05/8/12

MADRID (Pedro Teixeira, 1656)

 

Esta imagen forma parte del plano más importante y representativo de la ciudad de Madrid en el siglo XVII. Fue realizado por Pedro Teixeira, natural de una familia de cartógrafos portugueses que se trasladó a vivir a Madrid. Allí realizaró su último gran trabajo, la Topografía de la Villa (también llamado Plano de Teixeira), que es su obra más famosa, finalizada en 1651 y publicada en 1656.

El plano representa un área del Madrid de los Austrias y responde a un  trazado irregular, que se caracteriza porque no tiene una forma determinada, sino que se compone de un complejo entramado de calles estrechas y cortas. Está influido por la topografía del terreno y por la falta de planificación urbanística (crecimiento espontáneo, autoconstrucción, ausencia o laxitud de las normas, etc.). La mayor parte de los cascos antiguos de las ciudades históricas presentan este tipo de trazado.

En aquella época había en Madrid un elevado número de edificios religiosos, algunos de ellos anteriores a la llegada de la monarquía y la corte, y otros nuevos patrocinados por ellas. Llegó a haber 57 conventos de religiosos y religiosas, 18 parroquias y sus anejos, sin olvidar los 18 hospitales con sus capillas. Los conventos incorporaban, iglesia, claustro y huerta, y daban al Madrid de los Austrias el carácter de una ciudad conventual.  Pero al igual que en otras ciudades renacentistas y barrocas, el esplendor arquitectónico de estos edificios contrastaba la pobreza urbanística y social. El análisis detallado del plano de Teixeira, muestra multitud de ejemplos a este respecto.

Madrid en el siglo XVII contaba con una población aproximada de 100.000 habitantes. Era villa y corte, y por tal razón residían en ella muchos nobles, funcionarios del Estado y clérigos. Así surgió una amplia burguesía formada por artesanos y mercaderes, que prestaban sus servicios y vendían a la población de artículos de lujo, utensilios, herramientas, prendas y productos de primera necesidad. Otro grupo importante era los letrados, entre los que cabría incluir secretarios, prestamistas, médicos, abogados, escritores y artistas. Finalmente, el pueblo llano o trabajador manual, que en Madrid se dedicaba fundamentalmente a la servidumbre.

La plaza de la Cebada, representada en esta imagen, surgió en el siglo XV a extramuros de la Puerta de Moros de la muralla de Madrid. Aquí estaba uno de los mercados madrileños más importantes para la venta de cereales y legumbres. La plaza recibe este nombre porque allí se separaba la cebada destinada a los caballos del rey y los regimientos de caballería. También fue el escenario de varias ejecuciones públicas de personajes célebres, como la del General Riego en 1824, por haber liderado una revolución liberal contra Fernando VII. 

Dentro de Plaza encontramos varios edificios importantes, como el Hospital de la Latina con su iglesia, fundado por Beatriz Galindo, “La Latina”, una de las mujeres más cultas del siglo XV; en su solar se encuentra hoy el Teatro de la Latina. También la Fuente de la Abundancia, diseñada en 1617 por el arquitecto real Juan Gómez de Mora. Esta fuente estaba formada por un templete de planta cuadrangular, de estilo clasicista, coronado en cada uno de sus cuatro flancos por un frontón triangular y, en la parte superior, por una cúpula sobre la que descansaba el grupo escultórico de la Abundancia. Los frontales estaban decorados con blasones alusivos a la Villa de Madrid y a la Corona de España, y en una oquedad abierta transversalmente en mitad del cuerpo principal se alojaban cuatro osos que arrojaban agua, en clara referencia a uno de los símbolos de la capital. La fuente sería destruida en 1870 por culpa de la construcción del nuevo Mercado de la Cebada, en hierro y cristal. Otros edificios de interés eran el Humilladero de Nuestra Señora de Gracia, fundado por la cofradía de la Santa Vera Cruz hacia 1500, y varios conventos como el de la Pasión, de la Orden de Santo Domingo, y el de religiosas de San Gerónimo.

Marta Sánchez Cámara