05/9/12

DELFT (Johannes Vermeer, siglo XVII)

Johannes Vermeer está considerado uno de los pintores más importantes de la Edad de Oro de la pintura holandesa. Es especialista en escenas interiores cotidianas de la vida doméstica burguesa pero también tiene algunos paisajes urbanos excepcionales. La Vista de Delft es cronológicamente la última pintura de Vermeer, y en ella se recogen los principales lugares de su vida.

Este cuadro pertenece al estilo barroco holandés, en el que se aprecia el interés por el paisaje, en este caso de la ciudad de Delft, por los quehaceres de la vida ordinaria, por los pequeños detalles y por las costumbres de la vida burguesa. En la pintura se distinguen tres zonas: la orilla del canal, el canal y el conjunto urbano que contribuyen, con esa distribución por planos, a la característica profundidad barroca. Las personas, la barca de la izquierda, estáticas y como llamadas a la tranquilidad y al reposo, se reflejan como elementos característicos de esta obra de arte.

Los elementos arquitectónicos están ordenados de manera paralela, siguiendo la perspectiva ortogonal tradicional en el Renacimiento italiano. Así, tras el río, observamos los edificios que forman el cinturón defensivo de la ciudad, presididos por la puerta de Schiedam, mientras que en una segunda línea queda un grupo de edificios entre los que sobresale la elevada torre de la Nieuwe Kerk (nueva iglesia). El hecho de que sobresalga la torre de la iglesia, hace pensar a algunos expertos que nos encontramos con una clara referencia política, ya que en la Nieuwe Kerk estaba enterrado Guillermo I de Orange, gobernador holandés asesinado en 1584 en Delft, siendo considerado por la ciudad un héroe de la lucha contra los españoles.

La puerta de Schiedam, edificio situado en el centro de la obra, fue derribada en 1614 para dar paso a la Kolk, puerto triangular donde están amarrados los navíos y las embarcaciones. Todas las puertas de la ciudad de Delft fueron construidas para vigilar el tráfico de agua y, además, defender la ciudad por donde era probable que atacase el enemigo. Hasta mediados del siglo XVIII, las puertas también sirvieron para recaudar un impuesto de ciudad a la hora de acceder por tierra y agua.

Por otro lado, las barcazas y los buques de carga que pueblan la vista de Delft, delatan el tiempo específico en que Vermeer representó la obra, ya que cada año, la temporada activa de las embarcaciones fue limitada por ley desde el 1 de Junio hasta finales del mes de Diciembre. Estos barcos eran unas inversiones muy costosas, pero se utilizaban de manera óptima durante la temporada de pesca legal. Las murallas del sur de las puertas de la ciudad de Delft nos delatan que estamos en los primeros años de 1660. Aunque la representación arquitectónica es bastante exacta, no sigue la convención topográfica de destacar los hitos principales, debido a que Vermeer alteró las dimensiones de algunos edificios importantes.

La torre inclinada de la Oude Kerk (vieja iglesia), que se oculta justo por encima de la línea del horizonte, es un emblema prominente de Delft, que quiso ser remodelado por el consejo de la ciudad, a lo que los contratistas locales se opusieron, consiguiendo evitar esta decisión. El 15 de Diciembre de 1675, Vermeer fue enterrado en dicha iglesia, en una cripta familiar situada en el transepto norte.

Asimismo, la puerta de Rotterdam, situada entre los deltas de los ríos Rin y Mosa, existe desde 1328, cuando todavía era un pequeño puerto para pesca situado en el río Rotte. Sin embargo, se desarrolló extraordinariamente a partir del siglo XIX, cuando se abrió una conexión con el Mar del Norte, llamada de Nieuwe Waterweg, estableciendo un importante canal de comunicación con la pujante y potente industria alemana. Finalmente, la puerta de Rotterdam fue derribada en 1836.

Johannes Vermeer era especialista en escenas de interiores de la vida doméstica burguesa, lo cual se puede apreciar en las personas situadas en la esquina inferior izquierda, las cuales se disponen a embarcar. La presencia de una lechera, una encajera y otras doncellas hacen referencia a muchas de sus obras, donde se representa la vida de las sirvientas y la gente del pueblo.

Por último, Vermeer representa la ciudad desde el sureste, con el Canal Schie en primer plano. Las nubes se diseminan pasando alto por encima de la ciudad. Los techos un poco más lejos están encendidos por el sol, que crea una sensación de gran profundidad; ha cesado todo movimiento y una sensación de descanso se cierne sobre la escena. Una suave brisa despeina la superficie del agua. Los árboles tienen hojas, por lo que debe ser primavera o verano en algún momento de la mañana, debido a que el sol está en el Oriente. No hay muchas pinturas que reflejan la realidad en esta medida. Es como si estuviésemos mirando por la ventana en la Delft de hace 350 años.

Marta Calvo Lillo