BELLPUIG (Ernest Descals, siglo XX)
Esta obra de Ernest Descals, pintor reconocido con diversos premios entre el siglo XX y XXI, es un oleo de una panorámica de Bellpuig, en la que se muestran edificios muy importantes en la historia de la ciudad, como la iglesia o el castillo, además de la agrupación de casas.
El castillo es tan importante en la historia de Belluig, porque en el cerro donde se encuentra, uno de los más altos, es donde nació este emplazamiento. Allí comenzó a construirse en el siglo XI un emplazamiento primitivo, rodeado por una muralla, que, según fue ampliándose este poblamiento, se fue extendiendo, hasta que en los siglos XVIII y XIX, se fueron derribando. Posteriormente, el castillo fue adaptado en el siglo XII para que los barones de Bellpuig lo usaran de residencia y, por último, se renovó en 1472.
La ciudad ha sufrido en momentos concretos crecimientos de población tales, que se ha tenido que ampliar varias veces. Estas ampliaciones de la ciudad perdieron sus características defensivas a partir del siglo XII. El siglo XVI, fue el de mayor prosperidad, construyéndose el segundo edificio de más importancia para el lugar, la iglesia parroquial de San Nicolás, además de un hospital y el mausoleo. En esa época, los barones llevaron acabo un nuevo ensanche y, además, ampliaron la muralla. El último ensanche en Bellpuig, se llevó a cabo en el siglo XX y fue el barrio de la Estación del ferrocarril.
La economía de este asentamiento siempre se ha basado en la tierra, siendo primero una economía de subsistencia, por la ausencia de un mercado importante; y, más tarde, a mitad del siglo XX, al aumentar el nivel de vida se afianza el sector industrial y el sector primario. En cambio, el sector terciario no fue relevante en la zona hasta 1969, con la creación de la Lonja Avícola Ganadera. Lo más destacable en su economía es la agricultura, teniendo sus manzanas la etiqueta de denominación de origen Manzana Plana de l’Urgell.
En cuanto a su morfología, Bellpuig se comunica con el resto de poblaciones por una red radial de caminos, ahora convertidos en carreteras. A pesar de esto, su trazado urbano es irregular y apiñado. En conclusión, dividiríamos la estructura en: casco histórico, formado por las edificaciones alrededor del Castillo de los Barones y la iglesia parroquial de San Nicolás; el ensanche del siglo XX y la línea de fijación, que sería el río Urgell, pero no se aprecia en la imagen.
María Rosa Eleno Elvira