Esta pintura es un óleo sobre lienzo realizado por el artista escocés William Bell Scott, y se encuentra en la National Gallery de Escocia, en Edimburgo. En ella se puede ver al pintor alemán Alberto Durero en primer plano, observando la actividad de la plaza desde el balcón de su casa, de ahí el nombre del cuadro: Albrecht Dürer on the Balcony of his House. La presencia de Durero en el cuadro es imponente, enfrentándose casi a la misma altura al monumento más antiguo de la ciudad de Núremberg, la Fortaleza Imperial, dando así una gran importancia al pintor más relevante del Renacimiento Alemán, que nació, vivió y murió en esta ciudad. El cuadro es de 1854, pero recrea los años en los que Durero vivió en esa casa, por lo tanto la imagen representa lo que sería la ciudad, según Bell Scott, a principios del siglo XVI. Se puede ver que el casco antiguo ya está tal y como lo encontramos hoy en día, si bien la parte alta de la Torre Redonda, al datar de 1560, es un anacronismo, ya que Durero murió en 1528.
Núremberg fue fundada en 1050 por Heinrich III, y desde entonces los emperadores la tuvieron como una de sus residencias, celebrando en ella las Dietas Imperiales. En enclave de Núremberg, sobre una colina rocosa (de ahí la elevación a la que se encuentra la Fortaleza Imperial en el cuadro) a orillas del río Pegniz, garantizaba la protección de la ciudad. De hecho así fue durante años, ya que resistió a diversos ataques, con la ayuda también de su masiva muralla medieval y el pozo profundo de agua de la fortaleza que proveía en caso de no poder llegar al río. A pesar de, o justamente a causa de, sus suelos poco adecuados para la agricultura, y gracias al empeño de sus habitantes y su habilidad para los negocios, Núremberg se convirtió ya en la Edad Media en una de las ciudades más importantes de Alemania, y lo siguió siendo a lo largo de los siglos.
Núremberg es conocida como el «centro mundial del juguete», debido a los artesanos que se dedicaban -y dedican- a ello, con el objeto, por ejemplo, de regalar juguetes para los niños en Navidad; quizá de ahí venga la marioneta dibujada en el espectáculo callejero que observa Durero desde su casa en el cuadro. Además, desde el siglo XVII se organiza en Núremberg el mercado navideño más antiguo de Alemania, lo que da una idea del carácter comercial de la ciudad a lo largo de la historia. En el siglo XIX Núremberg se convierte en una ciudad industrial, aunque no pierde su espíritu comerciante, aprovechando la construcción del canal Ludwig-Donau-Main, que pasa por la ciudad, y tiene 177 km de recorrido.
Durante el Tercer Reich, Hitler determinó que los congresos del partido nazi se harían en esta ciudad, y los gobernantes mostraron su apoyo al Führer con leyes y publicaciones antisemitas. Se mandaron construir el «Estadio Alemán» y el «Nuevo Pabellón de Congresos», pero no se terminaron. Quizá por ello, la ciudad fue arrasada durante la Segunda Guerra Mundial, con 90% del casco antiguo destrozado (aunque posteriormente reconstruido). La Casa de Durero, desde donde observa el artista en el cuadro, fue uno de los pocos edificios que permanecieron intactos.
Hoy en día la plaza representada en el cuadro, que resulta de la confluencia de las calles Albrecht-Dürer-Strasse y Obere Schmiedgasse, está dominada por turistas y restaurantes y la casa del pintor se ha establecido como museo.
Laura Barragán Rodríguez