FLORENCIA (Giuseppe Zocchi, 1741)
He elegido el cuadro “El Arno en el puente Santa Trinita” hecho por Giuseppe Zocchi en el año 1741. En él se representa una zona de la ciudad de Florencia, concretamente la zona por la que trascurre el río Arno que separa la ciudad en dos, y en la que a lo largo de la historia se han ido construyendo puentes para conseguir la conexión entre las dos zonas de las ciudad.
Se trata de un óleo sobre lienzo de tamaño 57 x87,5 cm que actualmente se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Como ya he dicho anteriormente, fue pintado por Giuseppe Zocchi en el año 1741. Giuseppe nació en Florencia y ya muy joven hizo viajes a Roma, Bolonia, Venecia y el norte de Italia donde aprendió y perfeccionó sus técnicas pictóricas. Se dedicó principalmente a representar figuras, aunque después fue contratado para que hiciese siete vistas de la ciudad de Florencia, entre ellas, la que yo he analizado. Los últimos años de su vida fue contratado como grabador oficial para el emperador Franziskus Steeffan de Habsburgo-Lorena. Murió de peste en 1767.
La obra pertenece al siglo XVIII. Florencia siempre fue una ciudad con una gran actividad comercial y unas buenas comunicaciones con Europa, pero cuando comenzó a ser realmente importante fue en el Renacimiento (siglos XIV-XVI). Durante este periodo la cultura invadió las calles, la literatura, las ciencias, las artes, y el pensamiento humanista se extendió. En este periodo encontramos grandes artistas como Donatello, Brunelleschi, Botticelli, Miguel Ángel y Leonardo entre otros. Hasta el siglo XVI la ciudad creció y mantuvo relaciones comerciales con otros países Europeos. Florencia estaba bajo el poder de los Medicis, pero poco a poco éstos fueron decayendo, el control de la ciudad se les iba escapando y Florencia iba perdiendo el esplendor que había tenido hasta entonces. A la muerte del duque Gian Gastone, el último de los Medici, los países europeos decidieron en Viena dar la Toscana al duque Francisco I de Lorena, dinastía Franco-Austríaca. Estos proporcionaron de nuevo estabilidad económica a la ciudad. Durante el siglo XVIII se construyeron nuevos puentes, palacios de estilo neoclásico, la ciudad creció en general, comenzó a desarrollarse la industria, pero también aumentó el número de personas pobres, por lo que comenzó un descontento de la gran parte de la sociedad.
Florencia es la capital de la Toscana. Se extiende a la largo del río Arno, entre los Mares Adriático y Tirreno, casi en el centro de la península italiana. El arte, la cultura, la industria y el comercio que se desarrollaron durante el Renacimiento italiano siguen siendo rasgos significativos de la ciudad en la actualidad. El centro de la ciudad de Florencia es de origen romano, por lo que su trazado es en forma de cuadrícula con el foro en el centro de la ciudad como zona de reunión. Como su actividad comercial comenzó a crecer, la ciudad también lo hizo, sobre todo a lo largo de los siglos XII y XIII. La ciudad creció de forma irregular, sin ningún orden. Apareció una nueva clase social, la burguesía. En cuanto al arte, es el momento del estilo gótico. La burguesía tenía que mostrar su poder, por lo que se construyeron muchos palacios y torres. Las familias burguesas rivalizaban por tener las torres más altas en sus palacios. Ejemplo de ello son el Palazzo Vecchio o el Palazzo Spini Feroni que aparecen en la imagen. El Campanile también se construyó en esta época, y es que tener una torre alta en la catedral también era símbolo de poder. El Ponte Vecchio también se construyó en este periodo con el fin de conectar la ciudad en expansión, ya que la pasarela romana de madera que unía anteriormente ambos lados del río fue destruida por una inundación. Posteriormente (siglos XVII-XVIII) se construyeron mas puentes porque la ciudad siguió creciendo.
Con la llegada del Renacimiento la ciudad comenzó a ordenarse. Se produce un renacer del clasicismo y se construyen nuevos edificios tanto civiles como religiosos. Se buscaba la amplitud de los espacios, la luminosidad, la simetría, el orden y la perfección clásica.
En cuanto a los palacios, dejan de ser concebidos como fortaleza y pasan a ser residencia de nobles y comerciantes enriquecidos. Tienen estructura cúbica en torno a un patio porticado central, que actúa como distribuidor. En la fachada frecuentemente se usa el típico almohadillado, elementos arquitectónicos de estilo clásico como arcos de medio punto, cornisas muy pronunciadas, las ventanas se colocan de forma ordenada y rítmica y a veces con frontones. Ejemplo de ello son algunos de los palacios que aparecen en la imagen que, aunque fueron construidos en una época anterior, fueron reconstruidos o redecorado durante el Renacimiento. Por ejemplo, el primer palacete que aparece en la imagen si miramos por la izquierda es un edificio de estilo clásico, armonioso, equilibrado, muy simétrico, con los arcos de medio punto y las cornisas salientes.
En los templos religiosos se sigue usando la planta basilical típica del Medievo, pero se utilizan también elementos clásicos. El círculo se considera imagen de la perfección, se buscan espacios amplios y luminosos, y hay un gran interés por la cúpula que simbolizaba el universo. Ejemplo de ello es la catedral de Santa Maria Dei Fiore, cuya cúpula fue construida por Brunelleschi en esta época.
Con la llegada de la revolución industrial, el comercio sigue aumentando y las ciudades continúan expandiéndose. Aparecen nuevos barrios con edificiosde estética neoclásica (siglo XVIII). De nuevo buscan la perfección y se inspiran en el arte clásico. Ejemplo de ello es el Palazzo dei Padre della Missione que de nuevo es un edificio regular, simétrico, equilibrado, con la fachada decorada con los bustos de los Medici.
La sociedad de este siglo XVII-XVIII era una sociedad estratificada. La burguesía cada vez era más rica y presumía de su poder. La industria comenzó a desarrollarse, sobre todo la textil. Los Medici tuvieron un papel primordial en el desarrollo de esta economía, así como en el desarrollo del arte. Practicaban una economía mercantilista. En general, se vivía un periodo de prosperidad económica y social y de crecimiento demográfico. Este crecimiento demográfico se detendrá debido a un aumento de la mortalidad causada por diferentes epidemias que azotarán Florencia durante el siglo XVIII, y la ciudad irá dejando de tener la grandeza de la Florencia del Renacimiento.
Laura Quintín Caudevilla