ALICANTE (Alfred Guesdon, 1840)
La siguiente imagen se trata de una litografía realizada por Alfred Guesdon (1808-1876) en el año 1840 y nos muestra la ciudad de Alicante a mediados del siglo XIX. Fue publicada en una revista de París llamada “La Illustration, Journal Universel de París”. Formaba parte de una serie de imágenes realizadas en once ciudades españolas, bajo el título “España a vista de pájaro”.
Como podemos observar, Alicante estaba rodeado de murallas y toda la ciudad crecía dentro de éstas. Las murallas (al igual que el castillo) continuaron sirviendo como defensa para la ciudad, ya que en el siglo XIX se sufrieron enfrentamientos bélicos de importancia, especialmente, la gran amenaza de Napoleón. A mediados de siglo, las murallas comenzaron a ser un impedimento para el crecimiento de la ciudad, por eso, aprovechando la visita de la reina Isabel II para inaugurar la estación ferroviaria entre Alicante y Madrid, se le pidió la retirada de estas murallas, respondiendo ésta con el sí. A partir de este momento, comienza la “Guerra de las Murallas” para conseguir el emplazamiento de la ciudad más allá de sus murallas.
En el lado derecho e izquierdo de la ciudad podemos observar dos castillos. El castillo de la izquierda es el de San Fernando, construido en la Guerra de la Independencia con el propósito de ser una prisión. También sirvió para reforzar las posibilidades de defensa del castillo de Santa Bárbara (situado en la parte derecha de la imagen). El castillo de San Fernando no se llegó a estrenar, ya que Alicante no fue atacado por las tropas francesas. En cambio, el castillo de Santa Bárbara se pensó como una fortaleza insuperable aunque, a mediados del siglo XIX, fue perdiendo su valor militar y se transformó también en una prisión. Además, podemos ver en la imagen los dos baluartes más importantes construidos para la defensa de la ciudad: el baluarte de San Carlos y el Baluarte de San Francisco y Muntanyeta.
En cuanto a la estructura de la ciudad y el trazado de las calles tenemos que diferenciar dos zonas. En la zona más próxima al castillo de Santa Bárbara, podemos observar la parte más antigua de la ciudad, por lo tanto, el trazado de las calles y su estructura es muy irregular debido a su origen medieval. En esta zona encontramos los monumentos más antiguos de la ciudad, como: la catedral de San Nicolás, el ayuntamiento o la basílica de Santa María. En cambio, la parte derecha, muestra un plano más regular como consecuencia del crecimiento económico de la ciudad por el comercio. Esta zona es la parte más “moderna” de la ciudad, donde se construyeron los primeros comercios, las viviendas y la construcción del ferrocarril en el año 1858. Tampoco tenemos que olvidar que la ciudad no crece hasta la retirada de sus murallas a finales del siglo XIX y que toda la ciudad está delimitada por la costa y por algunas cadenas montañosas.
El puerto de Alicante era el principal motor económico de la ciudad. En el año 1778 consiguió ser el puerto más importante de la Comunidad Valenciana gracias al permiso para poder comerciar con América. Aunque a principios del siglo XIX el comercio en Alicante sufrió una crisis por el descubrimiento de la sosa artificial, a mediados de este siglo se recuperó por el crecimiento del comercio portuario, así como con las exportaciones e importaciones. El puerto de Alicante era frecuentado por buques de todas las nacionalidades: ingleses, franceses, suecos, sardos, belgas, holandeses y anglo-americanos. Gracias a este tránsito se empezó a ampliar la zona comercial de Alicante, donde todos los comercios se situaban alrededor del puerto para recoger los productos de los buques y venderlos a los habitantes. También era de vital importancia el comercio interior con mercancías extranjeras, coloniales y del país. Uno de los destinos más importantes fue el transporte hacia la Corte, que se realizaba en carruajes con tiros de mula. Con la llegada del ferrocarril en el año 1858, se vivió una gran expansión económica, ya que permitía el transporte de productos entre Alicante y Madrid. Asimismo, se realizó un tratado con Francia para la exportación de vinos, que hizo que se exportaran grandes cantidades desde las tierras de Catilla la Mancha.
Actualmente, en la ciudad de Alicante destacan las actividades económicas de comercio y de turismo apoyado por el buen clima, las playas, el patrimonio histórico y su oferta de ocio. Uno de los principales elementos del comercio es el puerto de Alicante, que se caracteriza por el transporte de mercancías y de pasajeros, además de la actividad pesquera.
Cristina Maqueda Damas