BILBAO (Siglo XVIII)
La imagen, extraída de la web de la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Bilbao, refleja la villa de Bilbao en el siglo XVIII. En ella, se aprecia perfectamente el centro de la ciudad en aquella época, lo que hoy en día corresponde al casco viejo o a las llamadas Siete Calles.
Bilbao fue fundada por el señor de Vizcaya, Don Diego López de Haro, en el año 1300. A partir de ahí, la villa fue creciendo tanto en tamaño como en importancia. Bilbao es popularmente conocido como “El Botxo” por su situación o emplazamiento. Rodeada de dos cadenas de montañas, se asienta junto a la desembocadura del rio Nervión o Ibaizabal, aunque la gente del lugar la denomina “La ría de Bilbao”. Está bien protegida por montañas y por ello la gente se empezó a asentar en este lugar. La ría de Bilbao, es un punto importante en la villa ya que fue el motor de su comercio y aún lo sigue siendo de manera muy importante.
El trazado urbano que se aprecia en la imagen muestra una morfología típica de la Edad Media. El núcleo esta apiñado y justo en el centro se distingue la catedral de Santiago, llamada así en honor al Apóstol Santiago y porque por al lado discurría y aún discurre el Camino de Santiago. En la Edad Media, Bilbao únicamente tenía tres calles: Somera, Artecalle y Tendería. Estas calles se denominan así porque en cada una se ejercía un oficio y/o por su situación. Durante los siglos XIV y XV se unieron otras cuatro calles más, llamadas Belosticalle, Carnicería Vieja, Barrencalle y Barrencalle Barrena. Todas juntas forman la parte vieja de la ciudad, popularmente conocida como “Las Siete Calles”, ya que son siete las calles que antiguamente tenía el núcleo urbano.
El conjunto urbano se encontraba rodeado por una muralla que le protegía y un alcázar, donde más tarde se construyó la iglesia y puente de San Antón. Esta iglesia, al igual que el alcázar antes, ejercía de puerta de entrada por la ría y también como torre de defensa. Además, había más torres defensivas por toda la muralla. La iglesia y puente de San Antón, eran el punto hasta donde las embarcaciones llegaban a comerciar. Era el puerto de Bilbao. La ría, fue muy importante para el comercio de la villa y poco a poco como en la imagen aprecia, fue consolidándose como puerto de referencia, tanto en la península como en Europa.
A medida que el núcleo se expande, el trazado se muestra un poco más regular. Se aprecia perfectamente, además, el resto de barrios que se fueron diseñando alrededor del núcleo y de la villa, como Bilbao la Vieja o San Francisco (en la imagen en la parte baja a la izquierda) y las huertas y campos de cultivo de Begoña y Atxuri (a la derecha del núcleo urbano). También se puede apreciar que la villa en el siglo XVIII ya se había extendido por ambas partes de la ría. Se puede ver el Convento e Iglesia de la Encarnación y el Hospital Civil de Bilbao. Con ambos edificios, podemos apreciar la expansión de la villa hacia más allá de la iglesia de San Antón.
Las diferentes clases sociales de la villa, pueden distinguirse igualmente. Por un lado, los comerciantes que disponían de negocios en el Casco Viejo y la gente más pudiente vivían en el centro de la villa, mientras que los campesinos vivían más alejados del centro urbano, en caseríos. Pero una de las actividades más importantes de la ciudad junto con los comercios era la actividad naval, tal y como se aprecia en el dibujo. La arquitectura de la ciudad en sus edificios más importantes era mayormente gótica. Por eso aunque la imagen es del siglo XVIII, se sigue apreciando claramente la estructura y características de una ciudad medieval.
En cuanto a las funciones urbanas, Bilbao en el siglo XVIII disfrutaba de un gran comercio, sobre todo naval. Comerciaba con los puertos más importantes de Europa y era una villa prospera en negocios de ultramar. De todas formas tenía aún mucho de campesina, sin perder sus características medievales pero a la vez dejando paso a los nuevos tiempos.
Itxasne Ulloa García