Se trata de una curiosa obra puesto que su autor es Winston Churchill, personaje mundialmente conocido por haber sido primer ministro británico entre los años 1940 a 1945 y 1951 a 1955, además de su faceta como escritor, que fue merecedora del premio nobel de literatura en 1953. Sir Winston Leonard Spencer-Churchill era un gran aficionado a la pintura y realizó este cuadro en 1943, siendo el único que pintó durante la II Guerra Mundial.
En Enero de 1943 tuvo lugar la Conferencia de Casablanca, que debería haberse celebrado entre los tres grandes líderes aliados (Roosevelt, Stalin y el propio Churchill). Stalin finalmente no acudió por negarse a abandonar su país durante la crucial batalla de Stalingrado y esta conferencia contó únicamente con la asistencia de los representantes de Estados Unidos y Gran Bretaña. En ella se empezó a decidir el destino de Europa una vez que acabara la guerra y, en contra de la opinión de Churchill, se acordó exigir a Alemania la rendición total. Tras la conferencia, Churchill se concedió unos días de vacaciones en Marrakech durante los cuales pintó este cuadro. Antes de abandonar el renio alauita lo envió al presidente Roosevelt como regalo, según refiere Pelaz López (2012). El cuadro fue subastado en 2007 por la casa de subastas Sotheby’s. Es un oleo que muestra la ciudad de Marrakech, sobre la que destaca el minarete de la Mezquita Katubiya y la Cordillera del Atlas al fondo.
Marrakech es una de las denominadas cuatro ciudades imperiales. Fue fundada en 1062 mediante la conversión de un campamento nómada en una fortaleza amurallada, que se convirtió posteriormente en un importante enclave comercial. La vida de la ciudad gira todavía hoy en torno a la famosa plaza Jemaa el Fnaa (traducida como «Plaza de la Muerte» por ser allí donde antiguamente se ejecutaban a los infieles). Por sus extraordinarios valores inmateriales (aromas, voces, músicas, sonidos, etc.) fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y hoy sigue siendo el centro social de la ciudad, desde donde podemos acceder a la medina, que alberga el principal zoco comercial.
Todo el conjunto de la medina se encuentra amurallado. Su perímetro es de 17 km y la altura de la muralla oscila entre 8 y 10 metros, siendo toda ella del color rojizo característico de la arquitectura de esta región. El recinto cuenta con 14 puertas dispuestas a lo largo del perímetro, por las cuales se podía acceder a la ciudad. A diferencia del urbanismo romano, en las ciudades árabes como ésta el trazado es muy irregular, con calles estrechas y laberínticas, que a menudo no tienen salida.
Sobre el perfil de toda la ciudad destaca el minarete de la Mezquita Kutubiya, cuyo nombre se debe a los libreros que permanecían apostados alrededor de ella. Se trata del edificio más alto de la ciudad puesto que está prohibido construir por encima de ella y sirvió de modelo para la construcción de la Giralda de Sevilla. La religión prohíbe la representación de formas humanas o animales en el arte, por lo que la decoración de las calles y casas consiste principalmente en trazados con formas geométricas.
Gonzalo Serrano Valderas
Me ha gustado mucho, felicidades por este trabajo.
I have chosen this publication to comment because I think it’s a nice work and very real. I have travelled to Tunisia that, although it is not Marrakech, I guess that will be similar, and the painting illustrates very well the entrance to a typical Medina muslim.
Congratulations for your work. I think that you have done a really good work, it is very interesting.