PARÍS (José Luis Suárez, siglo XX)

La pintura elegida representa la capital de Francia en el siglo XX y lleva el título de Panorámica de París. Su autor es José Luis Suárez y muestra una imagen casi topográfica del río Sena y los principales monumentos de su entorno. Entre otros se encuentran la iglesia de los Inválidos (con los restos de Napoleón), el Panteón y la Torre Eiffel. También podemos percibir unas cuantas embarcaciones en su margen izquierdo, dando a entender la belleza y el atractivo turístico del río. La vista está plasmada con una perspectiva extraordinaria, que permite divisar toda la ciudad de París con el punto final de la Torre Eiffel.

En la imagen se aprecia claramente la estructura del urbanismo parisino de la época de Napoleón III, que decidió hacer de París la capital de las capitales mediante una política de reformas muy ambiciosa que fue encargada al barón Haussman. El resultado fue la creación de una vasta red de arterias que configuraban todo el territorio de la ciudad. Esta nueva estructura urbana, hecha de bulevares, avenidas y largas calles se impuso a la trama medieval preexistente. Esta característica aparece reflejada en nuestra imagen, en las avenidas que recorren las dos orillas a lo largo de todo el río y que en la orilla derecha se aumenta notablemente, dando lugar a Los Campos Elíseos.

El río Sena divide la ciudad en dos mitades justo desde donde el autor proyecta la perspectiva, puesto que detrás de él se situaría la Ile de la Cité. La orilla derecha ha sido tradicionalmente la zona burguesa de la capital francesa, mientras que la orilla izquierda ha sido la zona intelectual, vanguardista y más cultural de la ciudad. Es un espacio dónde se ubican las universidades, las editoriales y galerías de arte más independientes. A ambos lados del río se crearon barrios residenciales de alto nivel social, que dieron lugar a que las clases más desfavorecidas tuvieran que trasladarse a las afueras de la ciudad.

Puede parecer casualidad que todos los monumentos citados aparezcan mayoritariamente en la margen izquierda del Sena, pero en realidad tiene su explicación histórica. Cuando se fundó la ciudad de París (hacia el año 200 a. C.), la ciudad se estableció en la orilla izquierda del Sena, fundamentalmente por razones estratégicas defensivas ya que el asentamiento quedaba protegido casi en su totalidad por del río. Con el paso del tiempo la ciudad dejó su huella arquitectónica en aquella margen del río pero también se extendió por la otra. Para lograr la conexión entre los dos márgenes del río Sena (y las dos partes de la ciudad), fue necesario construir una gran sucesión de puentes, lo que terminó por imprimir una enorme importancia estética a París.

Uno de los puentes que mejor se distingue en la imagen es el Pont des Arts o Passerelle des Arts, como también se le llama. Es un puente únicamente peatonal que cruza el Río Sena a la altura del Institut de France y que une a éste con el Museo del Louvre. De este recibe el nombre, porque el Museo del Louvre antes era llamado “Palacio de las Artes”. El puente se construyó entre 1802 y 1804, en principio compuesto por una sucesión de nueve arcos que sostenían una simple y estrecha pasarela peatonal. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial sufrió varios bombardeos, y posteriormente fue dañado por las colisiones causadas por algunas embarcaciones al pasar entre los pilares. Así que entre los años 1981 y 1984 se reconstruyó de nuevo, con mejoras arquitectónicas y de ingeniería que no menoscabaron la estética, según los planos de Louis Arretche, ingeniero que decidió reducir el número de arcos de nueve a siete.

Finalmente, es muy significativo que el puente que dibuja el pintor sea por el que se accede al Museo del Louvre y a la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes. Parece conectar con la propia identidad del pintor pero también refuerza las funciones turísticas y culturales de la ciudad de París. Por tanto, se trata de un cuadro que recoge una panorámica de París muy acertada y un lugar que probablemente el autor de la obra conozca bastante bien.

Laura Arce Pousa y Jesús Francisco López Olmedo
 

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