La ciudad que aparece en la pintura es Ávila, una ciudad amurallada en la Meseta Norte de la península que se encuentra situada en la provincia de Ávila, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Esta ciudad fue fundada por los romanos en un núcleo urbano que ya existía.
La pintura llamada “Ávila de los caballeros” fue realizada en 1946 por Benjamín Palencia, pintor manchego nacido en Albacete, usando la técnica de óleo sobre lienzo. En ella representa toda la ciudad rodeada por la muralla románica con todo tipo de detalles. La pintura, se elaboró, posiblemente, desde el mirador de los cuatro postes, al oeste de la ciudad, en él se puede apreciar toda la ciudad amurallada, de tal manera que los monumentos y edificios más relevantes, desde esa perspectiva, quedan centrales en la pintura. Las coordenadas desde donde se pudo realizar la obra son 40.659910, -4.711050.
En la época que Benjamín Palencia pintó el cuadro, la ciudad amurallada, respecto a su morfología, mantenía el trazo irregular típico de las ciudades medievales, no mantenía ninguna forma. En su interior mostraba calles estrechas construidas de piedra, pequeños callejones, numerosas plazas y edificios individuales. Se encuentra, ubicada en una colina rocosa a 1131 metros del nivel del mar. A los alrededores, muy cerca de las murallas, se encuentra el rio Adaja. Una vez construida la muralla, Ávila se dividía en seis zonas llamadas cuadrillas, en cada una de ellas se encontraba una clase social diferente, en una de ellas se realizaban actividades industriales y en otras se juntaban los gremios de artesanos y artistas. Cerca de la catedral, vivía la clase noble, es por eso por lo que se encuentran diversos palacios cerca de la basílica. Por el contrario, en la zona sur, se encontraba la clase baja con huertos, barrios de judíos y musulmanes. En la época cuando se realizó la pintura existió una gran actividad constructiva fuera de las murallas, en los extramuros, al norte, creando un programa de vivienda social con el objetivo de construir viviendas de dos o tres plantas, actualmente la ciudad de Ávila sigue creciendo fuera de las murallas creando un compacto entramado urbano.
Los principales elementos urbanos, de Ávila en 1946, que se distinguen en el óleo, son muchos de ellos de carácter religioso como catedrales y palacios. Lo más significativo de la ciudad de Ávila es la muralla que rodea toda la ciudad. Fue mandada construir, en 1085, por el rey Alfonso VI, que se la encargó a su yerno, el Conde Raimundo de Borgoña, con el fin de defenderse de los ataques musulmanes, conseguir un estatus elevado como ciudad y, sobre todo, para defensa y protección ante cualquier posible ataque. En el lienzo de Benjamín Palencia, se puede apreciar esta muralla de estilo románico de 2.516 metros de largo y 12 metros de alto, que se empezó a construir en el siglo XII, aunque como señala el museo tiflológico, en épocas anteriores a la muralla, ya se presentaba algunos muros.
Siguiendo analizando la muralla, en el óleo, se aprecian 9 puertas y 88 torreones, estas puertas fueron construidas con el fin de crear antiguas entradas y salidas por las que se realizaba y se sigue realizando el tránsito de carros y personas, como es el caso de la puerta del puente o la puerta de San Segundo. Esta se conecta con el puente romano que cruzan el rio Adaja. Se construyó al mismo tiempo que se construyó la muralla, sobre el S.XII, pero ha sido reformada en los S.XV y S. XVII. Por ella pasaban los vendedores, los agricultores y ganaderos para ir al mercado que se encontraba dentro del recinto amurallado.
En el centro de la imagen se puede apreciar, en el norte, la catedral de San Salvador, una catedral de estilo gótico considerada como la primera catedral con este estilo en España. Se empezó a construir en el S. XII por Giral Fruchel. El ábside de la catedral comparte piedras con la muralla de Ávila. La catedral se trata de un edificio religioso, pero también militar, se obró con el fin de templo y fortaleza de la ciudad. Se construyó en la parte alta de la ciudad. A la izquierda de la pintura, junto a la muralla, se puede apreciar la espadaña, estructura hecha de ladrillo que pertenecía al convento de las carmelitas descalzas, siendo lo único que queda conservado del convento. En el centro de la pintura se puede apreciar la torre de la iglesia de San Juan Bautista que se encuentra situada en la Plaza del mercado chico, lugar histórico para la ciudad, ya que los romanos construyeron en ese punto el fórum de la ciudad, una vez al año se celebra, en la plaza, un mercado medieval. Junto a la plaza, se encuentra, lo que es actualmente, el Ayuntamiento de Ávila.
En 1946, Ávila se encontraba pobremente poblada, no mostraba más de 21.000 habitantes y unos 4000 hogares. Dato que ha ido cambiando a lo largo de los años, ya que la ciudad ha ido creciendo fuera de las murallas hasta llegar, en 2020, a los 58.400 habitantes y los 22.770 hogares. Respecto a la economía se puede decir que, en esa época y actualmente, gracias a su legado histórico, se basaba en el turismo, no muestra una talla productiva, por lo que depende del turismo, por lo tanto, es fundamental la conservación de los muros y el interior de la ciudad. La ciudad, denominada en 1985 Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, vivía y vive del turismo debido a que es un lugar para perderte entre diferentes culturas y ver monumentos con cuantiosos siglos de antigüedad. En esa época, el comercio también era algo esencial, se trataba de un comercio tradicional con tenderos en la calle, Ávila siempre ha sido un importante núcleo comercial.
Por ella han pasado numerosas culturas como romana, visigoda, cristiana, musulmana y judía, todas ellas han dejado su legado, haciendo de Ávila una ciudad llena de rincones llenos de cultura y con muchos siglos de historia.