Luxemburgo, la capital del Gran Ducado de Luxemburgo, es conocida como la Gibraltar del Norte. Su fortificación conserva el casco histórico y el recinto amurallado, que ha hecho posible que la ciudad se encuentre entre la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El nombre de Luxemburgo proviene de una antigua fortaleza llamada Lucilinburhuc que se ubicaba allí en la época carolingia, a mediados del siglo X.
Se trata de una ciudad con grandes diferencias de altura. Está atravesada por los ríos Alzette y Pétrusse, por lo que se ve repartida en dos partes, un alta entre acantilados, y otra baja en torno al valle que los ríos crean. Son necesarios numerosos puentes y viaductos para unir las diferentes partes de la ciudad. La estructura de las calles y edificaciones se ve influenciada por las instalaciones militares del pasado, que aún se conservan: bastiones, torres, cuarteles… El casco histórico se encuentra entre las dos corrientes fluviales, e históricamente su crecimiento se vio limitado también por la muralla, pero tras su derribo la ciudad pudo seguir creciendo.
Debido a su posición estratégica, su pasado fue muy convulso. Tras la extinción de la poderosa Casa de Luxemburgo (1247 – 1437), fue gobernada por el Ducado de Borgoña, posteriormente pasó a manos de los Habsburgo (1477), y formó parte de los Países Bajos españoles a partir de 1556. Tras el tratado de Utrech fue cedido a la línea austriaca de los Habsburgo (1713); y después de la ocupación por parte de Francia (1815), el Tratado de París transformó la ciudad en un Gran Ducado. Luxemburgo fue ocupada por Alemania desde 1914 hasta 1918. Desde la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en uno de los países más ricos, impulsado por un gran crecimiento en el sector de los servicios financieros, la estabilidad política, y la integración europea.
En el cuadro podemos observar la ciudad de Luxemburgo desde Fetschenhof hacia el valle, el puente (Eisebunnsbreck), y el río (Alzette). Esta pintura de Nicolas Liez fue considerada la más importante en 1870, ya que muestra el comienzo del desmantelamiento de la fortaleza decidido después del Congreso de Londres de 1867. La altura de las rocas y el puente de la carretera de hierro se enfatiza para resaltar la importancia de la fortaleza
En la zona inferior derecha de la imagen podemos observar el Fort Thüngen, la fortificación histórica de la ciudad. Fue construido en 1732 sobre la Redoute du parc, un fuerte levantado cincuenta años antes. Se amplió en 1836, y fue reforzado en 1860. A pesar de ello, la mayor parte de la fortaleza fue derruida tras el tratado de Londres de 1867. Solo quedaron las tres torres y los cimientos. Actualmente ha sido reconstruido, y en el podemos encontrar el Museo Dräi Eechelen (Museo de las Tres Bellotas).
Las aguas que vemos bañando la ciudad son las del anteriormente mencionado río Alzette, que nace en Francia y recorre 73 kilómetros. Se ve como transcurre bajo el puente Eisebunnsbreck. Al encontrarnos ante una ciudad tan protegida por el entorno, los puentes son necesarios para poder acceder a ella. Cabe destacar el Puente Adolfo o Puente Nuevo (1900), que fue símbolo de la independencia de Luxemburgo; la Passerelle o Puente Antiguo, viaducto en arco construido entre 1859 y 1861 para sustituir a una pasarela de madera; el Puente Gran Duquesa Charlotte (1962-1965); y el Puente Victor Bodson (1993).
Tras este gran puente encontramos un edificio, la antigua abadía de Neumünster. Es un monasterio de monjes benedictinos del siglo XVII que ha sido reconstruido varias veces. Los edificios han sido utilizados para diversos servicios durante el siglo XIX, convirtiéndose en el Centro Cultural de Reencuentro de la Abadía de Neumünster (CCRN) desde 1977, un lugar de encuentro público y actividades culturales. A la izquierda, en una posición elevada, encontramos una zona fortificada. Parece corresponderse con la Ciudadela del Espíritu Santo. El convento del Espíritu Santo fue fundado en 1234. Aquí está actualmente la nueva «Ciudad Judicial», el centro del sistema de justicia de Luxemburgo.
A pesar de no poder verlos en el cuadro, Luxemburgo cuenta con una serie de túneles construidos en 1644 durante la dominación española, y ampliados en ocasiones posteriores por los franceses y los austriacos. Las galerías eran de 23 kilómetros de largo, y se colocaron a diferentes niveles a modo defensivo (en español son denominados como “casamatas”, un término militar para hacer referencia a los espacios que albergan armas defensivas). Tras el desmantelamiento de 1867 se mantuvieron 17 kilómetros. Las casamatas de Bock son visitables desde 1933, y en 1994 fueron incluidas en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A continuación, podemos observar la ciudad, amurallada y protegida, en la que podemos distinguir algunos edificios que destacan en su horizonte. Comparando este cuadro con otras producciones artísticas antiguas (Joan Blaeu: Luxembourg City ,1649; Georg Braun, Franz Hogenberg: Luxembourg City ,1598), y con los mapas actuales de la ciudad, podemos hablar de una serie de edificios relevantes de izquierda a derecha: la Catedral de Santa María, la Iglesia de San Miguel y el Palacio Gran Ducal. La Catedral de Santa María o Catedral de Nuestra Señora, cuya primera piedra fue colocada en 1613. Estuvo dedicada a San Nicolás y Santa Teresa, posteriormente a San Pedro y finalmente a la virgen. En su interior se encuentra la cripta y la capilla mortuoria de la familia del Gran Ducado. El sitio religioso más antiguo de la ciudad es la Iglesia de San Miguel. En el 987 se construyó la primera iglesia en este lugar como capilla del castillo para el conde de Luxemburgo. El edificio fue destruido y reconstruido varias veces; y su aspecto actual es del de 1688. El Palacio Gran Ducal es la actual residencia del Gran Duque. En un principio fue el Ayuntamiento de Luxemburgo (1572-1795); y durante la ocupación nazi fue utilizado como sala de conciertos y taberna, resultando gravemente dañado.
María Amparo Sueiro Ramos