera del núcleo musulmán, lo que trajo consigo un incremento sustancial de su superficie. Con respecto al paisaje existente alrededor de la segunda de las murallas, indicar que se compone básicamente de cultivos, tierras de labranza y caminos bordeados de moreras.

Otros elementos urbanos a destacar son los puentes, que unen el extrarradio con la periferia sur de la ciudad, facilitando su acceso a la misma. Sobre estos puentes indicar que su reconstrucción era habitual debido al aumento del caudal del río por las inundaciones que provocaban las lluvias.

En el plano económico y haciendo referencia a las principales actividades en la época, Valencia vivía en el siglo XVIII una etapa de recuperación apoyada en la manufactura de tejidos de seda y otras actividades industriales, como la azulejería. La seda, de forma directa o indirecta, proporcionaba trabajo a más de 25.000 personas. En este sentido cabe destacar el auge de estas manufacturas rurales en simbiosis con la creciente mercantilización agraria. En esta época se produjeron también grandes transformaciones del sector agrícola dando lugar a un elevado grado de integración de algunos cultivos con los mercados interiores y exteriores.

Para finalizar, y como curiosidad, puede apreciarse en el extremo superior izquierdo de la imagen el escudo de la ciudad de Valencia, que ostenta dos “L” cuyo significado es “dos veces leal”. Este título fue concedido a la ciudad por el rey Pedro IV el Ceremonioso, por haber repelido dos veces el asalto de las tropas castellanas, una en 1363 y otra en 1364.

Vicente Esteve Pérez
 

05/13/12

VALENCIA (Alfred Guedson, siglo XIX)

La ciudad de Valencia, fundada por los romanos, está emplazada justo a la orilla del río Turia para el aprovechamiento del agua del mismo. Aunque se conservan algunos aspectos de su trazado original romano, su morfología es irregular, con calles estrechas características de una ciudad medieval árabe, y está rodeada por una muralla. Todo ello puede apreciarse en este dibujo de Alfred Guesdon, realizado a mediados del siglo XIX a partir de una fotografía aérea tomada por Clifford desde un globo aerostático.

La estructura de la ciudad giraba alrededor de dos plazas, que solo esaban separadas por una pequeña calle. En una de ellas se encuentra la Catedral de Valencia con su famosa torre, llamada el Miquelet. La otra plaza, donde se encuentra el otro gran monumento histórico, es la que alberga la Basílica de la Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de la ciudad. Cabe destacar que la estructura de Valencia gira en torno a estos dos edificios religiosos, lo que al igual que en muchas otras ciudades destaca el carácter religioso de la sociedad en el pasado.

Podemos observar que al otro lado de la muralla y en la misma linde del río en la cual se encuentra emplazada Valencia, existen unas extensas tierras que anteriormente servían para la labranza y el cultivo. En 1858 esta zona sirvió de emplazamiento al ensanche de Valencia. El Proyecto General del Ensanche de la Ciudad de Valencia fue realizado por los arquitectos Sebastián Monleón Estellés, Antonino Sancho y Timoteo Calvo.

En la esquina inferior derecha de la imagen podemos encontrar una fábrica, que constituye un símbolo de la industrialización de Valencia, tardía al igual que en el resto del país. El avance de la economía fabril y el crecimiento de la población llevó al derrumbe de gran parte de las murallas para facilitar la ampliación de la misma. Esta industrialización estuvo ligada inicialmente al sector del textil y continuó hasta la década de los setenta del siglo XX, diversificándose en otras áreas como la alimentación, el calzado, la automoción y los servicios portuarios, entre otras.

Comparando esta imagen de la ciudad con la imagen actual, podríamos visualizar grandes e importantes cambios, como la construcción de un nuevo puerto marítimo, la desviación del cauce del Turia para la ampliación de la ciudad, y la construcción de nuevos espacios urbanizados como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, erigida precisamente sobre el antiguo cauce del río. 

Juan Pedro Bernal Melenchón