Esta obra, que pertenece a una serie de vistas aéreas de ciudades europeas realizadas por Alfred Guesdon en el siglo XIX, representa la ciudad de Burgos hacia 1851. Guesdon fue un litógrafo, viajero y arquitecto francés, que sobrevolaba ciudades con un globo aerostático y las retrataba a vista de pájaro. La imagen fue publicada en la revista parisina La Illustration Journal Universel de París.
En la imagen se muestra con detalle una vista global de la ciudad de Burgos, la cual estaba rodeada por una muralla con una altura de doce metros, construida entre los siglos XIII y XIV. La ciudad se encuentra dividida en dos por el río Alarzón, que nace en la Sierra de la Demanda y es un afluente del río Arlanza, perteneciente a la Cuenca del Duero. Para cruzar de un lado de la ciudad a otro se usaba el Puente de San Pablo o el Puente de Santa María. En la parte derecha de la imagen se puede observar el centro histórico de la ciudad, cuyo trazado es irregular y poco planificado, característico de la época medieval. En la esquina superior izquierda se pueden observar los cultivos y algunas viviendas dispersas situadas a las afueras de la ciudad; esta zona se correspondía en la época con la periferia urbana. Toda ella estaba rodeada de campos dedicados a la agricultura, además del cerro de San Miguel. A partir del siglo XIX ,la ciudad creció considerablemente y tuvo lugar la creación de ensanches.
Entre los elementos urbanos más importantes destaca el castillo, una fortaleza estratégica situada en el cerro de San Miguel. Fue construido por el conde Diego Rodríguez Porcelos en el año 884 durante la Reconquista y su finalidad era detener el avance musulmán sobre Castilla. La ciudad, por tanto, creció a los pies del castillo. Pero la edificación más significativa es la Catedral de Santa María, cuya construcción comenzó en 1221 aunque sufrió modificaciones en los siglos XV y XVII. Es de estilo gótico francés y fue mandada construir por Fernando III el Santo. Durante su reinado la ciudad transformó su función defensiva en función comercial y proliferaron los monasterios religiosos y las iglesias. Entre los monasterios destaca sin duda el de Santa María la Real de las Huelgas, más conocido como Las Huelgas, que fue fundado en 1187 por Alfonso VII. En su interior se hallan obras de gran valor y algunas de las vidrieras más antiguas de España. Recibe este nombre puesto que está situado en un terreno de cultivo no trabajado y dedicado a pastos, el cual recibía el nombre de huelgas. También destaca el monasterio de San Pedro de Cardeña, una abadía trapense fundada en 899 y situada a las afueras de la ciudad, aunque fue destruida por los árabes en 953 y reconstruida en el siglo XII.
La cumbre de la riqueza de la ciudad se alcanzó durante el reinado de los Reyes Católicos. En dicha época Burgos tenía el control sobre el comercio lanero, pero su decadencia llegó con la ruina de las exportaciones de lana en torno al año 1600. Tras un periodo de decadencia, en el siglo XIX Burgos era el centro de comercio agrícola, en él se desarrolló el cultivo cerealístico del trigo y las granjas que producían leches y huevos. En cuanto al sector secundario no fue hasta mediados del siglo XX cuando la ciudad fue declarada Polo de Promoción industrial y actualmente cuenta con una gran superficie dedicada a la industria.
Como curiosidad, la ciudad de Burgos contó con diferentes barrios como la judería, el barrio mudéjar, el distrito comercial o la zona de artesanos, los cuales, aunque no mantienen exactamente su estructura inicial, son lugares que todavía se pueden visitar. En los extramuros de la ciudad se podían encontrar arrabales como el de San Pedro y la Villa de Gamonal.
María Martín Lozano