CHINCHILLA DE MONTEARAGÓN (Juan Fernando Palomino y Oropesa, 1793)
La imagen corresponde a un grabado de la ciudad de Chinchilla en el siglo XVI, realizada por el autor Juan Fernando Palomino y de Oropesa en 1793. Palomino fue un grabador calcógrafo español, hijo y discípulo del también grabador, Juan Bernabé Palomino.
La imagen es una “Vista Oriental de Chinchilla”, según aparece titulada en la estampa, junto con el escudo y clave de la vista en la parte inferior. Esta obra esta sacada de la biblioteca pública del estado, biblioteca de Albacete, es la estampa 6 (recortada) del Tomo I «Reino de Murcia del Atlante Español o Descripción general geográfica, cronológica, é histórica de España, por reinos, y provincias, de sus ciudades, villas y lugares muy famosos, sacado a la luz en el siglo XVIII por Don Bernardo Espinalt y García entre los años 1778 y 1795.
En cuanto a la descripción de la imagen, muestra una perspectiva de paisaje con un trazado urbanístico de terreno irregular en lo alto de un cerro y en cuesta. En la parte inferior del grabado se muestra una leyenda clave de vista bastante legible, donde señala a través de números, los elementos urbanos más importantes. La perspectiva de la panorámica del conjunto urbano manifiesta que fue realizada desde el Cerro de San Cristóbal.
Chinchilla de Monte Aragón es un municipio español de la comunidad de Castilla La Mancha, situado a 15 kilómetros de la capital de Albacete. Desde siempere ha destacado por su situación estratégica, ya que se ubica en un ribazo de cerro macizo y su castillo dominaba la población para poder divisar con precisión los ataques enemigos, en el cabo de la montaña. El lugar destacaba entre las inmensas llanuras albaceteñas por ser el único cerro en kilómetros. La historia cuenta, que por esta razón, hubieron asentamientos en ese lugar desde tiempos anteriores al neolítico.
Chinchilla estaba emplazada sobre un terreno uniforme, construida sobre planos de piedra escarpados y rodeando al conjunto urbano a través de un largo cinturón amurallado irregular en altura, fortificaba la ciudad para proteger sus lienzos, todos ellos de argamasa de cal custodiados en el castillo, que data del siglo XV y construido por Juan Pacheco, marqués de Villena. Posteriormente la fortaleza, estuvo sujeto a la Corona Real.
El castillo estaba adaptado a la orografía del terreno, era de planta ovalada, se acentuaba en él, su carácter inexpugnable por el enorme foso que lo rodeaba. El foso fue construido artificialmente en la roca con unas dimensiones de diez metros de ancho por seis de profundidad, por lo que estaba considerado un lugar totalmente inaccesible. Estaba construido en piedra, empleándose mampostería en los muros, y sillar en las zonas más representativas donde se han encontrado también restos de murallas godas, árabes, cristianas, también en sus vertientes se han encontrado vestigios arqueológicos de diferentes culturas desde restos ibéricos a restos romanos.
Las remodelaciones fueron ordenadas por el infante Don Juan Manuel, señor y príncipe de Villena. Posteriormente el castillo fue restaurado por el Marqués de Villena, Don juan Pacheco a mediados del siglo XV. Enrique IV adquiere los restos de la fortaleza en 1449, a partir de ahí, se encargó de su remodelación, alzando de nuevo, un importante castillo cuya estructura en cierta medida es la que perdura a día de hoy. Tras la llegada al trono de Castilla de Isabel I y unificada la península bajo Isabel I y su esposo Fernando de Aragón, el castillo de Chinchilla sirvió de cárcel desde el siglo XVII hasta el siglo XX.
La estructura de la ciudad era militar defensiva y a través de su gran muralla, que tenía un perímetro de 209 metros, con trece torreones circulares, con troneras de cañón cubiertas en sillar y sillarejo, encerraba en sus intramuros casas escavadas en la roca, numerosas edificios en suelo urbano donde se construían casonas, patios y calles en cuesta debido a la topografía del entorno. El casco antiguo fue declarado Histórico – Artístico ya que la estructura y conjunto urbano forman todavía su belleza de trazado medieval
La Plaza Mayor estaba situada en el centro urbano, donde se desarrollaba la vida cotidiana, lindaba con el Ayuntamiento, construido entre los siglos XVI al XVIII y la Iglesia Arciprestal de Santa María del Salvador, la cual ofrece hoy, un curioso estado fruto de sucesión de diferentes estilos: portada gótica, interior barroco y una bella cabecera renacentista. Entre las obras religiosas de la ciudad se encontraban el convento de Santo Domingo, con su templo mudéjar, el convento de Santa Ana, levantado sobre un conjunto islámico y las numerosas ermitas que poseía, destacaríamos la ermita de San Antón. En la actualidad, algunos de estos edificios se conservan en gran medida.
Por otro lado, en los extramuros de la ciudad, los terrenos eran más áridos, compuestos de suelo rústico, se hallaban casas dispersas, ermitas, cuarteles de milicianos, fuentes y molinos, donde en pequeñas parcelas, los campesinos vivían del campo y del pasto de los animales. Chinchilla se convierte en un enclave y núcleo lanero muy significativo en las cañadas del sureste por la ganadería y la exportación a Oriente de sus telares, tejidos y alfombras.
En 1422 Juan II concede a Chinchilla el titulo de ciudad, haciéndose así, nexo de comunicaciones y parada obligatoria de caminantes y emporio de comercio. Durante muchos años fue escenario de guerras, desde la Guerra de Sucesión en 1707, pasando por la Guerra de la independencia que también se adueñaron los franceses y destruyeron una de las torres del castillo, (el Torreón del Homenaje).
En la actualidad todavía se conservan restos evidentes de la antigua muralla, que fortificaba la ciudad englobando el conjunto urbano, con edificios parcialmente conservados como la Plaza mayor, el edificio de la concejalía, el castillo y sobre todo la iglesia de Santa maría de Salvador. La ciudad sigue ofreciendo ambiente medieval, también conserva tramos de origen árabe.
La actividad socioeconómica ha ido creciendo por sus gran expansión industrial y el uso de sus molinos, en la actualidad apuesta por el desarrollo sostenible dando así un incremento y una visión de futuro a la situación ambiental, económica y social del municipio. Por su ubicación estratégica, por su comercio y por la importancia histórica que ha llevado, Chinchilla, fue por mucho tiempo la capital de la Mancha de Aragón.
Juan Miguel Moreno Fernández