El autor de esta imagen es Louis Haghe (1806-1885), litógrafo y acuarelista británico que en esta ocasión representó una panorámica de la ciudad de El Cairo, tal como la percibían los viajeros románticos en el siglo XIX.
El significado del nombre que se le da a la ciudad es: “la fuerte”, “la vencedora”, “la triunfadora”, “la victoriosa”. Es una ciudad que posee una historia milenaria, debida a sus variadas y continuas conquistas. Esta ha sido reconstruida varias veces a lo largo de su historia y conserva monumentos de todas las civilizaciones que pasaron por ella, desde los antiguos egipcios hasta los romanos, los árabes y otros de sus conquistadores.
El Cairo se sitúa a orillas del río Nilo y se caracteriza por poseer amplias zonas fértiles. Las construcciones más antiguas se situaban siguiendo el curso del río, mientras que los asentamientos más modernos se localizan a varios kilómetros del centro antiguo de la época faraónica. La metrópoli posee gran cantidad de sendas que atraviesan y comunican la ciudad, así como hitos urbanos significativos. Sus habitantes se distribuyen por barrios diferenciados en su mayoría por su clase social, de tal forma que las actividades económicas también son diferentes en cada zona de la ciudad.
Respecto al clima, posee un clima árido. Son muy características en la zona las crecidas del río Nilo en las estaciones señaladas. Los antiguos egipcios lo relacionaban con la “voluntad de los dioses” que les traían buenas o malas épocas de cosechas. Las principales producciones se basaban en su mayoría en el cultivo de cereal y en la ganadería, que con el tiempo iran evolucionando y se abrirán a nuevos mercados a través las rutas de comercio por el propio río Nilo y por el Mar Mediterráneo.
Beatriz Bonís González