La ciudad de Florencia se encuentra en Italia, en la región de la Toscana, en la confluencia de los ríos Arno y Mugnone. Su origen es etrusco aunque alcanzó su primer desarrollo urbano importante bajo la dominación romana. La imagen de Florencia que exponemos aquí está enclavada en el siglo XVI, en el Renacimiento, un movimiento cultural que nació en Italia y que en contraposición a la Edad Media, dio un mayor protagonismo al ser humano, a las ciencias, a las artes y a la política. El hombre pasó a ser el centro del universo, naciendo así una nueva concepción del mundo. Esta época simboliza la reactivación del conocimiento y del progreso, así como el ascenso de la burguesía con la disolución del feudalismo.
Como se puede observar en la imagen, Florencia estaba rodeada por una muralla que era muy característica de las ciudades medievales para protegerse de los ataques. Sus puertas servían para controlar el acceso y cobrar un impuesto de entrada en la ciudad. En la imagen podemos ver cómo los caminos acaban en las puertas de las murallas.
Al estar partida en dos por el rio Arno, en Florencia tenían un fuerte protagonismo sus puentes, que comunicaban las dos partes de la ciudad. Tal era su importancia que en uno de ellos, el Ponte Vecchio, se instalaron comercios y talleres, sobre todo de joyeros. Este puente, además, unía el casco antiguo de Florencia, donde residía el poder local, con la otra parte de la ciudad, por lo que recibía una gran afluencia de gente. En la imagen podemos observar cómo la gran mayoría del casco urbano está en el margen izquierdo del río y la zona menos densa en el margen derecho. El carácter emblemático de estos puentes llevó a que grandes artistas de la época se involucraran en su reconstrucción. Así sucedió con el puente de la Santa Trinidad, en el que Miguel Ángel implantó una nueva técnica de construcción utilizando arcos elípticos. En su origen, la mayoría de ellos estaban hechos de madera y fueron reconstruidos en piedra a partir de la Edad Moderna, para darles mayor consistencia.
La arquitectura urbana de Florencia tiene una fuerte influencia renacentista, que se manifiesta en la creación plazas y espacios abiertos para favorecer las actividades públicas de los ciudadanos. Los edificios más importantes en la ciudad, aparte de las viviendas, eran los religiosos y los palacios de las grandes familias de Florencia. Entre los religiosos cabe destacar el Duomo o Catedral de Santa María del Fiore, acabada en 1434. Otras iglesias importantes son la iglesia de Santa María Novella, terminada a mediados del siglo XIII, la iglesia del Santo Espíritu, terminada a finales del siglo XV, y la iglesia de San Miniato al Monte, que lleva el nombre del primer mártir de la ciudad y fue terminada igualmente a finales del siglo XV. Esta iglesia, situada en el alto de una colina, se distingue en la imagen al fondo a la derecha. Fue utilizada como puesto de defensa y artillería contra el asedio que sufrió la ciudad por las tropas de Carlos V.
En cuanto a los palacios, los más representativos son el Palacio Vecchio (1299), llamado así porque la familia Medici, que residía en él, se trasladó al palacio Pitti y este se quedó con el nombre de “viejo”. En él residía el poder de la ciudad y su torre así lo manifestaba. También estaban el Palacio Bargello o del Podestá (1320), construido para albergar el consistorio pero que más tarde se convirtió en prisión; y el Palacio Pitti, construido a mediados del siglo XV como residencia del banquero Luca Pitti, y más tarde de la familia Medici. Otra edificación que sobresale en la imagen es la Fortaleza de Basso (1535), a la izquierda de la imagen, construida por orden de Alessandro de Medicis, por miedo a una posible revuelta del pueblo de Florencia.
Después de analizar el paisaje y los hitos más importantes de Florencia, se puede advertir la importancia de esta ciudad en el siglo XV, en el que aglutinó a mercaderes, comerciantes, banqueros y artistas, bajo el extraordianario mecenazgo de la familia Medici, favoreciendo su florecimiento. Además de eso, en la imagen podemos observar cómo en la ciudad confluyen muchos caminos, lo que nos da idea de que era lugar de destino desde muchos lugares, donde se mezclaban intereses culturales, comerciales y religiosos.
Miguel Marián Jiménez