Taormina fue fundada por colonos que huyeron de Naxos en el año 403 a.C. Se encuentra emplazada a 200 metros sobre el nivel del mar, descansando sobre la ladera del rocoso monte Tauro. Debido a su situación geográfica, en la isla de Sicilia, actuó como puente entre África y Europa, por lo que estuvo ocupada desde épocas prehistóricas.
Es una pequeña ciudad que hoy cuenta con algo más de 10.000 habitantes y está situada entre las ciudades de Mesina y Catania de Sicilia, ciudades que dieron nombre a las entradas situadas en los extremos de la calle Corso Umberto. Los accesos a la ciudad son Porta Catania en el extremo Oeste, que fue sometido a numerosas restauraciones siendo la última por el Reino de Aragón, y al Este de la ciudad se encuentra la Porta Messina, cuyo nombre original, “Porta Ferdinanda” en honor a Fernando IV de Borbón a principios del siglo XIX, fue modificado tras su restauración.
A lo largo de Corso Umberto, calle principal de Taormina, podemos encontrar la Piazza IX Aprile, donde se halla un balcón con vistas al mar Jónico. En ella están situadas la iglesia barroca de San Giuseppe y la Torre dell’Orologio también llamada Porta di Mezzo, en la que a finales del siglo XVII. Cabe destacar que, con la reconstrucción de dicha torre, se agregó un reloj en la parte alta que hoy se conserva. La Cattedrale Fortezza situada en la Piazza del Duomo en honor a San Nicola de Bari, fue construida en el siglo XIII, engalanado con un rosetón típico de la era renacentista.
El Convento de los Dominicos, tercer monasterio construido en la ciudad (después del Palazzo Corvaja y el Palazzo del Duca de San Stefano) fue donado por un príncipe de Cerami, descendiente de la familia Altavilla, llamado Damiano Rosso a principios del siglo XV. Tras unos siglos, éste dominio cayó en las manos de los herederos de Rosso y fue en 1896 cuando se reformó en el hotel que actualmente se llama “San Domenico Palace Hotel”. Desde entonces ha recibido las visitas de importantes miembros de la realeza, científicos, escritores, entre otros.
Uno de las atracciones más llamativas de esta ciudad es el Teatro Greco-Romano, construido durante la época helenística. Los romanos modificaron su estructura con el propósito de dar cabida en ella a luchas de gladiadores. Hoy se sigue utilizando con fines de ocio y entretenimiento, para espectáculos, conciertos, obras de teatro y otras actividades.
El atractivo de sus paisajes y el clima mediterráneo ha catalogado Taormina como uno de los destinos turísticos predilectos del Mediterráneo desde el siglo XVIII. Fue entonces cuando escritores de gran influencia, como W.H.Bartlett (Pictures from Sicily) y Goethe (The poetry of desire) entre otros, popularizaron la ciudad.
Ailie Cortabarría Relph